Con apenas 21 años de edad, Cristobal García Jaimes se encuentra entre los 200 líderes del mañana gracias a la invención de un acelerador de partículas en miniatura. El estudiante originario de San Miguel Totolapan, Guerrero, representará a México en el St. Gallen Symposium, una reunión anual celebrada en St. Gallen, Suiza, y la que divide a sus invitados en Líderes de hoy y Líderes de mañana, con el fin de generar un debate sobre temas de management, política y sociedad civil. García Jaimes se ha ganado un lugar en la comunidad científica mundial gracias a su pasión por las ciencias. “Una vez que te envuelves en la Física te maravillas y empiezas a hacer cosas que van más allá de lo que buscabas en un principio”, durante una ponencia ofrecida al interior del Salón de Eméritos ubicado en el Instituto de Física de la UNAM.   Un prodigio de la física desde pequeño Cristóbal es originario de Tierra Caliente, una región que abarca tres de los estados más conflictivos debido a la presencia del crimen organizado en nuestro país: Michoacán, Guerrero y el Estado de México. Desde que iba en el kínder, su madre le enseñaba ejercicios básicos de matemáticas. Ella sabía que su hijo era diferente al resto, pero el entorno no ayudaba a su crecimiento. Durante su estancia en la preparatoria ingresó a un proyecto escolar llamado “Jóvenes Hacia la Investigación”, que consistía en realizar un trabajo técnico. En el camino conoció al físico Efraín Chávez, miembro del Instituto de Física, especialista en aceleración de partículas, y quien además, es mentor y “padre” académico de Cristóbal. Lee también: Estudiante mexicano de la UNAM, entre los 200 líderes del mañana El joven guerrerense llevó a cabo un proyecto para fabricar un mini acelerador de partículas, idea fue aceptada. Después de ocho meses de trabajo, lograron los primeros lugares dentro de concursos y ferias locales, tal como la Feria Nacional de Ciencias de la UNAM. Un acelerador de partículas es un dispositivo electromagnético, que funciona como una catapulta. Es decir, imprime gran velocidad a un conjunto de partículas, con el fin de que éstas impacten con otras. “La ciencia no es un gasto, es una inversión”, asegura García Jaimes, al tiempo que dice que sus obstáculos pueden superarse con el estudio y la alianza entre “cuates”. Ha estado presente en la Asamblea General de las Naciones Unidas, y cuenta con múltiples galardones. En el año 2015, recibió una invitación por parte de miembros de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (European Council for Nuclear Research, por sus siglas en inglés), ubicado en Suiza, para visitar el gran colisionador de hadrones, en reconocimiento por su talento.   Filántropo universitario Actualmente, el estudiante de física preside un proyecto llamado Ciencia sin Fronteras, donde busca divulgar la cultura y la ciencia a niños indígenas de escasos recursos. Actualmente la fundación apoya a más de 35 niños y otros 150 de manera indirecta. El mobiliario lo generan alumnos de distintas facultades, los cuales reciclan material tecnológico y lo trasladan Por ahora no planea enfocarse a los negocios o a la expansión; busca divulgar el conocimiento científico para que más jóvenes conozcan las bases las ciencias duras y accedan a la carrera. “El hacer desarrollos e inventos son para hacer pié a… Este mini acelerador es para divulgación, y fue como un primer paso. Hay cosas detrás de ello más grandes que son a la que me gustaría enfocarme”, señaló. El objetivo de Cristóbal García, se basa en acercar la tecnología a niños y jóvenes indígenas, esto como un beneficio para comunidades de su natal Guerrero, en donde el acceso a la ciencia no se encuentra tan flexible como en otras regiones. “Existe la forma de hacer rentable algunas cosas, de utilizar recursos. Mi idea es divulgar ciencia a las masas, que a veces es muy inalcanzable”, apuntó. Lee también: De la UNAM a la NASA: el estudiante mexicano que se convirtió en investigador También cuenta con otros proyectos, uno de ellos basado en la producción de combustible.  Para esto se ha sentado con Jorge Laurel, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA). “La idea es conjuntar a ecologistas y hoteleros en Acapulco, y plantear desarrollar diésel con sus desechos. Tratamos con éstos, ganamos todos de que no se dañe el medio ambiente y al final podemos producir nuestros propios combustibles de manera orgánica”, finalizó.

 

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