El gobierno mexicano parece devoto de San Judas, el patrón de las causas perdidas, dice The Economist sobre el optimismo infundado en un crecimiento mayor a 3%. The Wastington Post y Financial Times dudan de una pronta mejoría.   El recorte a las expectativas de crecimiento no sólo ha sido un tema local: medios a nivel internacional comentan lo mal que la está pasando la economía a pesar de la aprobación de las tan anheladas y recomendadas reformas estructurales. Publicaciones del prestigio de The Economist, Financial Times y The Wall Street Journal, dudan del proyecto económico de la actual administración. The Economist, en su artículo “A frustrating start to the year”, califica al gobierno como devoto de San Judas, santo patrón de las causas perdidas, después de que se mantuviera renuente a recortar su expectativa de crecimiento, aunque al final tuvo que hacerlo. De acuerdo con la publicación, los mexicanos tienen buenas razones para ser escépticos, luego de un 2013 con impresionante ola de reformas constitucionales, la economía creció un magro 1.1%. “De hecho contra toda lógica, las reformas del Sr. Peña Nieto parecen pesar sobre el crecimiento a corto plazo, incluso si prometen beneficios eventuales”, señala. El semanario británico pone en duda el uso del gasto deficitario. Menciona que si bien éste aumentó un 13.2% en el primer trimestre, a tasa anual, “ha habido una caída en la construcción, incluidos los grandiosos proyectos de infraestructura que supuestamente se detonarían con dinero público. Incluso, los funcionarios del gobierno parecen desconcertados por el tiempo que está tomando en registrarse el gasto”. También se hace referencia al consumo. En el artículo se señala: “La ANTAD, la organización que representa a los supermercados y tiendas, reportó que en los primeros cuatro meses de 2014 las ventas totales cayeron por primera vez en 30 años. La manufactura perdió brillo. Las exportaciones no petroleras aumentaron un 5.2% en los tres primeros meses, principalmente a Estados Unidos. Pero la recuperación de la frontera norte todavía no es lo suficientemente robusta como para confiar”. Cita a la inversión como otro ejemplo. Menciona que muchas empresas han puesto sus planes de expansión en espera hasta conocer la legislación secundaria que detalla los cambios constitucionales del gobierno, particularmente, en energía y telecomunicaciones.   ¿Fin a la anemia crónica? Por su parte, The Wall Street Journal asegura que “es difícil ver un catalizador para el fortalecimiento de la demanda interna en México en 2014”. Incluso, critica que la “reforma de la industria de energía promete un crecimiento más rápido cuando se implemente, pero es poco probable que sea importante para el panorama a corto plazo”. La dependencia de México con Estados Unidos, los impuestos que entraron en vigor a principios de año, que pesan sobre el consumo privado y la confianza empresarial, además de un sector de la construcción que ha estado en recesión por más de un año, son elementos señalados por el diario estadounidense como razones del magro crecimiento. The Washington Post también critica la inefectividad del gasto público. Para el diario británico  Financial Times, “el aumento de 46% en el gasto público, especialmente en infraestructura, no fue suficiente para cambiar el rumbo de la economía de México que cayó en picada abruptamente el año pasado, lo que lo llevó a su peor tasa de crecimiento anual”. El rotativo menciona que “el reto (económico) para México es deshacerse de lo que Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, llama anemia crónica y los cuellos de botella estructurales que han socavado el crecimiento a pesar de la ‘euforia de las reformas’”. De plano, para Financial Times, es casi imposible que México alcance siquiera un PIB de 2.3%, la estimación más baja en la escala presentada por el Banco de México la semana pasada. “Para ello, la economía tendría que triplicar su crecimiento trimestral en el segundo trimestre, cuadriplicarlo en el tercero y quintuplicarlo en el cuarto. Lo que es muy difícil de hacer”. Las políticas económicas de México, concluye el diario, lo siguen manteniendo “atado a la suerte” de su vecino del norte, y la velocidad de su recuperación depende de la rapidez del crecimiento de Estados Unidos.

 

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