La inesperada victoria del candidato republicano, Donald Trump, en las pasadas elecciones de Estados Unidos ha complicado la decisión del Banco Central Europeo (BCE) sobre si se amplían las gestiones de estímulo monetario. La institución no ha sido clara sobre el futuro de su programa de compra de bonos de 1.7 billones de euros (1.9 billones de dólares), al que inyecta 80,000 millones de euros  recién emitidos a la economía europea cada mes para estimular el crecimiento y la inflación. Inicialmente, el fin del programa está fijado para marzo y la próxima reunión del banco para el 8 de diciembre, por lo que se acerca el momento para que el BCE indique si va a mantener abierto el flujo o comenzar a reducir lentamente las compras. Por un lado, la victoria de Trump crea incertidumbre sobre lo que hará cuando asuma la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero, y eso sería un argumento a favor de más estímulos. Algunos analistas piensan que el BCE va a decidir una extensión de al menos seis meses. Algunas de las ideas del republicano, como gastar un billón de dólares en túneles, puentes, carreteras y puertos, y eliminar algunas regulaciones financieras, pudieran alentar el crecimiento. Esas perspectivas – aunque inciertas – han elevado ya los precios de las acciones de compañías que se beneficiarían, como las de la productora de equipo de construcción Caterpillar. Y si la idea de gastos en infraestructura prende en Europa, eso podría ayudar a la economía continental, especialmente en los 19 países de la eurozona. Desde la crisis financiera global, la unión monetaria se ha concentrado en recortes de gastos, que reducen la deuda, pero frenan el crecimiento económico. Con información de AP

 

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