En una de las calles de San Francisco se encuentran grandes pilares de piedra de un banco que data del siglo XIX. A unos pasos de distancia de ahí, están las oficinas de Coinbase, la mayor empresa de intercambio de  bitcoins y criptomonedas en Estados Unidos. La compañía es una colmena de ingenieros de software y jóvenes ejecutivos de marketing. Allí, los mundos de la banca convencional y el criptoanarquismo se fusionan. El estilo y filosofía de Brian Armstrong, el cofundador multimillonario de 37 años y CEO de Coinbase, está en el campo de los anarquistas financieros. Se acomoda en su asiento junto a varios empleados, dentro de una fila de pequeños escritorios que se asemejan a los carriles de la biblioteca.  Es un hombre sencillo, porta camiseta y pantalones negros que contrastan con sus zapatillas blancas brillantes. Armstrong habla de un mundo nuevo y valiente en el que estemos liberados de las cadenas de los bancos gigantes y los suministros de dinero, controlados por el gobierno. Durante una entrevista, este empresario generalmente reservado y tímido de la prensa declara por qué se metió en este negocio: “Quería que el mundo tuviera un sistema financiero global y abierto que impulsara la innovación y la libertad”. Sin embargo, al seguir un modelo de negocio, Armstrong encaja con los financieros formales que trabajan en su sector. Ocho años después de su inicio, su empresa ha abierto 35 millones de cuentas, preside más de 21,000 millones de dólares (mdd) en activos y planea superar los 800 mdd en ingresos para 2020. El éxito de Coinbase proviene de actuar como un banco, la compañía extrae fondos de clientes a través de transferencias bancaria y almacena sus activos en bóvedas (desbloqueadas por números). Además se jacta de contar con la cobertura de seguro de Lloyd’s en Londres. Cuenta con un personal de seguridad de 41 personas, incluyendo a un veterano de la Guerra de Irak que evalúa los riesgos del perímetro y un doctor en criptografía que estima constantemente los posibles asaltos matemáticos de criptomonedas.
Foto: David McBee/Pexels

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La propuesta de venta es la seguridad, sin embargo, Coinbase ha competido sin tener esto claro. En 2014, la compañía japonesa Mt. Gox quebró luego de que piratas informáticos robaran monedas, por valor total de 480 mdd. Otro ejemplo son los clientes de QuadrigaCX (uno de los operadores de los intercambios más grandes de Canadá) quienes no han podido recuperar 150 mdd en criptografía, desde que el fundador supuestamente murió repentinamente en diciembre de 2018 con el único conjunto de claves para desbloquear el dinero. Ante esto, los clientes piden que el cuerpo sea exhumado. Sin embargo, para seguir en el negocio, Armstrong ha tenido que alejarse del espíritu autoritario que puso en marcha Bitcoin. Por ejemplo, él juega deportes y mantiene una relación cercana con los inspectores del gobierno. Se espera que el personal de Coinbase que ya asciende a 55 crezca a 70 al final del trimestre. Su objetivo es buscar en las transacciones de criptomonedas el posible lavado de dinero entre sus clientes y ajustarán una nueva regla que exige seguir el rastro de los clientes cuando mueven monedas durante los intercambios. Coinbase envía estritamente los informes 1099-K al Servicio de Impuestos Internos (IRS) de Estados Unidos sobre los usuarios que en un año realizan 200 o más operaciones que involucran 20,000 dólares o más en ganancias. A pesar de este control, ¿cómo atrae Coinbase a los fanáticos de las criptomonedas? Una forma es tener un menú que incluya las 26 monedas más recientes, algunas de las cuales están diseñadas explícitamente para ofrecer más privacidad que Bitcoin. Otra de las funciones fue introducida en agosto de 2018 y le permite a los clientes mover bitcoin a una billetera personal, exenta de las regulaciones contra el lavado de dinero. “Si usted es un individuo y desea almacenar sus propia criptomonedas, no es un negocio de servicios financieros”, dice Armstrong, consciente de los policías de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN) que podrían estar al tanto. “Hay compañías, incluidos nosotros, que proporcionan herramientas para que las personas almacenen su propia criptomoneda y la usen”. Nacido cerca de San José, de padres ingenieros, Armstrong mostró una racha emprendedora desde la escuela primaria. Recuerda haber visitado la oficina del director en algunas ocasiones,  bajo la acusación de operar una empresa de reventa de dulces en el patio de recreo. No te pierdas: Blockchain 50: La revolución del Bitcoin que va más allá Los negocios continuaron con un plan para revender computadoras usadas y luego de obtener una maestría en 2006 de la Universidad de Rice, creó una startup que vinculaba tutores con estudiantes y trabajó en esta empresa educativa mientras vivía en Buenos Aires. “Me di cuenta que nunca había estado en Sudamérica y decidí viajar durante un año e intentar trabajar en la startup de forma remota, como si fuera una aventura. Gracias a eso descubrí qué quería hacer en mi vida. Fue una experiencia interesante ver el sistema financiero de un país como Argentina, que había pasado por la hiperinflación”, dijo Armstrong.
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Foto: Pixabay

