“Nosotros somos Primo Son porque todos somos primos, la neta, y tocamos el son. Entonces, ahí les va: El Tacón,” así inicia una de las canciones favoritas de su nuevo disco, Yo lo que quiero es romper la piñata, con un fragmento de su primera presentación hace cuatro años sobre la azotea de la academia de música SAE. El quinteto integrado por Rodrigo Ogarrio, Manuel Manterola, Pedro Reynoso, Joaquín Ogarrió y Nicolás Manterola, busca conquistar a México con su particular estilo. Todo comenzó en el garaje de la abuela. En las calles del barrio Mixcoac al sur de la Ciudad de México, la casa se convirtió en el primer estudio donde el quinteto de Primo Son se aventuró en la música al ritmo del son jarocho. Con instrumentos improvisados, maracas hechas con latas, tuppers y arroz; y el jardín, la única audiencia. “Usábamos cinta canela para hacer los tambores, que eran en realidad cubetas, o sartenes,” cuenta ‘Manu’, el guitarrista de la banda. “Y así empezamos, cinco weyes escribiendo rolas chistosas”.
Primo Son

Foto: Primo Son.

Mezclando distintos ritmos latinos entre jarochos, huapangos, cumbias, rock psicodélico, boleros, folk y rancheras, el grupo ha logrado crear un sonido distintivo que realmente no puede ubicarse dentro de un género. Con influencias africanas de Paul Simon, y toques sutiles inspirados en Juan Gabriel, su estilo es un parteaguas en la escena musical del país. Rodrigo, cantautor de Primo Son, mejor conocido como  ‘La Bola’, explica que aún están en búsqueda de una palabra que explique su sonido. ‘Manu’, por ahora, lo llama “tropisensual”. Al final, dice ‘Nico’ el baterista, “se trata de experimentar en todos los géneros que podamos”.
Esto mismo se ve reflejado en su proceso de producción, que en la mayoría de sus canciones presenta sonidos inusuales y únicos. El tiempo del estudio se convierte en laboratorio, buscando cómo crear camas de percusión y ambientes sonoros con momentos de improvisación. En Nubes, se puede escuchar el sonido de la lluvia que caía sobre el estudio mientras los primos se sentaban a comer. El Volado suena sobre una fogata. “Algo que nos encanta hacer es meter a la gente que está escuchando la grabación a la cabina y darles cualquier cosa que haga ruido. Una mesa, una cubeta, o un jarrón de agua. Y entonces cada quien le pega a lo que tiene en la mano, y si suena bien, lo integramos,” cuenta ‘Nico’.
Te puede interesar: Coronavirus y el impacto en la industria musical en vivo Al final de cada canción, se escuchan también los sonidos de lo que sucede en la cabina. “Nubes termina con Joaquín gritando horrible,” -ríe ‘Manu’-, “y decidimos dejarlo en el disco porque es nuestra manera de compartir lo que hacemos dentro del estudio”. Después de su presentación en una de las primeras ediciones del festival Pakaraima, en el área conocida como el Ectágono del Parque Ecológico Tarango, los primos decidieron llevar su música a los oídos de todo el país. “Fue nuestro amigo ‘La Trucha’, que nos invitó a tocar ahí. Empezamos a ensayar en serio, y cuando llegó el día se vendieron doscientos boletos pero fue un momento muy mágico. Todas las personas que estaban ahí bailaban. Ahí nos cayó el veinte de decir, esto vale la pena, que locura. Fue un evento detonador,” relata Pedro, quien toca el bajo. Su primer disco, que ya está disponible en plataformas de streaming, es una carta de presentación que tardó poco más de un año en producirse. Las primeras dos canciones, Cómo La Ves y Vamos ya, fueron producidas con el apoyo de Phil Vinall, uno de los productores más reconocidos del mundo, quien ha trabajado con bandas como Zoé y Radiohead. Pero el resto del proceso fue muy personal en el live room de Panoram Studios. “Este primer disco necesitábamos que fuera producido por nosotros. Que se sintiera hacia dónde queremos encaminar a la banda. Sabemos que no es el último, ni el mejor, pero siempre será el más nuestro”, explicó ‘Manu’. La inspiración detrás del nombre del disco, Yo lo que quiero es romper la piñata, es el mensaje de lo que ha sido una aventura por distintos escenarios en los últimos cuatro años. “Tiene un significado importante: no quiero oro, ni quiero plata, yo solo quiero romper la piñata. Eso es la música para nosotros. No estamos buscando la gran lana, o la fama, es pura pasión artística,” dice ‘Manu’. ‘Joaco’, el integrante más joven de Primo Son, mencionó que trabajar con sus primos “es como un matrimonio”, hay partes buenas y partes malas. Sin embargo, son los valores compartidos y la historia musical de su familia la que los ha impulsado en un proyecto ambicioso para convertirse en el grupo que ponga a bailar a todo México, hasta a su abuelita. ¿Qué viene? El 13 de agosto se llevará a cabo la presentación de su disco en el Lunario del Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Mientras tanto, dice ‘La Bola’, “escuchen el disco, dedíquenle un ratito y pónganle atención a las historias de las letras”. Puedes escuchar su nuevo disco aquí. Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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