La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó que Brasil captó en 2022 más inversión extranjera directa (IED) que México, un país que se ha visto beneficiado por el arribo de empresas de Asia al país, fenómeno conocido como nearshoring.
“Brasil fue el principal país receptor (de capitales) de la región (con un 41 por ciento del total), seguido por México (con el 17 por ciento)”, según el informe anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2023.
En 2022, Brasil atrajo más de 91 mil 502 millones de dólares de inversión extranjera directa, mientras que México captó 38 mil 932 millones de dólares, agregó el reporte realizado por el organismo multilateral.
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Los empresarios extranjeros invirtieron 46 mil 439 millones de dólares en Brasil durante 2021. En contraste, México recibió capitales por 33 mil 478 millones de dólares en 2021.
“Ambos países recibieron más inversión extranjera directa que en 2021, aunque el aumento de las entradas de la inversión extranjera directa en el Brasil fue mayor y explicó el 56 por ciento de la variación interanual de toda la región”, explica la Cepal.
De este modo, América del Sur fue la subregión que registró un mayor incremento de entradas de la inversión extranjera directa en comparación con 2021.
En 2022, ingresaron a América Latina y el Caribe 224 mil 579 millones de dólares de inversión extranjera directa, cifra un 55.2 por ciento superior a la registrada en 2021 y el máximo valor desde que se lleva registro.
“Este resultado se explicaría principalmente por el aumento de la inversión extranjera directa en algunos países, en particular en Brasil, así como por el crecimiento de todos los componentes del arribo de capitales, especialmente la reinversión de utilidades, y por el alza de las apuestas para hacer negocios en el sector de servicios en América Latina.
“El reto de atraer y retener inversión extranjera directa que contribuya efectivamente al desarrollo productivo sostenible e inclusivo de la región sigue más vigente que nunca”, comentó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
“Hay nuevas oportunidades en una era de reconfiguración de cadenas globales de valor y de relocalización geográfica de la producción ante una globalización cambiante”, afirmó el representante del organismo en la presentación de las principales conclusiones del estudio en conferencia de prensa en Santiago de Chile.
“El reto no solo es atraer y retener, sino maximizar la contribución de la IED al desarrollo, y para esto los países deben poner atención a las políticas de desarrollo productivo post-establecimiento, que incluyen el fomento a los encadenamientos productivos, políticas de agregación de valor y ascenso en las cadenas de valor, de desarrollo de recursos humanos, de infraestructura y logística y de construcción de capacidades locales”, enfatizó el alto funcionario de las Naciones Unidas.
Tras dos años con cifras muy por debajo de su promedio histórico, en 2022 Brasil casi duplicó el valor de inversiones recibidas en 2021 (aumento del 97 por ciento), con entradas de capital por 91 mil 502 millones de dólares, añadió Cepal.
“Esta reactivación del interés del capital extranjero por invertir en el país se manifestó en todos los componentes que conforman la inversión extranjera directa”, explicó.
Un elemento destacado en 2022 fue la importancia de las inversiones en hidrocarburos, tanto en recursos naturales como en manufactura de Brasil.
“La extracción de petróleo y gas (representó un 13 por ciento del total de la inversión extranjera directa), junto con la actividad de refinería de coque, derivados del petróleo y biocombustibles (16 por ciento), representaron el 29 por ciento de las entradas totales de IED en Brasil”.
“En 2022, las entradas de inversión extranjera en México aumentaron por tercer año consecutivo y se recibieron 38 mil 932 millones de dólares, un 16 por ciento más que en 2021”, precisa.
En 2022 se destacaron de forma extraordinaria las inversiones en la industria fílmica y del video (un 15 por ciento del total de la IED, cuando entre 2010 y 2021 representaron únicamente el 0.2 por ciento) y el transporte aéreo (un 6 por ciento del total, cuando entre 2010 y 2021 representó el 0.3 por ciento).
“En el caso de la industria fílmica, este ingreso se explica por la fusión entre el Grupo Televisa, de México, y Univisión, de los Estados Unidos, mientras que la situación del transporte aéreo se explica por una reestructura en Aeroméxico”, concluyó Cepal.
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