El Pentágono anunció este jueves que su destructor Kearney, que opera en el norte del mar Rojo, interceptó tres misiles de crucero terrestres y varios drones que fueron lanzados por las fuerzas hutíes de Yemen.
El portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder, indicó en una conferencia de prensa que aunque no puede asegurar “con certeza” hacia dónde se dirigían esos misiles y drones, iban en dirección norte, “potencialmente hacia objetivos en Israel”.
No hubo bajas entre las fuerzas estadounidenses y desde el Departamento de Defensa se indicó que tampoco tienen conocimiento de que haya habido bajas civiles sobre el terreno.
Interceptar ese armamento, dijo, es ejemplo de la estructura integrada de defensa aérea y antimisiles establecida por Estados Unidos en Oriente Medio, que el país señaló estar dispuesto a utilizar “cuando sea necesario” para proteger a sus socios e intereses.
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“Tenemos la capacidad de defender nuestros intereses más amplios en la región y de disuadir la escalada regional y una expansión más amplia”, añadió el portavoz del Pentágono, que rehusó entrar en detalles porque todavía se está investigando lo sucedido.
Ryder recalcó, no obstante, que “claramente hay tensiones en la región”, razón por la que se está trabajando duro para mantener las líneas de comunicación abiertas.
El portavoz del Pentágono apuntó que Estados Unidos “mantiene su legítimo derecho a la defensa propia” y que bajo esa premisa se tomó la decisión de derribar los misiles y drones en cuanto se llegó a la conclusión de que suponían una “potencial amenaza”.
Con información de EFE
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