El canje voluntario de pistolas, armas largas, bazucas, morteros, granadas, cartuchos de dinamita y un millón de cartuchos y balas salvó vidas en las calles, barrios y pueblos de la Ciudad de México (CDMX).
“Nosotros decimos que una arma menos es una vida más, ya que cada una de esas 8 mil armas es potencialmente un instrumento para herir o quitarle la vida a una persona”, declara Martí Batres Guadarrama, secretario de Gobierno capitalino.
Además, el programa “Sí al desarme, sí a la paz” sacó de las calles, barrios y pueblos de la CDMX más de un millón de balas y cartuchos: “Ya es una cantidad muy grande con las que podría hacerse daño a muchas personas”, declara el funcionario del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
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El programa de desarme ha puesto su granito de arena para la reducción de los homicidios en la Ciudad de México, comenta Batres en entrevista con Forbes México.
“Han disminuido en efecto el número de homicidios en la Ciudad de México y también en los homicidios que ocurren en los hogares. Las estadísticas señalan que hay digamos una gráfica a la baja en todos estos casos”, agrega el funcionario capitalino.
“Hemos tenido una disminución del número de homicidios y empezando el 2019 había casi cinco homicidios dolosos al día en promedio y a partir de ahí empezó a bajar a 4 a 3 y a 2 que estamos actualmente”, manifiesta.
El número de homicidios subió entre el 2015 y el 2019 de manera sostenida, mientras que entre el 2019 y el 2022 bajó el número de homicidios, ahí importan muchas acciones y el programa “Sí al desarme, sí a la paz” es una de ellas, apunta.
El canje de armas en la ciudad inició como un ensayo cuando Andrés Manuel López Obrador era el jefe de Gobierno, pero ahora en la administración de Claudia Sheinbaum se sistematizó, señala.
El gobierno de la Ciudad de México firmó en días pasados un acuerdo con la Iglesia católica, la cual dejó que en los atrios de sus parroquias se instalen módulos del programa: “Eso facilita que las personas lleven sus armas y entreguen sus armas en los atrios de las iglesias”.
En el atrio de la iglesia de San Hipólito es donde más armas se han entregado en la CDMX, ya que es permente el módulo.
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En los módulos del programa de desarme hay personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el cual destruye las armas entregadas por la población.
También está presente personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes reciben las armas y verifican que no estén cargadas, así como funcionarios de la Secretaría de Gobierno, quienes analizan las armas y de acuerdo con un tabulador indican el monto de dinero que se le paga a las persona por alguna pistola, rifle de asalto, granada, bazooka o mortero.
Las personas que entregan armas reciben un apoyo económico; por ejemplo, una pistola está en unos 10 mil pesos —un poco menos o un poco más dependiendo del estado en el que se encuentre—, mientras que por un arma larga se dan de 15 mil pesos a 20 mil pesos o incluso más, señala el secretario de gobierno de la Ciudad de México.
“Llegó una señora con dos rifles usados, en buen estado, y se le dieron 43 mil pesos por los dos rifles”, explica Batres, quien también es senador de la República con licencia. La retribución mayor que se entrega por un arma de fuego es de hasta 25 mil pesos.
La gran mayoría de las armas entregadas al programa “Sí al desarme, sí a la paz” son pistolas.
Se logró ubicar con el programa de desarme que en los pueblos del sur de la Ciudad de México hay muchos rifles viejos, que fueron entregados de manera voluntaria en los atrios de las iglesias, recuerda el funcionario.
También ha habido casos en los que se entregaron de manera voluntaria cuernos de chivo, un mortero, granadas, cartuchos de dinamita y hasta una bazuca, refiere.
El programa puesto en marcha en la Ciudad de México tiene diversas implicaciones, ya que es parte de una estrategia de promoción de la cultura y educación para paz y combate a la violencia, afirma Barres.
También se convirtió en una acción para trabajar de manera preventiva contra delitos como homicidios y lesiones con arma de fuego, agrega.
El secretario de Gobierno indica que en el gobierno capitalino saben muy bien que hay ciertas estrategias que se deben seguir en el combate a los grupos del crimen organizado. “Sin embargo, hay homicidios que ocurren no por razones del crimen organizado, secuestros, asalto a mano armada, sino por riñas en los barrios o familias en la Ciudad de México”.
El 25% de los homicidios, detalla, ocurre en riñas en familias, por lo que el programa de desarme ha incidido particularmente en la lucha contra la violencia homicida, señala Batres.
El programa, además, ayuda a combatir feminicidios, situaciones de violencia familiar, lesiones con arma de fuego y homicidios en riña, puntualiza.
El canje de armas es anónimo, es decir, la persona que entrega un arma no tiene por qué dar su nombre ni su domicilio: “Eso nos ayuda a que se entregue la arma, ya que lo que más nos interesa es que las armas salgan de los hogares”.
“A nosotros lo que nos interesa es que esas armas no estén en los hogares de la CDMX, porque pueden caer en manos de menores, ser utilizadas en contra de mujeres y vecinos; entonces, sacar esas armas es lo que nos interesa”, expresa.
“Comenzó el programa de desarme, pero se interrumpió por la pandemia y a fines del 2021 se relanzó. Entonces el 2019 y 2022 han sido los más provechosos en este programa de traer estas 8 mil armas”, destaca Batres.
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