La nueva versión diabólica y retorcida de ‘Las brujas’ ha llegado a los cines de México. Con ella, sorprende una de las actuaciones más esperadas del año con la participación de Anne Hathaway en el icónico papel de La Bruja Mayor, quien inmortalizará a la actriz Anjelica Huston, que destacaba en el papel en la versión de los años noventa.
Hathaway se sumó al proyecto dirigido por Robert Zemeckis con un gran referente. Pese a esto, el profesionalismo de Anne Hathaway como una actriz consagrada y ganadora de un Oscar, la llevó a explorar nuevas maneras de darle su propio estilo al personaje.
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A continuación te presentamos algunos impresionantes datos sobre Anne Hathaway detrás de su reinterpretación del personaje de La Gran Bruja, y cómo logró proponer algo totalmente distinto en la más reciente versión de ‘Las brujas’.
Fanática de Roald Dahl
Uno de los elementos que aseguraron la participación de la actriz en el reboot de ‘Las brujas’, fue que ella misma es una fan de las historias del autor del libro en el que está inspirada la cinta. Hathaway ha asegurado que desde niña existe admiración sobre el trabajo del novelista británico con sus cuentos que transmiten ternura, y al mismo tiempo, comparten las emociones de los niños como algo real.
Una transformación única
Para su papel de La Bruja Mayor, Anne Hathaway se puso en las manos de expertos artistas del maquillaje, quienes elaboraron la abominable apariencia de la actriz. Los expertos utilizaron algunos íconos de los años sesenta para darle vida a su personaje. Recientemente la actriz también compartió un pequeño video en su cuenta de Instagram donde se aprecian las horas que pasó en el área de maquillaje para su caracterización.
Un acento intencional
Lo que nos ha dejado la nueva versión cinematográfica de ‘Las brujas’ es una relación más estrecha con el libro. Ante eso, el personaje de La Gran Bruja, proveniente de una región escandinava, mantiene sus raíces con un acento un tanto especial.
Para lo anterior, la actriz fue auxiliada con un instructor de idiomas que la ayudó a conseguir el acento noruego. Durante su interpretación vemos como resalta con énfasis la letra ‘r’, lo que le da un toque distintivo.
Una bruja con estilo
Otro aspecto que ha sorprendido es el vestuario de la actriz en su papel, dándole un aspecto refinado y elegante. Para consagrarlo, detrás se encuentra el talento de Peter Swords King y Paula Prince, integrantes del equipo de vestuario. Los expertos diseñaron las propuestas de vestuario para Hathaway y cincuenta actrices más que interpretaron a las brujas de la película, incluyendo las personalidades de cada una de ella, así como elementos eléctricos que fusionan las décadas de los años 50 y 60.
Reencuentro esperado
La llegada de Anne Hathaway al reparto de ‘Las brujas’ nos trajo uno de los reencuentros más entrañables. Largos años pasaron para que ella y el actor Stanley Tucci volvieran a trabajar en un proyecto como lo hicieron en la cinta: ‘El diablo vista a la moda’, otra icónica participación actoral de ambos. Para el actor, que interpreta al gerente del hotel donde sucede la historia, el reencuentro ha significado algo extraordinario donde ha podido ver el crecimiento en la actriz.
Admiración a la primera Gran Bruja
Anna Hathaway sabía desde un principio que no la tendría fácil, superar la icónica participación de Anjelica Hudson sería uno de los mayores retos de su carrera. En la nueva versión de ‘Las brujas’, la actriz ha logrado sorprender a muchos por su aportación al personaje.
Semanas atrás, la actriz exaltó el trabajo de su antecesora acreditando su actuación como magnífica, ingeniosa, inolvidable, pero sobre todo, aterradora como el infierno. Para Hathaway, la escena donde Hudson empuja al bebé por el acantilado, en la versión de los noventa, aún le causa escalofríos. Curiosamente, esa escena no fue incluida en el reboot.
La cinta que se estrenó el 29 de octubre en todas las salas de cine de México, es una versión fresca y renovada del clásico inspirado en el libro de Roald Dhal en su segunda adaptación en el mundo cinematográfico.
Definitivamente ambas tienen un común denominador: la magia de un clásico y lo aterrador que pueden llegar a ser las brujas, las cuales están entre nosotros, según cuenta la historia.
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