Por Jorge Sentíes

A lo largo de 2023 las disrupciones económicas globales y las expectativas de una recesión económica provocarán que los mexicanos se vuelvan más cuidadosos al gastar su dinero, modificando la demanda de ciertos productos. Sumado a esto, las preferencias de las nuevas generaciones y la transición hacia la virtualidad serán dos factores clave que modificarán los patrones de consumo este año.

Ante este escenario, son 4 los factores que, consideramos, marcarán las prácticas de consumo a lo largo de los siguientes meses.

1. La persistencia de la inflación

Hace unas semanas el Banco de México reportaba un nivel de inflación de 7.82%, la cifra más alta en los últimos 22 años. En este sentido, veremos cómo el creciente incremento en los precios del mercado implica un deterioro en el consumo de los productos que presentan una mayor elasticidad precio de la demanda.

Una mercancía se considera elástica cuando, ante un cambio en su precio de mercado, su cantidad demandada cambia porcentualmente en un mayor nivel. En otras palabras, si, por ejemplo, el precio de un bien sube 5% y la caída en el consumo es mayor que 5%, estamos hablando de un bien elástico. 

De esta forma, a pesar del incremento en los precios que la inflación implica, los bienes inelásticos, como los medicamentos y la canasta básica, mostrarán variaciones mínimas en su consumo por parte de los hogares mexicanos. Al ser considerados como productos de primera necesidad, su demanda no se verá afectada considerablemente frente al presente entorno inflacionario. Sin embargo, el ingreso disponible de las familias para adquirir estos bienes se verá deteriorado relativamente. Así, donde esperaríamos ver una reducción importante sería en el consumo de bienes de lujo dado que su elasticidad es mayor a la de los bienes de primera necesidad.

Además, la inflación también afectará considerablemente a las empresas. Con el alza de los precios de las materias primas y los bienes intermedios, las organizaciones se enfrentan a un dilema con dos posibles soluciones. Por un lado, las compañías pueden decidir aumentar el precio de sus productos y arriesgarse a perder una parte de sus clientes. Por otro lado, pueden tratar de recortar algunos de sus costos operativos para mantener el mismo nivel de sus precios.

2. Las altas tasas de interés y el miedo a la recesión

Además del aumento de los precios, los tipos de interés también se mantendrán en niveles altos este 2023. Con el fin de controlar la inflación, la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) y las principales bancas centrales del mundo han estado subiendo sus tasas de referencia de manera constante desde el año pasado.

El Banco de México no se ha quedado atrás y también ha realizado alzas en su tipo de interés con frecuencia para combatir la inflación, incluso adelantándose a la FED a subir su tasa en diversas ocasiones. En este escenario, utilizar productos de financiamiento como las tarjetas de crédito se ha vuelto más caro para los mexicanos, lo cual dificulta la posibilidad de compensar el deterioro de su ingreso con endeudamiento.

Por ello, este 2023 los hogares serán mucho más precavidos al decidir en qué gastan su dinero. Además, con el incremento de los precios y el encarecimiento de las tarifas por adquirir un préstamo, la posibilidad de destinar una parte del ingreso al ahorro también se verá afectada severamente este año.

3. La coexistencia entre el mundo físico y virtual

La pandemia nos mostró la importancia de la digitalización del consumo. De hecho, las organizaciones que adelantaron su transición a una estrategia integral omnicanal se vieron menos afectadas por las restricciones de movilidad durante esos años. En este sentido, en 2023 seguiremos viendo una creciente preferencia de los consumidores por comprar productos en línea.

Hoy en día los consumidores cohabitan entre un entorno físico y digital, también conocido como “phygical” (i.e. combinación de los vocablos “physical” – “físico” en inglés – y “digital”). Por ende, las empresas deben implementar un modelo de negocio omnicanal, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de adquirir sus productos no solo en sus tiendas, sino también es espacios virtuales como en sus sitios web o aplicaciones móviles. Al final, de lo que se trata, es que las empresas operen alrededor de sus consumidores, no esperar que el consumidor opere alrededor de la empresa.

4. La búsqueda por consumir experiencias

Las nuevas generaciones están dirigiendo sus preferencias hacia el consumo de experiencias. Ya no se trata simplemente de adquirir un bien y servicio común, sino de tener una vivencia especial al consumir ciertos productos. Esta búsqueda por experimentar cosas nuevas está creando nuevos mercados de nicho para mercancías particulares, como las que son elaboradas artesanalmente o se diferencian de alguna forma de los bienes tradicionales.

Por otra parte, los jóvenes tienen un creciente interés en consumir los bienes de empresas que están alineadas con sus valores. De hecho, hay una clara preferencia de las nuevas generaciones por adquirir las mercancías de compañías que cuentan con una agenda ESG y se preocupan por reducir su impacto en el medio ambiente.  Además, este grupo también está interesado en promover la diversidad, equidad e inclusión, por lo que las organizaciones que destacan en este ámbito cuentan con una ventaja comparativa que las hace más atractivas para la población más joven.

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Contacto:

Jorge Sentíes, Socio especializado en Mercados de Consumo, PwC México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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