La presentación de Macron se produjo 48 horas después de que manifestantes se enfrentaron en batallas callejeras con la policía antidisturbios en Francia lanzando proyectiles, incendiando autos y saqueando tiendas. Macron enfrenta una delicada tarea: necesita persuadir a los trabajadores de clase media y obreros que escucha su enojo sobre el menor poder adquisitivo de los hogares, sin quedar expuesto a críticas de ceder a la presión de la calle. El mandatario afirmó que las personas que obtienen el salario mínimo verán un incremento de 100 euros al mes desde 2019 sin costos extras para los empleadores. Los pensionados que ganan menos de 2,000 euros verían la eliminación de un reciente aumento en los impuestos a la seguridad social. Pero también dijo que mantendría su agenda de reformas y rechazó reinstalar un impuesto a la riqueza. “Responderemos a la urgencia económica y social con medidas sólidas, reduciendo los impuestos más rápidamente, manteniendo nuestros gastos bajo control, pero no con un giro en U”, destacó el mandatario. Olivier Dussopt, ministro de cuentas públicas, dijo a BFM TV que las medidas le costarían al país entre 8,000 y 10.000 millones de euros (9,100-11,400 millones de dólares). Para más contexto:C’est d’abord l’état d’urgence économique et social que je veux décréter aujourd’hui pour qu’on puisse vivre mieux de son travail ⤵️
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) December 10, 2018
En medio de protestas, Francia posterga ‘gasolinazo’ por 6 meses