Más tarde se desarrolló como codificador en Airbnb y fue cuando tuvo su cripto epifanía: Su empleador estaba enviando dinero a los propietarios en América Latina cuando descubrió que el envío monetario tardaba demasiado en llegar al otro lado.

“Quería que el mundo tuviera un sistema financiero global y abierto que impulsara la innovación y la libertad”.

Brian Armstrong

En 2010, leyó “El Manifiesto”, publicado por una persona bajo el alias Satoshi Nakamoto, que proponía al bitcoin como moneda subterránea. Las transacciones de criptomonedas se registran en un libro mayor llamado blockchain y son guardadas en archivos de computadora duplicados por una serie de “ángeles guardianes”, denominados nodos. Por otro lado, las disputas sobre transacciones y reglas básicas se resuelven por mayoría de votos. Los nodos mantienen la transparencia y evitan los problemas, al requerir que un participante en la red colabore en el trabajo aritmético, antes de certificar un lote de transacciones. Además un nodo que completa la tarea aritmética recibe una compensación monetaria. El sector minero no le interesaba a Armstrong. Sin embargo, detectó una oportunidad en el negocio de proteger las llaves de las criptomonedas y establecer transacciones. Cualquiera podría hacer su trabajo con algún software, pero si hay un mal manejo en el protocolo, las monedas podrían ser robadas o se perderían. Armstrong vivió momento difíciles al invertir 1,000 dólares en monedas con un precio de 9 dólares cada una, sin embargo, el valor se hundió a 2 dólares y él continúo teniendo fé en el negocio. Durante los fines de semana y hasta altas horas de la noche, Armstrong escribió un código en Ruby y JavaScript para comprar y almacenar criptomonedas. Estructuró la red bitcoin como lo hizo una generación anterior de programadores con el internet al crear navegadores. ¿Valió la pena el esfuerzo constante de Armstrong? Una inversión de 150,000 dólares proveniente de Y Combinator (la compañía de startups más exitosas de Estados Unidos), fuente de financiación inicial para Airbnb y muchas otras empresas, respondió esa pregunta en 2012. Fred Ehrsam, alumno de Goldman Sachs (la banca de inversión y de valores más grande del mundo) se unió a la empresa y le dio credibilidad a Coinbase con los bancos que estarían invirtiendo dinero a la compañía.

Foto: Reuters.

Los capitalistas de riesgo, liderados por Andreessen Horowitz, han derramado 500 mdd en Coinbase. “Es como si Google creara Gmail para bitcoin.”, dijo Chris Dixon, socio de Andreessen que trabaja en Coinbase. La última ronda de financiación valoró a Coinbase en 8,100,000 mdd. Ehrsam, de 31 años, abandonó Coinbase, sin embargo, retiene su participación; se mantiene ocupado organizando el capital de riesgo para startups con el objetivo de utilizar criptomonedas y blockchains para construir las redes de transacciones para las corporaciones. La esencia de lo que Armstrong tiene en mente se puede capturar en la palabra “defi”, que en inglés significa finanzas descentralizadas o desafío a la autoridad. Se supone que “defi” debe llegar a todos los aspectos de la riqueza; algún día, supuestamente, los blockchains respaldarán el comercio, la garantía de los préstamos entre pares, sin las instituciones financieras habituales como intermediarias. Curiosamente, Coinbase tiene una licencia de corredor y concesionario. ¿Podría algún día terminar con las bolsas de valores? Tal vez sí. Si la gran visión de Coinbase consiste en ser la puerta de entrada a las finanzas descentralizadas de todo tipo, los ingresos provienen de cosas más mundanas como las comisiones comerciales.  Coinbase permite a los aficionados entrar y salir de la criptografía, o cambiar una criptografía por otra, con varias tarifas y extensiones que llegan aproximadamente al 2%. En comparación con Binance (empresa  de intercambio de criptomonedas), los especuladores pagarían un 90% menos, pero estarían lidiando con una compañía que habita principalmente en el oscuro mundo de las finanzas. Binance, con sede en Malta, solo tiene una pequeña presencia en los Estados Unidos. Los comerciantes serios obtienen un mejor trato y beneficios, utilizan Coinbase Pro, una plataforma diferente que replica el libro de pedidos de compra y venta de una bolsa de valores; aquí, la comisión combinada de comprador y vendedor varía del 1% para pequeñas operaciones hasta el 0.07% para un nivel de 100 mdd. Más de la mitad del volumen comercial de Coinbase Pro proviene del comercio algorítmico. La variación de oferta/demanda en bitcoins, actualmente valorados en 9,300 dólares, cada uno, se miden en monedas de diez centavos. En términos porcentuales, la propagación criptográfica compite con la extensión del fondo ETF SPDR S&P 500 que es muy inestable. El problema con los ingresos por comisiones es que es extremadamente sensible a los precios criptográficos. Cuando Bitcoin colapsa, como sucedió en 2018, el volumen de negociación se reduce y los ingresos en dólares de cada moneda disminuyen.

