Este 8 de septiembre lamentablemente se anunció el deceso de la reina Isabel II, con 96 años y poco más de 70 en el trono.
Es bien sabido que la reina Isabel II sentía una gran inclinación por estos peludos de cuatro patas, algunas de las razas preferidas fueron los collies, terriers, pugs, pero los corgis han marcado dos reinados, el de Jorge IV e Isabel II.
Amor por los corgis
El acercamiento de Isabel II con los perros fue durante su infancia, pero hay uno que la marcó para siempre: Susan, su primer corgi que recibió de sus padres cuando cumplió 18 años. Pero no fue muy nuevo ya que su padre, Jorge IV, también fue adepto a esta raza.
Jorge IV fue un amante de los perros corgi e incluso llegó a tener una pequeña manada de ocho entre los que había terriers y labradores.
Puede que ese amor por los corgi Isabel II lo haya heredado de su padre, un amor tan gran que incluso en 1947 llevó Susan a su luna de miel con Felipe.
Susan fue quien inició una amplia estirpe de 30 corgis que culminó con Candy. Es de conocimiento colectivo que Isabel II es una apasionada de los caballos y los corgis, por lo que cada pérdida le ha generado una terrible tristeza.
Después de la muerte de Vulcan, la reina Isabel II decidió que ya no habría más corgis en su casa, no solo por la tristeza que le generaba su muerte, también por su avanzada edad, por lo que Candy fue la última de la estirpe que inició Susan.
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Sin embargo, debido al encierro al que nos vimos obligados muchos por la pandemia y del cual ni la reina Isabel II se salvó, al palacio de Buckingham llegaron nuevos inquilinos.
Días antes del fallecimiento de Felipe de Edimburgo, Isabel II recibió en el castillo de Windsor a un corgi y un dorgi (perro que es un cruce entre un Dachshund y un Welsh Corgi) que le renovaron la ilusión tras pasar la etapa más crítica de la pandemia y la pérdida de su esposo.
Estos nuevos habitantes de Windsor, Fergus —Fergus Bowes-Lyon, tío de la soberana y hermano de la difunta reina madre— y Muik —el nombre de uno de los lagos favoritos de la reina en Balmoral—, no provienen de la misma estirpe que Susan, si no que fueron comprados o adoptados para la reina.
Adiós a la tradición de los corgi
Además, en febrero de este año, la reina Isabel II rompió una larga tradición dentro de la casa británica que ella misma inició tras adoptar una cocker spaniel de nombre Lissy.
La elección de Lissy estaría inspirada en Lupo, el cocker del duque y la duquesa de Cambridge quien lamentablemente falleció en 2020.
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