Carla Fernández alzó la voz y los murmullos de la sala callaron. Incluso el piso de madera del salón que acogía su exhibición “Manifiesto de la moda en resistencia”, en la planta alta del Teatro Macedonio Alcalá dejó de crujir, pues los pasos de los invitados cedieron su marcha para congregarse, al unísono, en torno a la diseñadora mexicana.

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“Un huipil es un libro abierto; sus brocados nos cuentan cómo se transforma un gusano en mariposa. El mismo rectángulo que por la mañana es una falda, por la tarde es un petate y, por la noche, una cobija. Nos toca poner el freno a la moda basura […]”, lee la diseñadora directamente del libro que sostiene entre las manos.

Al término de su presentación, recogemos las impresiones de una diseñadora que avanza lenta, pero firmemente en la ruta para propiciar un cambio de fondo más allá de la moda.

Carla Fernández
Foto: Gerardo Maldonado, Uriel Torres.

Forbes (F): ¿Cuál es tu propósito último con este libro?

Carla Fernández (CF): Demostrar que hay muchos sistemas de la moda, que hay muchos lugares donde se está haciendo moda de una manera muy resiliente, ética y sostenible. Sí, hay un sistema imperante que es el que está encima de todos estos sistemas [alternativos]; es voraz. En él, la moda se hace sin conocer a quienes están detrás. Sin embargo, nosotros entendemos la indumentaria como uno de los grandes catalizadores de la humanidad en temas de cultura.

La indumentaria es un libro abierto: tú te vistes y podemos ver qué es lo que te interesa. Y éste es un homenaje a los artesanos y a las artesanas de México. Trabajan lento, tienen un proceso completamente sustentable, bien hecho; uno que dice ‘no’ a la obsolescencia planeada; uno que dice ‘no’ a toda esta voracidad de usar y tirar, porque sabemos que el planeta no puede continuar así.

F: ¿Cómo está México en cuanto al apoyo y reconocimiento que debe dar a sus artesanos?

CF: Hemos cambiado políticas públicas. Creo que los artesanos de México no deberían pagar impuestos, porque hacen mucho para que este país sea una potencia cultural. Son cosas que se están pidiendo ya, que vienen de los mismos artesanos, quienes se encargan, día a día, de que se dé este equilibrio ecológico y natural.

Por ejemplo, entre Pro-Oax, Remigio Mestas, la maestra Marta Turok y nosotros, hicimos un cambio de política pública para que las personas que trabajamos con los artesanos seamos las que paguemos esos impuestos. Y ésta es una figura fiscal que ha funcionado; es mucho mejor de lo que estaba [establecido] previamente.

“Los mejores diseñadores de nuestro país son las artesanas y los artesanos”

F: ¿Hasta dónde llegará este proyecto? ¿Se volverá un documental?

CF: ¡Ojalá! Ahorita es una exposición, y está en el museo de Denver. Queremos que esa exposición viaje a México y que de aquí vaya a diferentes lugares. Estoy muy agradecida con Florence Muller, quien es la curadora que nos invitó a Denver. Florence es quien cura las exposiciones de Dior e Yves Saint Lauren, y ella vino a México y se enamoró de nuestro proyecto.

Eso, para nosotros, significa mucho, porque llevamos más de 30 años trabajando en estas colaboraciones, que son difíciles [de acordar] porque vas abriendo brecha, y siempre vas a tener que estar aprendiendo, siempre vas a cometer errores y siempre te vas a caer, pero tienes que reunir la energía para volver a levantarte.

Diseñadora mexicana Carla Fernández
Foto: Gerardo Maldonado, Uriel Torres

F: ¿Cuál es tu máximo sueño como diseñadora?

CF: Que todos entendamos que no existe otra manera de sobrevivir como especie humana más que comprendiendo que todos somos uno y que uno somos todos; que tenemos que procurar el bien común, y que en ese bien común se incluye, por supuesto, lo que usas y la manera como lo usas, así como todos aquéllos que están detrás de lo que utilizas día a día.

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