Foto: Bitso.

Por lo tanto, Coinbase está tratando de crear flujos de ingresos estables para equilibrar las comisiones. Un elemento importante proviene de una operación de custodia para clientes institucionales, asegura Alesia Haas, directora financiera de la compañía. El almacén digital, ampliado en gran medida por la adquisición de negocio institucional de Xapo parte de Coinbase desde agosto pasado, posee 8,000 mdd en bitcoins y otras criptomonedas.

“Recuerdo cuando intentamos enviar dinero a Uruguay y no sabíamos cuánto se reflejaría en el otro lado”.

Brian Armstrong

Una nueva fuente de ingresos es la participación. El titular de ciertas monedas, como tezos y EOS, cobra tarifas por confirmar transacciones en la red. No hay un cálculo de trabajo ocupado que consuma electricidad como con bitcoin, sin embargo, se necesita cierta delicadeza, porque estropear el procedimiento provocaría que la apuesta del jugador se confisque. Coinbase maneja los detalles y divide los ingresos de la participación con sus clientes. Tiene el papel de un corredor de bolsa que presta sus valores con margen a los vendedores, a excepción de que es poco probable que se reduzcan los ingresos. Otro producto de Coinbase, llamado USD Coin, desarrollado en asociación con el círculo de intercambio de criptomonedas, permite a los clientes cambiar dólares estadounidenses a cambio de una criptomoneda con el mismo valor pero que se puede comercializar más rápidamente. Los dólares en cuestión generan intereses que Coinbase comparte con sus clientes. Coinbase anunció que manejó 80,000 mdd en transacciones el año pasado. (Binance se jacta de tener un volumen diario que se anualiza en 1 bdd (billón de dólares). ¿Es eso suficiente para obtener ganancias? El Oficial Principal de Finanzas, Haas, permite que el resultado final entre y salga de la columna cada mes. Sin embargo, confirma que sí se excluyen elementos no monetarios, como los cargos por amortización del crédito mercantil y el valor hipotético de las opciones de los empleados, Coinbase ha sido sólidamente en el negocio durante años. En una empresa obsesionada con el crecimiento, el dinero sale casi tan rápido como entra. Coinbase ha cuadruplicado su personal a 1,000 empleados, desde la contratación del director de operaciones, Emilie Choi, hace dos años. En la sede, los trabajadores de construcción apenas pueden mantenerse al día con las nuevas contrataciones. Sus oficinas se encuentran en Nueva York, Dublín y Tokio. Y hay más planes para el futuro. Choi, que llegó a Coinbase tras desarrollar negocios en LinkedIn, ha llevado la cartera de capital de riesgo de 0 a 60 empresas. Incluyendo a Bison Trails en la ciudad de Nueva York y Alchemy, en San Francisco, ambos con el objetivo de ayudar a las corporaciones a usar blockchains. Además de Amber Group ubicado en Shenzhen, China, que aplica inteligencia artificial al comercio de criptomonedas. Choi dice: “Mucho de lo que estamos haciendo en el lado de riesgo en Coinbase, son cosas que probablemente no haría como director, pero creemos que son realmente interesantes”. Armstrong agrega: “Estas apuestas de riesgo podrían ser enormes, no sabemos si van a funcionar ya que realmente pueden tener una tasa de fracaso bastante alta, sin embargo, si no lo hacemos, no estamos pensando lo suficientemente en grande”. Crypto (la plataforma pionera de pagos y criptomonedas) ha sido calificada como “veneno para ratas” por Warren Buffett; como “fraude” por Jamie Dimon y como “la madre de todas las estafas”, según el economista Nouriel Roubini. Todos unidos por una misma interrogante, ¿en dónde está la recompensa para la economía?

