Emprender en Chiapas es como querer sembrar en un desierto. Sin embargo, para un grupo de emprendedores representa la puerta de entrada a Centroamérica. ¿Quiénes son ellos y qué planes tienen?     Cuando regresó al estado que lo vio nacer, el paraíso de su niñez se había convertido en un desierto. A sus 28 años de edad, Mauricio Pariente retornó a Chiapas después de haber estudiado la universidad, y al momento de querer fundar su propia empresa miró una sequía de negocios que amenazaba cualquier idea de emprender. La falta de infraestructura e incentivos para crear nuevos negocios ensombrecían el panorama de la entidad más pobre de México. Chiapas es la entidad con el mayor número de habitantes pobres en el país, al sumar más de 3,782.3 personas en pobreza y 1,629.2 en pobreza extrema, de acuerdo con la última medición presentada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). “Esto era como un desierto de negocio en donde las empresas podían morir de sed”, dice el joven chiapaneco. A pesar de las dificultades, Mauricio dio vida al proyecto empresarial que parecía imposible en un principio.  Tres amigos chiapanecos unieron esfuerzos para crear Procesa Chiapas, una compañía dedicada a la producción de atún enlatado en aceite y agua. En la actualidad, el producto elaborado por Procesa Chiapas es comercializado por Walmart de México, y hay planes de incrementar su presencia en toda la República Mexicana. Pero el proyecto de estos emprendedores no sólo se reserva para el mercado nacional. Los planes a largo plazo consideran la exportación de su producción a América Central. Un camino que otros empresarios en Chiapas tienen en el radar. “La frontera es una gran área de oportunidad, y ahí hay unos proyectos muy interesantes, como convertir a Tapachula, Chiapas, y la frontera sur en un centro logístico para Centroamérica. Eso brindaría la oportunidad de importar productos, pero también de exportarlos, una opción que muy pocas veces volteamos a ver”, asegura Rodrigo López, presidente del consejo directivo de Endeavor en Chiapas El mercado centroamericano representa una oportunidad de llegar a entre 40 y 50 millones de habitantes. Es la oportunidad de Chiapas y México. Mientras otros estados del país, como Nuevo León, tienen una promesa de negocio en Estados Unidos, el sistema emprendedor de Chiapas trabaja por generar las condiciones tecnológicas y de talento profesional necesarios para aprovechar el mercado potencial que aguarda en Centroamérica. ¿Lo logrará?   Un lugar olvidado “Hay proveedores que no llegan hasta Chiapas. Es más, ni los servicios de mensajería llegaban a la zona de Tapachula”, recuerda Mauricio Pariente. Pero sus socios estaban mucho más animados. Uno de ellos era Rodrigo López, quien también había regresado al estado al mismo tiempo que Mauricio. Con la experiencia y las ganas de generar proyectos similares a los que se habían puesto en marcha en otras latitudes, como Brasil u Honduras, Rodrigo López regresó a Chiapas para trabajar en la construcción desde la empresa familiar, Grupo Coninte, y ayudar a la firma a modernizarse en sus procesos para competir desde el sureste con otras firmas nacionales asentadas en Monterrey, Guadalajara y Yucatán. El siguiente paso era más ostentoso: llevar la innovación empresarial a Chiapas. “Me di cuenta en ese momento que 85% de las estructuras metálicas que se vendían en el estado venían de afuera y las fábricas pequeñas se peleaban por el 15% restante, lo que generaba una competencia desleal”, dice López Rodrigo se unió con dos de sus amigos que acababan de desempacar en su estado natal. Los tres compañeros de infancia tenían la idea de detonar la industrialización de la región a través de un negocio propio. Así nació Marina Azul, la marca estrella de Procesa Chiapas, firma dedicada a la comercialización de atún. “Ese proyecto lo arrancamos en 2002, y empezamos a producir en la planta durante 2006.” Ésa era la prueba que López necesitaba para convencerse que era posible iniciar un cambio en la actividad empresarial de Chiapas. Tanto fue el convencimiento del potencial de emprender en el estado que Rodrigo López decidió ir más allá de la formulación de un negocio y mitigar el retraso a través de un proyecto: Endeavor. “Chipas representa muchas cosas. Lamentablemente no tiene el grado de industrialización ni de generación de empresas que agreguen valor a sus productos y servicios”, dice el ahora presidente del consejo directivo de Endeavor en Chiapas. En 2008, el entonces secretario de Economía de Chiapas, Roberto Albores Gleason, decidió llevar la oficina de Endeavor a su estado natal, aunque pronto se dio cuenta que el proyecto no podría ser liderado por el sector gubernamental, sino que debía ser la iniciativa privada, que se concentraba