Por Andrés Rozental* Cada vez que México voltea al mundo, aprende de él, y esta generación ha tenido el privilegio de experimentar la integración global como nunca en la historia: noticias fluyen, políticas impactan y decisiones que hoy se toman a miles de kilómetros de distancia nos parecen íntimas y cercanas. También ha tenido una tarea de sello histórico: la reconstrucción de los idearios tradicionalistas y la transformación de la inercia energética, para asumir con convicción la construcción de futuros alineados a nuestra realidad. Durante años, en México se discutió mucho sobre energía, pero poco cambió. Las cifras son muy claras: en menos de una década, el país perdió más de 1 millón de barriles de petróleo diarios de producción, las tarifas eléctricas para la industria eran cada vez más costosas frente a nuestros socios regionales, mientras que el esquema de subsidios provocó efectos regresivos que confundieron la función social de los recursos públicos. El Modelo Energético Mexicano que inauguró la Reforma de 2013 es el legado de una generación que confrontó la inercia e imaginó un futuro distinto. Su construcción se hizo a partir de tres ejes:
  1. Los retos que el sector presentaba por años de postergar decisiones.
  2. Los aprendizajes que el mundo ofrecía para construir un modelo robusto, con las mejores prácticas internacionales.
  3. La adaptación de lo que el mundo proporcionaba a nuestro entramado legal e institucional.
El resultado ha sido indudablemente positivo: se creó una arquitectura institucional confiable y profesional; la ruptura del monopolio está transformando para bien las empresas públicas y atrayendo a jugadores de todas partes; la inversión sin riesgo para el Estado se proyecta en niveles inéditos y la multiplicidad de oferta comienza ya a dar signos de sana competencia. La experiencia mexicana en estos últimos años ha sido aplaudida por la velocidad con que se han aprobado las leyes que respaldan las primeras reformas, sobre todo la constitucional, por la absoluta transparencia con que se ha llevado el proceso de apertura y por las exitosas subastas llevadas a cabo. Tanto empresas como instancias internacionales han considerado que México ha hecho, en relativamente poco tiempo, lo que ningún otro país ha podido lograr: transitar de un régimen energético basado en monopolios del Estado, a un sistema envidiable de apertura, competencia y resultados positivos. Para continuar con paso firme, hay que seguir mirando al mundo: países como Noruega han creado un ahorro de largo plazo nunca visto con su renta petrolera; Arabia Saudita está migrando hacia innovaciones financieras de su empresa insignia, mientras detona la inversión en energías renovables; Venezuela ha sido capturada por una ideología sin destino; Brasil y Argentina han tropezado cuando tienen riqueza frente a sí y, finalmente, comienzan a retomar el rumbo con resultados alentadores. Lecciones como éstas son útiles para imaginar escenarios futuros, pero debemos estar conscientes de que todavía queda mucho por hacer, así que continuar en el camino de la solidez institucional, de la transparencia y la competencia, revisar los esquemas administrativos pendientes y reparar los espacios de discrecionalidad aún existentes son una tarea central. Hoy, el mundo nos ofrece continuar por los caminos de una ruta cierta; por ello, debemos:
  • Ejercer con disciplina el proyecto energético, priorizando la transparencia, la competencia y la legalidad.
  • Pensar en la energía como fuente de competitividad económica y de recursos para el largo plazo, y no sólo como fuente de renta.
  • Robustecer el andamiaje institucional para generar confianza en los capitales.
  • Tener una visión de flexibilidad y adaptación ante un mundo energético en rápida transformación.
  • A asegurar que el nuevo Modelo Energético Mexicano continúe consolidándose sin vaivenes que pudieran resultar de los cambios sexenales.
(Para obtener más información, consultar: “México ante el espejo: Lecciones internacionales para la consolidación del nuevo Modelo Energético Mexicano”, Comexi, 2017). *Embajador, miembro del Consejo de México con Energía y Presidente Fundador de Comexi.   Contacto: Twitter: @mxconenergía Facebook: méxico con energía Página web: mexicoconenergia.mx/ Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

¿La publicidad intrusiva ciertamente funciona?
Por

Día a día somos bombardeados en internet con productos y servicios que no pedimos, en muchos casos no se trata de una es...