Por Chris Westfall* Hasta ahora la entrevista ha ido bien, entonces te preguntan: “¿Cuál es tu mayor debilidad?” Bienvenido a un momento decisivo en tu carrera y a la pregunta más difícil de la entrevista. A pesar de la dificultad para los candidatos, los entrevistadores consideran que esta pregunta es contundente, necesaria y reveladora. Admitir una debilidad parece ser el primer paso hacia la derrota, porque centrarte en ella no podría ayudarte a posicionarte como el mejor candidato ¿verdad? Incorrecto. Los candidatos, CEOs y gerentes de contratación comparten una característica en común: tienen debilidades, defectos y deficiencias. Incluso los ejecutivos extremadamente exitosos son seres humanos defectuosos, a veces, profundamente. Pero esas debilidades no impiden que esas personas sean efectivas para hacer el trabajo. ¿Por qué las debilidades te detienen? Tu mayor debilidad es realmente una característica, como los ojos azules, pecas o dedos. Todos las tenemos. Pero lo que haces con tus talentos, habilidades (y debilidades) es lo que te separa del resto de la multitud. Admitir una debilidad es una forma de aceptar tu humanidad. Nadie es perfecto: ni tu entrevistador, ni tu actual ni nuevo jefe. ¿Por qué buscas ser perfecto? Describir tu mayor debilidad es una oportunidad para demostrar que eres consciente y que tienes el coraje de admitir quién eres realmente. Te presentamos 10 formas de volver a enmarcar tu experiencia y capitalizar tus áreas de oportunidad, con la pregunta más difícil de todas: “¿Cuál es tu mayor debilidad?”
  1. Todo el mundo es un trabajo en progreso: ¿Qué es lo que identificas como un área de oportunidad y algo en lo que estás trabajando activamente en este momento? ¿Delegar o ser líder? ¿Hablar en público? ¿Presentar informes a tiempo? ¿La falta de comunicación? Los buenos candidatos identifican áreas de mejora. Los grandes candidatos actúan y muestran iniciativa, incluso ante la debilidad.
  2. Sé consciente: la autoconciencia es la primera parte de la inteligencia emocional. Antes de tu próxima entrevista, escribe al menos cinco puntos débiles. Pregúntale a un amigo, un compañero de trabajo o a un ex jefe de confianza si están de acuerdo. Ahora es el momento de hablar: ¿puedes compartir estas características sin juzgarte a ti mismo? Porque, en ciertas circunstancias, lo que podrías percibir como una debilidad podría ser una fortaleza. Revisa tu lista y observa cinco características que han conducido a resultados no deseados: resultados que no fueron favorables. ¿Cuál es la historia de cómo tu debilidad se convirtió en una lección y dio lugar a nuevos resultados? Esa es la debilidad que quieres compartir en la entrevista.
  3. Cambia la dinámica: los seres humanos están programados a anhelar consistencia y reconocer el cambio. Un ejemplo del término japonés, kaizen, que significa mejora continua. Concéntrate en los cambios que estás haciendo para que tu debilidad no sea un desafío, sino simplemente una característica. Ese kaizen significa describirte a ti mismo sin mucho autocastigo por tu forma de ser. ¿Siempre exhibes una característica particular? Por ejemplo, las personas que se identifican a sí mismas como abiertas a veces se quedan calladas en las reuniones. Recuerda: nadie es una sola cosa todo el tiempo. No es una debilidad no poder alcanzar el estante superior en el almacén; la debilidad es no estar dispuesto a ir a por la escalera y dar ese primer paso. Cuando no pierdes el tiempo luchando por ser como eres, tomas medidas para hacer los cambios que necesitas.
  4. Sé específico: si un jugador de futbol en las grandes ligas falla un gol, ¿es un signo de debilidad? Sé franco y sincero con respecto a lo que perdiste, y ten claro en qué comportamiento estás realmente trabajando. El enfoque de las grandes ligas es que las personas sepan que están trabajando con un entrenador en sus habilidades de liderazgo, describiendo su enfoque con detalles claros y específicos. Porque las fallas le suceden, incluso a los mejores. Y recuerda: las circunstancias no son un signo de debilidad. Cómo responder a ellos es lo que convierte a esa falla en una fortaleza.
