Las asignaciones ‘ociosas’ de Petróleos Mexicanos (Pemex) representan un gasto de casi 200 millones de pesos (mdp) mensuales en cuotas e impuestos. El pasado 28 de agosto de 2019, la Secretaría de Energía (Sener) otorgó 64 asignaciones de exploración y extracción de hidrocarburos a la compañía estatal, con el fin de contribuir al desarrollo a mediano y largo plazo del país, a pesar de que Pemex ese mismo mes no pudo acreditar actividades mayores a 80% en los planes de exploración o un descubrimiento en poco más de 50 asignaciones para poder conservarlas y desarrollarlas en caso de éxito. Las nuevas asignaciones comprenden un total de 61,180 kilómetros cuadrados aproximadamente, con las cuales, el gobierno pretende incorporar 989 millones de barriles de petróleo crudo equivalente de reservas 3P (Probadas, más Probables y Posibles) a favor de las metas de restitución del Estado mexicano. El desembolso de la empresa mexicana corresponde al derecho de exploración y del impuesto por la actividad exploración y extracción de hidrocarburos, respectivamente. La Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos establece que la cuota de exploración, que recibe el Fondo Mexicanos el Petróleo (FMP) es de 1,355 pesos por kilómetro cuadrado durante los primeros 60 meses. La cifra escala a 3,242 pesos a partir del mes 61. En el caso del impuesto por la actividad de exploración, que se entrega al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por cada kilómetro cuadrado, la empresa paga 1,768 pesos por el impuesto. La Sener destacó en un comunicado que la entrega de las áreas a la compañía mexicana era un “ejercicio responsable y sostenido de los recursos del subsuelo”, incluyendo el cuidado del medio ambiente. Marco Cota, CEO de la consultora Talanza Energy, consideró que las áreas debieron haber sido canceladas luego de su vencimiento en agosto, pues la Sener tiene facultades para asignarlas posteriormente cuando Pemex decida trabajarlas. “Tenerlas paradas les cuesta 200 mdp al mes, entonces es un tiradero de dinero si son asignaciones que no van a trabajar”, declaró. Actualmente, 19 asignaciones del total cuentan con un plan de trabajo presentado al regulador energético, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Aunque la mayoría son actividades programadas y no realizadas,  varias de ellas traen actividad sin un plan de exploración porque son pozos que venían perforando al amparo de asignaciones y planes anteriores a la reasignación de áreas por parte de Sener, explicó Fausto Álvarez, especialista energético y ex titular de la unidad de administración técnica de asignaciones y contratos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La empresa también ha tenido problemas para cumplir con compromisos previos que incluso califica como  “importantes”. Un ejemplo emblemático es la perforación del pozo Asab-1 para evaluar si el megayacimiento Zama descubierto por la estadounidense Talos Energy con su asignación AE-0005-2M-Amoca Yaxché-03, retrasado por la falta de plataforma. Aquí la historia: Evaluación de Pemex sobre Zama puede retrasarse hasta marzo Cota dijo que Pemex debería utilizar la herramienta de farmouts ante la falta de recursos financieros y tecnología disponible que enfrenta la compañía para comenzar actividades en todas las asignaciones, además de la fuerte presión sobre el presupuesto que significa el apoyo gubernamental a la empresa estatal. “La mejor alternativa es que Pemex busque socios y ponga a trabajar esas áreas”, agregó Cota. Pero durante 2019, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador canceló siete licitaciones de asociación entre Pemex y empresas privadas, y ha preferido los contratos de servicio para el desarrollo de sus áreas petroleras. Lee también: Pemex tiene que decidir sus propios farmouts: Nahle

 

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