A pesar de dedicarse a creaciones para divertir a los niños, para la compañía mexicana Juguetes Mi Alegría el esfuerzo para existir por más de 6 décadas no ha sido nada cercano a un juego.
En palabras de Ángel Algara, director de mercadotecnia de la empresa, la historia de 66 años de Juguetes Mi Alegría ha sido “contramercado, contrasistema de cierta manera, y al mismo tiempo, ha sido la historia de una empresa muy apapachada por los mexicanos”.
Juguetes Mi Alegría es un negocio familiar al que le ha tocado ver a México transitar por cambios económicos que han sido definitorios para el sector empresarial, sobre todo para los fabricantes de juguetes.
“Juguetes Mi Alegría es una empresa que ha sobrevivido a todas las crisis económicas que han habido; sobrevivió a la crisis del 94, que fue muy fuerte, y a la del 2007 también”, cuenta Algara.
Y además, expone, sobrevivió al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual entró en vigor en 1994 e hizo que se vinieran abajo la mayoría de empresas de juguetes en México.
“También se sobrepuso al surgimiento de China como la fábrica de juguetes del mundo”, añadió.
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Al ser cuestionado sobre la estrategia de Juguetes Mi Alegría para mantenerse de pie a pesar de las complicaciones financieras históricas, Algara expuso que el secreto de la compañía ha sido ser fieles a sus valores.
“Estamos comprometidos con siempre darle a los niños un aprendizaje y un valor agregado en el juego”, sostuvo el líder de mercadotecnia de la juguetera.
Y es que todos los productos de Juguetes Mi Alegría guardan una enseñanza para los niños, por ejemplo hacer un polímero, preparar un alimento, hacer alguna mezcla química divertida o una manualidad.
Asimismo, los juegos de Juguetes Mi Alegría están pensados para propiciar la convivencia entre padres e hijos, ya que implican un reto de aprender armando.
Concentrados en el juego
Para Juguetes Mi Alegría, su distintivo es hacer juegos para un nicho de niños con interés por aprender. Y de acuerdo con Ángel Algara, responsable de la promoción de los productos, la competencia no se ocupa por producir ese tipo de piezas.
“Mientras todos quieren hacer juegos de mesa, videojuegos, muñecas y carritos, nosotros nos enfocamos en atender a un nicho pequeño de manualidades y juegos científicos. El juguete que algunos niños quieren”, comenta.
Y para mantenerse en el interés de los más pequeños de la población, Juguetes Mi Alegría se da a la tarea de estar constantemente observando las tendencias y anhelos de su público.
Así, mientras hace poco estuvieron de moda los waffles, la empresa lanzó una máquina para hacerlos y ahora que está en auge el consumo de bebidas con tapioca, Juguetes Mi alegría lanzará una máquina para preparar el famoso bubble tea.
“Cada año sacamos 25 nuevos juguetes”, cuenta Algara, quien aclara que, sin embargo, la empresa no deja de fabricar algunas piezas que son icónicas, como el Juego de Química y el Hornito.
Retos y oportunidades
Al hablar de los retos de Juguetes Mi Alegría, la compañía tiene detectado un mercado cada vez menor, por la reducción en la base de la pirámide poblacional.
Asimismo, la empresa considera que cada vez es más complicada la difusión comercial, porque la atención actualmente está muy dispersa. En el caso de redes sociales, la compañía considera que son canales en donde los menores no deberían poner atención, menos en teléfonos celulares.
Sin embargo, la compañía espera poder tomar las decisiones acertadas y seguir ofreciendo en los marketplaces y tiendas físicas sus 150 opciones de juguetes.
Asimismo, espera en unos 5 años entrar al mercado estadounidense y al sudamericano, sin descuidar al público que ya tiene cautivo en México.
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