El cometa Nishimura, que fue descubierto el pasado 12 de agosto por un astrónomo aficionado, ya se puede ver desde la Tierra, aunque el mejor día para apreciar todo su esplendor fue durante el anochecer del domingo 17, después pasará de largo y no volverá hasta dentro de 434 años.
El cometa, que conocemos técnicamente como C/2023 P1 y que fue bautizado como Nishimura, en honor al astrónomo aficionado que lo descubrió (el japonés Hideo Nishimura), se encuentra a unos 125 millones de kilómetros y sigue acercándose al Sol, por eso, a lo largo de esta semana, su brillo crecerá progresivamente
Según los cálculos del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, el domingo, 17 de septiembre, Nishimura estuvo a solo 34 millones de kilómetros del Sol. Ese día estuvo en su perihelio, cuando alcanzó su distancia mínima con el Sol.
Nishimura es un cometa de largo periodo, es decir, con una órbita muy larga. La última vez que visitó la Tierra fue en el siglo 16 y, según las estimaciones de los astrónomos, no volverá hasta dentro de 434 años.
Los cometas son amalgamas de pequeñas partículas de polvo fino (minerales residuales de la formación del sistema solar) más una proporción de hielo, no solo de agua sino también de metano y amoniaco, entre otros compuestos, además de materia orgánica.
Esta amalgama débilmente unida, al pasar cerca del Sol se calienta, pierde gran cantidad de gas y buena parte del agua puede quedar líquida, por lo que el interior del cometa se debilita y puede acabar fragmentándose.
Estos cometas de largo periodo proceden de la nube de Oort, una estructura que rodea el Sistema Solar formada por miles de millones de cuerpos helados, situada (en su punto más cercano) a una distancia de unas 2,000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Con información de EFE
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