Cuando Gonzalo Salcedo decidió iniciar una trayectoria en producción y distribución artística en México, no imaginó las potenciales oportunidades que consolidaría un par de años más tarde a través del proyecto: Arte Cuadrado.

En 2019, con ambición y hambre por construir un sólido proyecto en arte y diseño gráfico, Gonz Salcedo comenzó vendiendo cuadros en línea personalizados a través de una página web diseñada con una interacción dinámica para usuarios y espectadores. En el sitio digital, ya estratégico en ese momento, bastaba con acceder y personalizar el cuadro con fotografías específicas, material de acabado, tamaño y posición era suficiente para plasmar una expresión creativa flexible ante preferencias y necesidades de la audiencia. 

Sin embargo, Gonz Salcedo explica que, si bien el proyecto había arrancado como una propuesta creativa, resultaba ser un negocio lento. “Debido a la competencia, posicionar una marca exitosa desde cero no es trabajo fácil. Decidí innovar, encontrar la forma de hacer el negocio más llamativo donde los usuarios puedan adquirir algo único”, detalla el emprendedor. 

Fue entonces cuando Gonz Salcedo decidió apostar por imágenes con movimiento. “Al ver el éxito en ventas de estos cuadros, decidí pasarlo a fundas de celular. Fue todo un proceso de aprendizaje de fabricación y buenos resultados”.

El modelo de negocio se había expandido: ahora las fotografías personalizadas y el diseño artístico podía plasmarse en fundas de celulares. Para Gonz, esto se convirtió en un éxito deseado pero inesperado, con un nivel elevado de fabricación.

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Gonzalo Salcedo. Crédito: cortesía.

Gonz Salcedo explica que tras su nuevo éxito llegaron nuevos desafíos. “En ese momento tenía que hacer cambios, pensé en dos opciones: contratar colaboradores para fabricar y así ampliar el negocio, o bien, desarrollar un curso para enseñar a fabricar las fundas”.

Así, el emprendedor concluyó un nuevo objetivo: compartir los conocimientos en diseño y producción gráfica a través de un curso para quienes desean incursionar en la distribución artística, hoy consolidado como Arte Cuadrado, un espacio destinado para expandir conocimiento en expresión artística. 

“Entonces mis redes sociales ya alcanzaban gran actividad, hice una encuesta para ver si alguien estaría interesado. Los resultados fueron muy buenos y comencé a vender el curso”, recuerda.

Durante el primer mes del curso, recibió registro de 11 personas. Hoy, poco más de un año después, suma más de 6,000 alumnos en todo el mundo.

“Es como magia, este curso te puede cambiar la vida”, relatan estudiantes actuales de Gonzalo.

En su trayectoria por el diseño gráfico y expresión artística, Gonz Salcedo afirma que lo gratificante es recibir testimonios de quienes ya comenzaron un emprendimiento propio. “Me dicen que recuperan su inversión en una semana o que han logrado ventas hasta por 100 fundas en una semana”, concluye Salcedo.