Este texto fue publicado originalmente el 13 de septiembre de 2017   En un auditorio repleto de estudiantes de nuevo ingreso a las carreras de Derecho y Relaciones Internacionales, Enrique de la Madrid Cordero, secretario de Turismo federal, advertía semanas atrás de la importancia de la apertura comercial para el desarrollo de un país. Al concluir su Cátedra Prima en la Universidad La Salle, los alumnos se apresuraron a levantar sus manos para cuestionar al funcionario. La mayoría de las preguntas formuladas estaban relacionadas con la violencia que padecían los destinos turísticos del país y que parecía ensombrecer al sector turístico que este año representa 8.7% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra mayor a la contribución de la industria petrolera. “Viajé con mi familia a Hierve el Agua, Oaxaca, y en la carretera nos detuvo un retén de autodefensas”, relató un estudiante. Otro comentó: “Quise poner un negocio en la Quinta Avenida de Playa del Carmen y me advirtieron de un supuesto cobro de piso”. En la pasada temporada vacacional, los diarios de circulación y las redes sociales hicieron de conocimiento sobre eventos de violencia en los principales puntos turísticos del país. El 27 de agosto en Los Cabos, Baja California Sur, por ejemplo, se registraron dos balaceras en diferentes zonas de este destino que dejaron un saldo de seis muertos y dos heridos; en este mismo mes la prensa local reportó 14 ejecuciones en Cancún. El Departamento de Estado de la Unión Americana, al renovar la alerta para sus ciudadanos que viven o visitarán México, enfatizó que en estados como Quintana Roo y Baja California aumentó la tasa de homicidios en comparación al año pasado. La advertencia de viaje no pasó desapercibida para la industria, sobre todo cuando los turistas estadounidenses representaron más de 50% de los 19.2 millones de visitantes internacionales al país durante el primer semestre. Lee también: Turismo, el salvavidas de México ante el colapso petrolero El titular de la Secretaría de Turismo, señaló que se toma con seriedad estas advertencias y pese a que se ha notado un descenso de viajeros en diversas zonas del país, el impacto no es amplio y tampoco se tiene identificado con precisión las zonas en donde se resiente con mayor fuerza la violencia. “Estamos dando seguimiento a las cifras que nos están reportando, si hay bajas o no de las reservaciones. Sé que en algunos lugares ha habido descenso (en el número de viajeros), pero todavía la sensación es que no es un tema que nos preocupe en exceso. Desde el momento mismo en que salieron las alertas detonamos nuestro mecanismo a través del Consejo de Promoción Turística”, señaló al concluir su cátedra prima el pasado 30 de agosto. La estrategia está enfocada, sobre todo, en brindar información respecto a que México es un país seguro, entre agentes de viajes, agentes mayoristas, aerolíneas, cadenas hoteleras y medios especializados, coordinado por el gobierno federal y los gobiernos estatales. El impacto económico también preocupa a las autoridades que vigilan la industria que generó una derrama económica de 11,104 millones de dólares durante el primer semestre del año; esto es, 9.8% más que el mismo semestre de 2016. En el primer trimestre de año esta industria reportó una expansión de 3.2% en su PIB en comparación con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Para contener eventos violentos en los principales puntos turísticos del país, se prepara una estrategia de seguridad junto con la Secretaría de Gobernación, aseguró de la Madrid Cordero. Además, el funcionario consideró necesario el apoyo de los empresarios turísticos del país, a través de un plan de seguridad y la recaudación de recursos para implementarlo. “Está el caso de Baja California Sur, en el que el gobierno estatal legisló un aprovechamiento, mismo que sí se aprobó en las cámaras, pero no se ha podido operar. Yo desde la Sectur a nivel federal les digo sí, pero quiero que ese dinero se destine a seguridad”, detalló. Los integrantes de la inversión privada no están negados a generar un bloque activo que apoye a mejorar las condiciones de seguridad de las zonas en las que se concentra la derrama económica por turismo. Richard Zarkin, gerente de relaciones públicas de OVC Riviera Nayarit, uno de los destinos incluidos en la advertencia estadounidense, consideró que el sector empresarial también tiene que cuidar el estatus de destino turístico del país. “Hay que poner atención, obviamente en el tema de seguridad, en el tema de las zonas que tienen más afluencia del turismo internacional”, expresó.

 

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