Reuters Miles de niños inmigrantes que huyen de la violencia de pandillas en Centroamérica podrían calificar como refugiados en México, pero sólo un pequeño número busca esa protección legal, dijo el jueves el grupo activista Human Rights Watch (HRW). El gobierno mexicano está fallando en identificar y ayudar a los niños que escapan de Guatemala, El Salvador y Honduras, que tienen las tasas de asesinato más altas del mundo, por temor a perder la vida y que podrían calificar para recibir asilo, destacó HRW en un reporte. El año pasado, las autoridades mexicanas detuvieron a más de 35,000 niños, dijo el grupo activista por los derechos humanos. La mayoría de ellos eran originarios de Guatemala, El Salvador y Honduras, y más de la mitad viajaba sin acompañantes. Sin embargo, menos del 1% de esos niños fueron reconocidos en México como refugiados, aseguró HRW. “En realidad sólo unos cuantos reciben asilo, lo que refleja que, a pesar de que los niños y adultos de América Central afrontan serias amenazas, el gobierno no está tomando debidamente en consideración sus solicitudes”, dijo Michael Bochenek, asesor jurídico principal de los derechos del niño en dicho grupo, en un comunicado. Edgar V., uno de los adolescentes entrevistados por HRW, dijo que abandonó Honduras para escapar de violentos pandilleros que le exigían que se uniera al grupo. “Vinieron a mi casa y me dijeron que me uniera a la banda. Me pegaron. Me golpearon y me caí al suelo. A partir de entonces, ya no me golpearon, pero amenazaron a mi madre. Dijeron que me matarían a mí y a mi madre”, dijo el joven de 17 años que tras denunciar el hecho pasó varios meses escondido en un refugio. Muchos de los niños no quieren pedir asilo en México ya que se dirigen a Estados Unidos donde tienen familia, dijo Humberto Roque, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de México. “(…) Su meta fundamental es ser reunidos con sus padres allí. Es por eso que tan pocos buscan el estatus de refugiado en México. No tenemos problemas en otorgar el estatus de refugiado a personas, incluidos niños, que se hallan en situaciones vulnerables”, dijo Roque a la Fundación Thomson Reuters. Según HRW, los niños inmigrantes detenidos en México con frecuencia son enviados a instalaciones que describió como “semejantes a prisiones”. El gobierno afirmó que los niños eran retenidos allí como último recurso y por no más de tres días. “Siempre intentamos colocar a los niños en instalaciones privadas y estatales y refugios, pero cuando el sistema está saturado, los niños son llevados a centros de inmigración”, explicó Roque.

 

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