En la entrega anterior de este texto se dio cuenta del activismo de los empleados, fenómeno que ha proliferado a nivel mundial como respuesta a diversos fenómenos comunes. Sin embargo, con todo y los cambios del mundo, existen soluciones para los líderes de las organizaciones con alto índice de activismo de empleados.
  1. Qué no hacer
En primer lugar, no hay que minimizar ni ignorar estas peticiones, ya que conforme avancen los acontecimientos que originan el activismo —tanto dentro, como fuera de la empresa—, es probable que más personas se adhieran a la causa o que la desatención sea dañina para el ambiente de trabajo. Por lo anterior, también es mala idea manejarlos con mano dura.
  1. Qué sí hacer: Comenzar escuchando
Quizá la mejor actitud que puede tener un líder de organización es considerar al activismo de los empleados como una fuerza con potencial positivo; primeramente muestra que los miembros de la organización tienen pensamiento crítico y tienen causas más allá de sí mismos, lo que sería lo opuesto a la apatía. Inclusive pueden mostrar que han elegido trabajar en esta organización por sus valores y causas, descartando otras. Lee: El activismo de empleados llegó para quedarse Se pueden tomar diferentes enfoques, todas con el fin último de identificar tendencias y entender la realidad como es:
  • Realizar encuestas para entender hasta qué punto los empleados piensan que la organización está tomando cartas en el asunto que les preocupa
  • Evaluar que los valores de la empresa estén firmemente establecidos
  • Iniciar conversaciones grupales. En modo exploratorio, pueden ser informales, a través de foros o durante las juntas de equipos. En modo más específico y formal, se pueden organizar mesas redondas con una agenda bien definida.
Sobre esta etapa, es clave entrar temprano en la conversación, mostrar una preocupación genuina y busca formas de canalizar las pasiones de las personas.
  1. Desarrollar una política o hasta una filosofía, y tomar acciones
La filosofía de empresa debe evolucionar en función de las experiencia y las preocupaciones de la organización y la comunidad en la que se desenvuelve. Luego de evaluar los valores de la empresa, es importante permanecer sensibles ante las ideas del activismo, de forma que pueda haber una alineación.
  • Revisar los canales de comunicación, para estar seguro de que son efectivos, comprensibles para todos y que son bien atendidos. Asegurarse que las personas entiendan cómo pueden realizar aportaciones.
  • Contrastar los valores de la empresa con las peticiones de las personas, a fin de ver si de alguna forma se pueden adicionar o complementar.
  • Otra forma de ver lo anterior es considerar si las peticiones originadas por el activismo de empleados pueden ser parte del ‘propósito laboral’ de trabajar en la empresa.
  • Establecer un protocolo de respuesta, incluyendo el caso de una escalada.
  • En caso de que haya alguna política nueva, permanecer flexibles en su implementación, anteponiendo que se pueda crear una atmósfera idónea para atender las peticiones dentro de las iniciativas de la empresa.
  • Mostrar un compromiso genuino, por ejemplo, adoptando posiciones en redes sociales, alineando la estrategia, introduciendo nuevas políticas, entre otras.
  • Rechazar respetuosamente aquellas que no tengan sentido, o que quizá no se alineen en ninguna arista con los valores de la empresa. Reconocer la proactividad de las personas.
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  1. Dar seguimiento para desarrollar buena voluntad y avanzar en la agenda
Cuando los líderes de la empresa muestran que pueden escuchar y tomar en cuenta los asuntos que le interesan a los empleados, se crea buena voluntad, lo cual puede tener implicaciones positivas en el mediano plazo. Las acciones de seguimiento pueden incluir:
  • Programar reuniones de seguimiento, donde los directivos muestren compromiso genuino —inversión de dinero, tiempo, esfuerzo— con las causas de la comunidad.
  • Anteponer las acciones que sean pequeñas victorias, que incrementen la confianza alrededor de la agenda.
  • Contemplar si es posible avanzar con el tema a través de iniciativas de educación o formación interna de líderes sobre el tema.
En conclusión, para abordar el proceso de activismo de los empleados, los directivos deben aceptar que los tiempos han cambiado y tener una mentalidad de crecimiento, a efecto de transformar una crisis en una oportunidad. Estamos en una época donde el futuro del mundo está en entredicho, y las empresas pueden ser agentes de cambio. Y el tiempo es ahora: Business Roundtable, la asociación que agrupa a los CEOs más poderosos del mundo, varios originarios de EU, realizó una declaración colectiva donde dijo que abandonará su adhesión exclusiva a ver por el interés de los accionistas, y buscará tener un compromiso fundamental con todos los grupos de interés alrededor de la empresa: los trabajadores con sus respectivas causas, el primer grupo de entre ellos.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @jarreolar Facebook: Javier Arreola LinkedIn: Javier Arreola Página web: Javier Arreola Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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