Ante los constantes cambios en la legislación fiscal mexicana es completamente necesario que los contribuyentes -del tamaño que estos sean- tengan una debida asesoría por parte de un profesional de la contaduría, ya sea para llevar su contabilidad o para tributar de la manera correcta. 

En ese sentido, si como clientes estamos buscando una asesoría integral y de alta calidad, debemos ser conscientes de que esta tiene un precio cierto que vendrá aparejado del servicio a recibir, los conocimientos con que cuenta el prestador de servicio y sobre todo, el valor agregado que se pueda recibir en el futuro.

Entonces, ¿cuánto cobra un contador confiable? Pues bien, esta no es una pregunta fácil de responder pues, como se expuso, los honorarios de un profesional de la contaduría tienen componentes diversos que deben ser analizados.

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Entrando en materia, es imperante que los clientes sepan que los aspectos profesionales del actuar de un contador se encuentran regulados en el Código de Ética Profesional (CEP) elaborado por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos y que claramente es el punto de partida para los profesionales que ejercemos esta profesión.

En ese sentido, al hablar de honorarios, es preciso mencionar que el referido CEP no hace referencia alguna a importes a cobrar por el desarrollo de una actividad, sino a los aspectos a considerar cuando un profesional de la contaduría está por iniciar negociaciones respecto de un requerimiento de prestación de servicios.

Para tales efectos, el CEP señala que el contador público en la práctica independiente puede cotizar cualquier honorario que considere apropiado. Situación que nos lleva a comprender que el profesionista dará el justo valor al trabajo que estará efectuando.

Evidentemente en el mercado podemos encontrar precios mucho más bajos que el que cotizamos nosotros y, para tales efectos, el CEP establece que este hecho no es falta de ética; sin embargo, estos precios pudieran generar una amenaza a los principios fundamentales de la contaduría, pues el precio cotizado pudiera ser tan bajo que haría que desempeñar la actividad para lo cual se nos está contratando no sea redituable.

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Esto se puede comprender de manera más sencilla si pensamos que un trabajo de alta calidad requiere, mínimamente, de alguien que elabore y alguien que supervise, así como insumos básicos para poder desempeñar la actividad para la cual se nos está contratando. Motivo por el cual el honorario pactado debiera asegurar que se pueden cubrir los costos de elaboración, supervisión e insumos; de lo contrario, el profesionista estaría perdiendo dinero.

Otro punto importante para destacar en la negociación de honorarios es la existencia de amenazas en el cumplimiento de la tarea, motivo por el cual, es imperante evaluar las amenazas y aplicar salvaguardas.

¿A qué me refiero con esto? El CEP señala que las salvaguardas incluyen hacer del conocimiento del cliente los términos y alcances del trabajo y, particularmente, la base sobre la cual se generan los honorarios, ya que pudieran existir trabajos adicionales que no forman parte de las tareas para las que el contador no fue contratado. Por ejemplo, la participación en licitaciones, ya que típicamente se contrata a un contador para la elaboración de la contabilidad e impuestos y después se le involucra en las gestiones de una licitación (destacando que esta última tarea no está incluida en aquellas para lo que se le contrató).

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En ese mismo orden de ideas, como parte de los ejemplos que el CEP pone respecto de las salvaguardas que se tienen ante las amenazas, se encuentra el hecho de asignar al proyecto a profesionales calificados para el desarrollo de la tarea, así como el asignar un tiempo apropiado al desarrollo de la actividad.

Con lo expuesto a lo largo del presente, se busca transmitir que el honorario claramente estará estipulado en las negociaciones a entablar entre los clientes y el profesionista; sin embargo, ambas partes tienen que considerar que la contraprestación pactada debe cumplir con las necesidades contratadas por el cliente y también tomar en cuenta que el profesionista tiene que efectuar erogaciones mínimas para poder desempeñar la tarea para la que se le está contratando. 

Asimismo, resulta necesario que, como todo en esta vida, al contratar un servicio de contabilidad -de la naturaleza que este sea- se deben plantear las bases de este, los alcances del trabajo, los riesgos, los cargos adicionales, los viáticos, entre otros, justo para evitar malos entendidos en el futuro.

Por lo anterior, resultará claro comprender que el honorario pactado, deberá ser acorde a los intereses del cliente; y a la par, tampoco descobijar al profesionista ya que la prestación de servicios profesionales es la forma en que este se gana la vida.

(Te sugerimos llamar al CCPM al teléfono 55 8461 0730 o 55 1105 1950 para solicitar asesoría en tu caso específico).


*M.F. y L.C.P.C. Eduardo Estrada Borja es integrante de la Comisión Técnica de Auditoría Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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