Sumergirse en las memorias contenidas en un vino, desde el terruño hasta su plenitud en boca, es aventurarse en ayeres que emocionan. Pero hacerlo con la guía de los expertos de Matarromera, una de las bodegas más emblemáticas de la Ribera del Duero, infiere una experiencia como ninguna otra. Ésta se ha confeccionado con esmero y a la medida de quien se disponga a conocer el valioso legado que resguarda su rejuvenecida infraestructura.

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En el trayecto, es muy probable coincidir con Carlos Moro, fundador y presidente de Bodegas Familiares Matarromera. Él mismo nos hace saber que disfruta transmitir su pasión por la enología y los hallazgos que nos esperan en los salones de cata.

“Es posible conocer ediciones limitadas de primera mano. Por ejemplo, Pago de las Solanas: un vino del que hemos producido 2,000 botellas de sólo cinco añadas en más de 25 años. Ello, además de Matarromera Esencia, un ensamblaje de las mejores cosechas en la historia de la bodega”.

La “Sala de los Insignes” representa un reconocimiento a las personas que mejoran el mundo. Foto: Cortesía Bodega Matarromera.

El diseño va más allá de abordar los espacios como simples lugares, para conceptualizarlos como espacios que se viven y que establecen un diálogo. Estos cambios forman parte del monumental proyecto que se puso en marcha hace más de tres años, pero que comenzó a gestarse mucho antes.

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Cralos Moro - Bodega Matarromera sostenible 1
Foto: Cortesía Bodega Matarromera.

“No son cosas que surgen de la noche a la mañana. Hay un largo proceso detrás de esto”, asegura Carlos Moro, uno de los hombres más acreditados en la vitivinicultura. En 1988, abrió la bodega que sentó las bases del prestigioso entramado que hoy dirige y al cual ha entregado su vida.

La constante búsqueda de la excelencia exigió una honda transformación, denominada “Esencia Matarromera”, para encarar el futuro con plenas garantías. “Fue un proyecto que requirió mucho esfuerzo. Hubo que planearse muy bien, para que todo encajase con nuestros valores”.

Las instalaciones fueron concebidas bajo criterios de sostenibilidad y eficiencia. La apuesta por las energías renovables se evidencia con celdas fotovoltaicas en la cubierta del nuevo estacionamiento, un novedoso hub de energía y la modernización de los sistemas para el aprovechamiento efectivo de aguas pluviales y residuales.

“Para mí, la sostenibilidad no sólo es un tema económico: es un concepto de identidad, de apoyo e interés genuino por cuidar de nuestro planeta”, asegura Carlos Moro, no sin antes destacar que Matarromera fue la primera bodega en España con certificación Aenor, que mide su huella de carbono.

Foto: Cortesía Bodega Matarromera.

Además del plan propio, denominado “Matarromera sostenible en Planeta Tierra. Objetivo 2030”, la bodega es miembro de la Plataforma Tecnológica del Vino, con sede en España, y participa en la definición de la agenda estratégica.

Carlos Moro está convencido de que modelos de cambio como “Esencia Matarromera” vigorizan el carácter innovador de la vitivinicultura, con apego a su legado. Expandir los horizontes del vino es enriquecer al mundo con arte y esperanza, concluye.

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