en la fundación Fomento Económico de Chiapas. Sin embargo, la iniciativa tuvo vida hasta 2011, cuando el consejo local de Endeavor decidió abrir la oficina de emprendedores de alto impacto con las aportaciones de un grupo de empresarios que formaban dicho consejo. “Nos dimos cuenta de que Endeavor es lo que necesita Chiapas para salir adelante”, dice Rodrigo. La agroindustria y el turismo son los sectores que mayor presencia tienen en Chiapas. Sin embargo, Endeavor ha visto entre sus emprendedores nuevos sectores que se empiezan a posicionar como opción para emprender. El sector  metalmecánico acapara 30% de los emprendimientos, la agroindustria 60% y 10% el turismo. No hay mano de obra calificada para las operaciones financieras, comerciales y contables, pero hay esperanza. “Estamos viendo algo de innovación, que eso es lo importante”, dice Rodrigo López. Para la empresa de Pariente y sus socios ha sido una odisea conseguir personal calificado para el desarrollo de la compañía. Procesa es la única empresa de Endeavor Chiapas que se encuentra reconocida a nivel internacional por la organización de emprendedores.   La frontera El año pasado, los directivos de Endeavor y los emprendedores del sistema en Chiapas visualizaron una oportunidad que podría ayudarles a dar un salto al otro lado de la frontera con Centroamérica. El gobierno de Chiapas anunció la construcción de la Plataforma Logística Llano San Juan, una iniciativa que deriva del Sistema Nacional de Plataformas Logísticas que impulsa el gobierno federal a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaría de Economía (SE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este proyecto tiene el objetivo de impulsar la productividad de las empresas mediante la optimización de tiempos de traslado de las mercancías entre las compañías asentadas en Chiapas con el resto del país y Centroamérica. “Eso brindaría la oportunidad de importar productos, pero también de exportarlos, una opción que muy pocas veces volteamos a ver”, asegura Rodrigo López. Las primeras inversiones ya empiezan a surgir. En octubre del año pasado, un grupo de empresarios chiapanecos anunció una inversión de 150 millones de pesos (mdp) para la construcción de un centro de distribución farmacéutico regional, que se construirá a lo largo de 2015. La noticia es afortunada para los emprendedores, ya que facilitaría la operación de nuevas empresas en el estado. Sin embargo, el trabajo de los empresarios y las organizaciones no es sencillo. El trampolín aún no es suficiente en el contexto actual de los negocios en Chiapas.   El salto El año pasado, Endeavor y el gobierno lanzaron una iniciativa para impulsar emprendedores. Se recibieron 1,000 solicitudes para participar. “Para nosotros, un emprendedor de alto impacto es aquel que genera los empleos y distribuye la riqueza para que después pueda convertirse en el inversionista o mentor de las próximas generaciones de emprendedores. Generar eso en Chiapas es nuestro mayor sueño y motivación”, dice Monserrat González, directora de Endeavor en Chiapas. La oficina de emprendedores de Chiapas busca que en un plazo de cinco años alcancen hasta cinco emprendedores del estado certificados internacionalmente; ahora tienen seis empresas nominadas y esperan cerrar el año con nueve candidatos a la red de Endeavor. Formar nuevas empresas es la apuesta para aprovechar las oportunidades que se visualizan en los sectores productivos del país, pero también una forma de prepararse en un intento por traspasar las fronteras de México. Centroamérica importa muchas materias primas, pero también requiere de productos de construcción y maquilados, como electrodomésticos, además de alimentos procesados. “Vale la pena aprovechar esa oportunidad”, dice González. Pariente tiene la meta de llevar a Procesa Chiapas a incrementar sus ventas este año. Nuevos canales de distribución son la meta de la compañía. “Llegará el momento en que volteemos y encaminemos de manera fuerte nuestra estrategia hacia Centroamérica. Es un gran mercado y una gran oportunidad”, dice el emprendedor. Por ahora son claros los retos y los caminos para mejorar la competitividad de los emprendedores chiapanecos. “Hay mucho trabajo que hacer en el acompañamiento de los emprendedores para ver crecer su idea de negocio. La gran oportunidad es el plan de negocios y fortalecer la estrategia financiera”, explica el directivo. Mauricio Pariente tiene claro que el sistema emprendedor aún se encuentra en el desierto que observó al regresar a Chiapas, pero a lo lejos ve en México y Centroamérica algunos oasis para los negocios: “La mesa está puesta y servida para que aprovechemos todos los apoyos y oportunidades que se están dando.”

 

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