En tan sólo cuatro décadas, la Denominación de Origen Ribera del Duero se convirtió en un referente de vinos españoles de excelencia reconocido a escala mundial. La clave se encuentra en la fascinante singularidad del terruño y el profundo respeto que le han mostrado los viticultores y las bodegas. La rigurosa labor inmersa en cada botella es algo que los paladares mexicanos han sabido apreciar.

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“Los conceptos de crianza, reserva y gran reserva se valoran mucho en México. Quienes gustan de vinos complejos y estructurados han encontrado en las etiquetas de Ribera del Duero la respuesta a sus exigencias”, asegura Miguel Sanz Cabrejas, director general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O.) y detalla que nuestro país se ha mantenido, en los últimos cinco años, como uno de los principales destinos de exportación, después de Suiza y Estados Unidos.

“Los conceptos de crianza,

reserva y gran reserva se valoran

mucho en México”

MIGUEL SANZ CABREJAS
Maridaje Perfecto
Foto: Fernando Luna Arce.

Para Enrique Pascual García, presidente del organismo, entre los vinos que se producen en esta región española y la cocina mexicana existe una “armonía natural” que va más allá de términos organolépticos, pues abarca otros aspectos, tales como la diversidad, la tradición, las emociones y la visión a futuro con las que han sido concebidos.

Las condiciones climáticas que enmarcan la Ribera del Duero son severas: veranos secos, inviernos
largos y rigurosos, baja precipitación y una gran oscilación térmica. Consecuencia de todo ello es la calidad extraordinaria de la uva, de pequeño tamaño, piel gruesa y maduración lenta y tardía.

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Enrique Pascual
Enrique Pascual García. Foto: Fernando Luna Arce.

La añada 2021, en palabras de Pascual García, ofrecerá “grandes vinos, potentes y longevos, con infinitas
posibilidades de envejecimiento”. Y es que la recogida de las uvas coincidió con un cambio en la climatología, tras días de lluvias que afectaron muy positivamente en su ciclo de maduración, acelerándolo.

La uva Tempranillo otorga el color,aroma y cuerpo característicos a los vinos de la Ribera del Duero. No obstante, en busca de nuevas formas de expresión, los profesionales se han dado a la tarea de potenciar el Albillo Mayor, la variedad blanca autóctona de la región que también es la base de elaboración de tintos y rosados de la D.O., además de experimentar con los tiempos de crianza.

“Cada vino tiene su historia, y nuestra misión es contar esas historias”, subraya Sanz Cabrejas, señalando lo importante que es para el Consejo transmitir ese legado a las nuevas generaciones de consumidores
y apoyar la construcción de una sólida cultura del vino en México y otras latitudes del planeta.

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