Estar en lo más alto del Pico de Orizaba, a 5 mil 636 metros de altura sobre el nivel del mar (msnm), con las piernas temblando, el corazón agitado y una sonrisa en el rostro, fue el punto de partida para que la montañista Viridiana Álvarez cambiara un trabajo de oficina por los sueños entre las nubes y el entusiasmo de responder la pregunta que le surgió justo en la cúspide: “Si así se ve desde lo más alto de México, cómo se verá desde lo más alto del mundo”.

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Pasar tanto tiempo sentada en el trabajo la motivó a hacer deporte y experimentar diferentes disciplinas: primero una carrera de 10 kilómetros, luego correr medios maratones, maratones completos, ciclismo de montaña hasta que, a sus 30 años, subió al Pico de Orizaba. Lo que inició como una aventura se convirtió en un estilo de vida.

En 2017, con 33 años, subió al Everest y por su cabeza pasó que hasta ahí llegaría la adrenalina, pero no fue así; después alcanzó la cima de la montaña K2 (8 mil 611 msnm) y la de Kanchenjunga (8 mil 586 msnm), ambas en el Himalaya, en un tiempo tan corto que la llevó a ganar el Récord Guinness, a los 37 años, por ser la mujer con el ascenso más rápido a las tres cumbres más altas del mundo.

Viridiana Álvarez
Foto: cortesía

Su meta en ese momento se convirtió en una obsesión por mantenerse con vida en el asceso y descenso de las montañas, después de ver varios cuerpos inertes a lo largo del trayecto. Verse en lo alto, generó en ella sentimientos de gratitud al pensar que estaba en un lugar al que muy pocas personas logran llegar.

Hoy, a sus casi 40 años está por convertirse en la primera mujer de todo el continente americano en culminar el “Catorce ochomiles” (subir las 14 montañas más altas del mundo que superan los 8 mil msnm).

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El verdadero reto del montañismo en México

“El montañismo no es un deporte federado, no está bajo la Conade y tampoco hay un apoyo del gobierno federal ni en mi estado [Aguascalientes] para impulsarlo, y tampoco es un deporte que se transmita como el fútbol”, comenta Viridiana y añade que en México ni siquiera es una actividad popular, “menos de mujeres”. Y lo que se llega a difundir sobre esta actividad, proviene de las redes sociales de la propia atleta. “Para mí, es importante [el medio digital] porque a través de éste, damos a conocer lo que se está haciendo los mexicanos en las montañas, en el Himalaya”.

Viridiana revela que escalar el Everest tiene un riesgo bajo de mortalidad a diferencia del K2 donde de cada cuatro que suben, uno muere: “Es un 33%, 35% de fatalidad”. Para ella, es importante ser consciente del riesgo que implica subir a una montaña cada que se propone un objetivo.

Viridiana Álvarez
Foto: cortesía

También saber que deberá enfretarse al desafío de conseguir patrocinadores. Los viajes pueden costar desde un millón de pesos hasta tres millones, nos cuenta Viridiana Álvarez. Esto pone a la actividad en lo más alto de una cumbre difícil de alcanzar, pero no imposible.

A estas complicaciones la mexicana suma el hecho de que, en su natal Aguascalientes, no hay un escenario ideal para entrenamiento, aunque se vale de El Picacho, un pequeño cerro de casi 2 mil 500 msnm que sube en 30 minutos para no perder la condición.

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Los catorce ochomiles

Viridiana Álvarez subió su primer ochomil en 2015 como preparación para el Everest, el cual subió en 2017, después siguió el K2 y pensó en algún momento terminar esta aventura con Kanchenjunga, pero en lugar de alejarse de las montañas, ese logro la impulsó a asumir nuevo retos.

Con menos de una década en el montañismo, Viridiana Álvarez pretende subir ocho montañas este año. “Abrir el Everest sin oxígeno suplementario es como levantar la mano”, ese es el primer reto.

Viridiana Álvarez
Foto: cortesía

En su programa de expediciones está el Tibet y el 7 de junio parte rumbo a Pakistán, donde hará cuatro ochomiles; después, Nepal.

Actualmente hay tres mujeres que han subido catorce ochomiles: la española Edurne Pasaban, la austriaca Geraldine Kaltenbrenner y la italiana Nives Meroi. Para Viridiana esto la hace sentir afortunada, “entusiasmada con lo que viene”.

Además, tiene en puerta un libro que será un decálogo sobre montañismo que saldrá a finales de año y espera escribir durante sus viajes, a lo que se suma su Fundación Líderes de Altura, que apoya proyectos de promoción de salud mental y prevención del suicidio en Aguascalientes, además de empoderamiento de las mujeres.

Viridiana revela que sí hubo cambios en ella después de subir una montaña en México y otra en el Himalaya: “la Viridiana que subió al Pico de Orizaba y la que subió al Everest, yo quisiera decir que soy la misma en cuanto a que sigue soñando y sigue con metas, pero obviamente ese sentimiento, esa parte de la confianza, de vivir cosas únicas, me han marcado, me ha hecho una persona que valora más la vida”.

Viridiana Álvarez
Foto: cortesía

Para Viridiana Álvarez, el montañismo se presta a una analogía para superarse a sí misma y en el mes de la mujer ella, considera importante decir que no hay edad para empezar un proyecto. “Hay que romper paradigmas, estereotipos, todo eso que nos dijeron que si no hacemos o tenemos a cierta edad, ya no lo logramos. Los sueños sí se cumplen, pero no se cumplen solos, hay que luchar y esforzarnos… que no importan donde estemos paradas y que podemos estar donde nosotras queramos estar”.

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