Foto: André François McKenzie / Unsplash.

Armstrong plantea un futuro en el que miles de nuevas empresas usan criptografía para recaudar capital, dentro de un mercado global que ya no está controlado por las firmas de Wall Street. Predice que en una década, el número de personas que participan en la economía blockchain explotará de 50 millones a 1,000 millones. Armstrong explica que estamos destinados a disfrutar de un sistema financiero “más global, más justo y más libre”. Hay un componente emocional en la búsqueda de la liberación financiera. Surojit Chatterjee, director de producto de Coinbase, recuerda lo que sucedió cuando India casi destruyó las tenencias de divisas en un ataque sorpresa a la oferta monetaria. Su padre de 80 años pasó cinco horas en la fila para recuperar el equivalente de 30 dólares. Muchos países, incluidos México, Argentina, Rusia y Chipre, han perpetrado confiscaciones de riqueza de este tipo, en las que se congela o se convierte obligatoriamente en algo menos valioso, Estados Unidos también ha presentado casos así. En 1933, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt incautó el oro, reemplazándolo con trozos de papel que perdieron su valor en un 95%. Al igual que el oro, bitcoin es demasiado complicado para ser utilizado como medio de intercambio. El mecanismo para agregar transacciones al libro mayor significa que toma 10 minutos confirmar un pago y que solo se pueden realizar cuatro transferencias por segundo. Esto no se puede ejecutar una economía global. Sin embargo, Armstrong, asegura que las soluciones están en camino. Una de ellas es considerar el bitcoin como una reserva de valor y agregar una capa encima para las transacciones, de la misma manera que una base inactiva de depósitos en efectivo y depósitos de la Reserva Federal, respalda un torrente de cheques y pagos electrónicos en el sistema bancario. La otra opción es crear nuevas monedas digitales teniendo en cuenta la velocidad de las transacciones. Entre los que admite Coinbase están litecoin y bitcoin cash. Coinbase cuenta con una licencia de corredor y concesionario. ¿Algún día podría terminar las bolsas de valores? En diciembre, Coinbase obtuvo la primera autorización de su tipo de Visa para emitir tarjetas de débito que permiten a los titulares realizar compras en los 46 millones de ubicaciones (incluidos los cajeros automáticos) que aceptan Visa, y obtener el dinero de una cuenta de Coinbase con criptomonedas. Inicialmente, estas tarjetas de débito estarán disponibles para residentes de 29 países, pero no para Estados Unidos. Sin embargo, Coinbase podría desarrollar su autorización de Visa en otra línea comercial: la emisión de tarjetas de crédito en nombre de otros intercambios de cifrado. Mientras tanto, los bancos no pierden la oportunidad de rediseñar las redes de pago utilizando dólares a la antigua. Zelle (un sistema de pago instantáneo administrado por un consorcio de grandes bancos) administró 187,000 mdd, de tráfico el año pasado, lo que lo posicionó muy por delante del Venmo de PayPal. Zelle está principalmente dirigido a clientes minoristas que hacen cosas como dividir los gastos de las cenas, sin embargo, ha manejado transacciones de hasta 3.2 mdd. No hay duda, la tecnología disruptiva está llegando al sistema bancario y Coinbase formará parte de él. Es el único conjunto que aparece en las listas Forbes Fintech 50 y Blockchain 50. Sin embargo, Armstrong, tendrá mucha competencia comenzando con los bancos centrales, que están tramando sus propias monedas digitales. Facebook no ha renunciado a Libra, que pretende ser una moneda digital accesible a nivel mundial, respaldada por activos como dólares y euros. “Que florezcan mil flores, cuando comencé Coinbase, la mayoría de la gente pensaba que el blockchain era una locura. Sin embargo, actualmente los gobiernos están invirtiendo en blue chips (sociedades cuyos valores bursátiles son estables) y eso es un indicador muy alentador”, asegura Armstrong. También lee: Visa le otorga a Coinbase el poder de emitir tarjetas de débito de bitcoins

 

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