En 2021, investigadores de Maryland y Michigan publicaron un artículo en el que mostraban que, seis años antes de su diagnóstico, los individuos que desarrollaban la enfermedad de Alzheimer o un trastorno relacionado eran más propensos a dejar de pagar una factura en comparación con los adultos mayores sin ese diagnóstico. De igual forma, eran más propensos a desarrollar puntuaciones crediticias por debajo de lo normal.

Harvard Health Publishing señaló que el estudio tuvo muchos problemas, como la desigualdad en la edad media de los grupos (lo que podría significar que los resultados se debieran en realidad a la edad y no a la enfermedad de Alzheimer) y el hecho de que subestimaba las verdaderas dificultades económicas a las que se enfrentan quienes desarrollan la enfermedad, entre ellas, la mala toma de decisiones y el convertirse en víctimas de estafas financieras.

Si un adulto joven e incluso maduro cognitivamente intacto puede caer en algún tipo de fraude cuando es abordado vía telefónica, los adultos mayores con demencia de Alzheimer y quienes se encuentran en la fase previa a la demencia del deterioro cognitivo leve son aún más susceptibles.

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Las investigaciones realizadas en adultos mayores sanos sugieren que la susceptibilidad a las estafas puede deberse al encogimiento de las estructuras cerebrales relacionadas con la memoria, algunas de las mismas estructuras que se encogen en la enfermedad de Alzheimer.

Las personas con enfermedad de Alzheimer son víctimas de estafas porque tienen el juicio y la toma de decisiones deteriorados. La toma de decisiones financieras requiere el funcionamiento coordinado de muchos sistemas cerebrales para recuperar información previa de la memoria, incorporar nueva información a la memoria, mantener esa información en la mente y analizarla. Las personas con la enfermedad de Alzheimer tienen problemas con los sistemas cerebrales implicados en todas estas funciones.

Esta dificultad en la toma de decisiones y el juicio es lo que conduce a los dos siguientes problemas financieros más importantes en la enfermedad de Alzheimer: donar demasiado dinero a causas legítimas y hacer malas inversiones financieras.

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Donaciones

Puede ser difícil para cualquiera hacer un seguimiento de todas aquellas causas legítimas y donar una cantidad adecuada dentro de su presupuesto. Las personas con problemas de memoria y juicio tienen muchos más problemas para saber a qué organizaciones benéficas han donado recientemente y cuándo deben dejar de hacerlo para tener suficiente dinero para cubrir sus gastos personales.

Inversiones

Incluso las personas más inteligentes y con una memoria excelente pueden llegar a tomar malas decisiones de inversión que provocan importantes pérdidas financieras.

Dada su complejidad, no es de extrañar que muchas personas que acaban desarrollando un trastorno de la memoria hayan tomado malas decisiones de inversión en los años anteriores a su diagnóstico. En los casos más extremos, llegan a perder los ahorros de toda su vida.

¿Cómo proteger a tus seres queridos con esta enfermedad?

El Dr. Andrew E. Budson, jefe de neurología cognitiva y conductual en el Veterans Affairs Boston Healthcare System y profesor de neurología en la Harvard Medical School, señala que a través de medidas sencillas se puede proteger a un ser amado con Alzheimer e incluso a la familia de experimentar problemas financieros:

  • Para evitar las estafas es mejor no contestar el teléfono a menos que sea alguien conocido. En la actualidad, los smartphones se pueden configurar para silenciar las llamadas desconocidas
  • Hay que decidir de antemano a qué organizaciones benéficas legítimas le gustaría donar a la persona durante el año. Lo ideal es hacer solo esas y no responder a ninguna otra solicitud
  • Es preferible tomar las decisiones de inversión con un familiar, amigo o asesor financiero de confianza
  • Intenten crear una cuenta bancaria separada que contenga solo una pequeña suma de dinero y una tarjeta de crédito con un límite de gasto bajo.

“Estas medidas permitirán a las personas que padecen Alzheimer seguir con su día a día sin preguntarse dónde quedan grandes sumas de dinero”, asevera.

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