Rolex y James Cameron descendieron al lugar más profundo de la Tierra, la fosa de las Marianas. Cameron construyó un submarino y Rolex creó el modelo experimental Deepsea Chellengue para que hubiese un testigo de su hazaña.   Por Francis Jacques   En la actualidad, casi todos nuestros deseos se pueden hacer realidad si contamos con dos factores: riqueza y excentricidad. Según la poetisa y escritora inglesa Edith Sitwell, una persona excéntrica suele ser incomprensible no porque sea ilógica o roce la locura, sino porque su mente es tan original que no puede ajustarse a las convenciones sociales. El explorador y cineasta canadiense James Cameron es un claro ejemplo de ello. El 26 de marzo de 2012, durante la expedición Deepsea Challenge patrocinada por Rolex y National Geographic, el director de películas como Titanic y Avatar descendió de manera individual hasta una profundidad récord de 10,908 metros bajo la superficie del océano a bordo del submarino Deepsea Challenger. Llegó al abismo llamado Challenger, el punto más profundo de la fosa de las Marianas, localizada en el fondo del Pacífico noroccidental al sureste de las Islas Marianas. Allí permaneció aproximadamente tres horas para explorar, extraer muestras y filmar por primera vez en alta resolución esta frontera. Los científicos calculan que 95% del volumen de los océanos continúa inexplorado y guarda secretos acerca del origen de la vida en la Tierra. Cabe destacar que esta expedición ha abierto la puerta a una nueva era de exploración científica de los grandes fondos marinos. Ningún ser humano había regresado a los confines de la fosa de las Marianas desde el 23 de enero de 1960, fecha en la que se realizó la primera inmersión tripulada a lo más profundo del océano en el batiscafo Trieste. Sin embargo, este extraordinario sueño de James Cameron no hubiera sido posible sin un trabajo en equipo realizado junto con Rolex y National Geographic. «Este viaje es la culminación de más de siete años de planificación para mí y el increíble equipo de expedición Deepsea Challenge. Pero la importancia radica en rebasar los límites, hasta dónde los seres humanos pueden ir, qué pueden ver y cómo pueden interpretarlo. Sin el apoyo de National Geographic y Rolex y su creencia inquebrantable de que pudiéramos llegar con éxito al punto más profundo en el océano –y regresar–, esto no hubiera sucedido», aseguró James Cameron. La pasión de la marca suiza por el mar viene de lejos. Sus relojes están vinculados tanto a la expedición de Trieste como a la de Deepsea Challenge. Durante cada una de estas dos inmersiones históricas se fijó al casco del sumergible un reloj Rolex experimental que soportó una presión submarina sin precedentes, emergiendo en perfecto estado de marcha. Es importante señalar que desde la creación del reloj de pulsera hermético Oyster en 1926, Rolex estableció una relación especial con el mundo marino. La hermeticidad fue una característica fundamental que contribuyó a la fiabilidad y a la precisión de los relojes, y lo sigue siendo en los modelos Rolex Oyster Perpetual actuales. Durante la década de 1950, los avances en la tecnología subacuática permitieron el auge de la exploración submarina. La comunidad de submarinistas profesionales adoptó estos relojes como parte esencial de sus herramientas de trabajo e, incluso, contribuyó a su desarrollo. El modelo Deepsea ilustra el dominio de la hermeticidad hasta 3,900 metros, ofreciendo un margen de seguridad considerable para quienes trabajan a grandes profundidades en mar abierto. Los relojes de submarinismo son producto de casi un siglo de perfeccionamiento e innovación de la marca, y se basan en experiencias reales en exigentes condiciones bajo el agua. Precisamente este reloj usó James Cameron durante su expedición a la fosa de las Marianas. La aventura sirvió de referencia para la creación del modelo experimental Rolex Deepsea Challenge, hermético a 12,000 metros y que se puso a prueba en condiciones reales durante la inmersión del cineasta canadiense fijado al brazo articulado del submarino. «Permaneció visible sobre el brazo articulado y funcionó con precisión en el fondo del Challenger Deep», describió James Cameron tras su inmersión. Para conmemorar esta hazaña histórica Rolex presentó hace unos meses una versión conmemorativa del Deepsea, cuya esfera luce un degradado que va del azul oscuro al negro azabache –aludiendo a los colores de las profundidades oceánicas– y es denominada D-blue. La inscripción «Deepsea» que aparece en la nueva esfera adopta el color del submarino verde que el propio James Cameron construyó. Asimismo, se estrenó el documental Deepsea Challenge 3D de National Geographic en Estados Unidos. Robustez y hermeticidad son las cualidades que permiten inscribir a este modelo en el linaje de los relojes de buceo Rolex, del que forman parte el Submariner y el Submariner Date. El nombre hace referencia al Deep Sea Special, reloj experimental que alcanzó la profundidad récord de 10,916 metros durante la inmersión del batiscafo Trieste en la fosa de las Marianas en 1960. Una vez más, la firma relojera suiza confirma su compromiso con la exploración, la innovación y la búsqueda constante de superar los límites.

 

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