“Canción sin miedo”, de Vivir Quintana, se ha convertido en himno de las protestas feministas. en un país donde son asesinadas 11 mujeres cada día, la creatividad se abre paso para sumar al activismo.
El entorno generado por la pandemia pegó duramente en todas las industrias; sin embargo, ni la necesidad de confinarse ni el riesgo de contraer Covid-19 ha frenado la violencia contra las mujeres. En México, son asesinadas 11 mujeres cada día.
En este contexto, “Canción sin miedo”, de la cantante y compositora Vivir Quintana, se ha convertido en himno de protestas que exigen justicia para las mujeres desaparecidas, violentadas y asesinadas, no sólo en México, sino en otros países de Latinoamérica donde ha resonado la melodía.
El origen de la canción es una colaboración con la cantante chilena Mon Laferte, como parte de un proyecto de composición de canciones que hablan sobre mujeres que han sido privadas de su libertad física por haberse defendido de su agresor.
La chilena le pidió que, para un concierto en el Zócalo capitalino, presentarán una canción que hablara del feminicidio. La canción surgió a partir de una llamada: Vivir debía entregar algo armado en menos de ocho horas. La labor, aunque compleja y contra el reloj, no le resultó difícil.
“El tema del feminicidio para mí era particularmente doloroso. Lo vemos en la televisión, en todas las noticias, en las redes sociales; vivimos rodeados de fichas de bús- queda. “Canción sin miedo” era algo que ya existía en la mente de todas, estaba en el colectivo social; lo único que hizo falta fue bajar esa información, canalizarla en una denuncia llena de arte… y también de esperanza”.
Para Vivir Quintana, el futuro de su carrera exige congruencia para que su música acompañe las protestas y retrate formas distintas de pensamiento.
“También estoy haciendo otras canciones que no hablan del feminicidio, pero no están tan lejos de los temas que nos atraviesan con el feminismo. Busco abordar el amor desde una perspectiva más congruente, más sana.
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Creo que la música es un buen vehículo para transmitir esos mensajes que generan cambios. “Canción sin miedo” tiene un soporte, [pues] atrás [están] otras de mis canciones que tienen la misma intención: cuestionarnos, deconstruirnos, generar empatía”.
Desde la perspectiva de la cantautora, las oportunidades existen para los creadores mexicanos, pero no se trata de un camino recto.
“El camino es una meta, pero debemos asumir que hay mucho trabajo de por medio. Lo que creo que hace falta para que haya cada vez más creativos mexicanos con mensajes en todo el mundo es que confiemos en los pequeños proyectos, darle un voto de confianza a los pequeños productores y sus pequeños productos”.