  5. Evita un escándalo: hay ciertas debilidades que no pueden ser superadas. Eso incluye un historial de actividad criminal reciente o algo más que neutralice incluso tus mejores recomendaciones. Un contador que es débil en matemáticas, por ejemplo, o un gerente de proyecto que no disfruta sumergirse en los detalles. Siempre refuerza tu habilidad para realizar tu trabajo.
  6. El diablo está en los detalles: Presente tu debilidad sin emoción ni juicio. Y sé breve. Un nivel innecesario de detalle invita a la sospecha, el aburrimiento, o ambos. Es recomendable que tus respuestas sean breves, en una entrevista, y brinden una oportunidad para el seguimiento. Después de todo, la mejor entrevista es realmente una conversación, no un discurso ensayado. La pregunta, “¿Cuál es tu mayor debilidad?” no busca iniciar una confesión, simplemente es una oportunidad para mostrar lo que ves en ti mismo. Describa brevemente en qué estás trabajando en términos de mejora y deja que el diálogo fluya desde allí. ¿Tienes curiosidad por saber si has añadido suficientes detalles? Simplemente pregúntale a tu entrevistador si contestaste su pregunta. Si no están satisfechos, te lo harán saber.
  7. Matar a los clichés: no caigas en la trampa de mencionar una debilidad que es realmente una fortaleza. Un entrevistador experto olerá tu falta de autenticidad a una kilómetros de distancia. Por ejemplo, “Mi debilidad es que trabajo muy duro” o “Mi debilidad es que soy un perfeccionista”. Clichés como estos crean sospecha, demuestran falta de imaginación y hacen que la gente se pregunte qué es lo que estás tratando de ocultar.
  8. ¿Qué tanto te importa tu debilidad? A menudo, el valor que se le da a una debilidad es más relevante que la debilidad misma. Por ejemplo, el temor a hablar en público es una debilidad común, pero tomar medidas para trabajar con un entrenador de comunicaciones o ser el presentador principal en las reuniones de equipo demuestra iniciativa. La iniciativa siempre vale más que la debilidad, y el resultado de tu esfuerzo es el más importante de todos. ¿Te han despidieron en el pasado y sigues pensando en eso? Tienes que ser responsable de tus errores si quieres superarlos, pero recuerda que las cosas malas les suceden a las personas buenas todo el tiempo. Parte de estar en el negocio es pasar por cambios, tanto cambios personales como cambios de personal. Su partida fue parte de un cambio, una decisión, que te ayudará a seguir adelante. Vale para demostrar que has seguido adelante. Y, si no lo has hecho, tal vez ese entrenador te pueda ayudar a aceptar el pasado.
  9. No dejes el éxito al azar: si vas a una entrevista, asegúrate de tener un amigo, mentor o entrenador que te haga las preguntas difíciles. ¡No esquives! Acepta las preguntas que no quisieras responder (“¿Por qué te despidieron?” “¿Por qué no luchaste más duro por tu equipo durante los despidos?”) Y luego: escucha los comentarios de alguien de tu confianza. Recuerda el valor de responder las preguntas difíciles: en la sala de entrevistas, puede pasar de “¡Oh no!” a “Pensé que podrías preguntar eso, y me alegro de que lo hicieras …”
  10. La cantidad correcta de preparación: la mayoría de mis presentaciones principales son altamente interactivas, y las personas siempre se preguntan cómo puedo responder tan rápidamente a lo que comparte de la audiencia. La respuesta tiene dos partes: la primera es realmente escuchar y la segunda es la  preparación. Piensa en los temas de los que hablarás y tus ideas principales, pero también concéntrate en escuchar y responder con autenticidad. Al combinar esa conciencia con tu preparación, te darás la mejor oportunidad posible de triunfar.
Replantear “¿Cuál es tu mayor debilidad?” a “¿En qué área de oportunidad estás trabajando?”podría ser la mejor manera de abordar la pregunta. Recuerda que cualquier cosa que describas, si se habla sin juzgar, es simplemente una característica de tu persona. Comparte tus características con confianza y concéntrate en el cambio que está realizando, ahora mismo. Porque, en tu próxima entrevista, podrías encontrar que la autenticidad es siempre tu mayor fortaleza. Esta nota fue publicada originalmente en Forbes.com *Chris Westfall es un coach de negocios reconocido internacionalmente.
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