Por Víctor Esquivel, socio Director General de KPMG México

Actualmente, las y los CEO invierten en inteligencia artificial generativa (IAG) porque la consideran una ventaja competitiva para el futuro que podría traerles grandes beneficios, tales como una mayor eficiencia, rentabilidad y eficacia.

De acuerdo con KPMG 2023 CEO Outlook. Superar la complejidad e impulsar el crecimiento, 69% de los CEO a nivel global (68% en México) coincide en que, a pesar de la incertidumbre económica, la IAG es su principal prioridad de inversión, y 52% (46% en México) espera ver el retorno de su inversión en un plazo de tres a cinco años.

La IAG implica mayores inversiones, principalmente en la adquisición de equipos (software y hardware) y en la transformación del capital humano, lo que permitirá a los negocios adaptarse a las exigencias tecnológicas; sin embargo, los frutos de dichas inversiones también se esperan a mediano plazo.

A saber, 22% (24% en México) cree que la principal ventaja de implementar IAG en su compañía será el aumento de la rentabilidad, mientras que las nuevas oportunidades de crecimiento de productos y mercados ocupan el segundo lugar con 15% (18% en México).

Adicionalmente, los CEO no perciben que la redundancia en los puestos de trabajo se constituya como un elemento retador al momento de implementarla (37% en la encuesta global, 70% en México), porque, aunque se logre incorporar en muchos de los procesos que hoy llevan a cabo, el objetivo es que esta herramienta aumente las capacidades humanas, así como su productividad y experiencia.

Por lo tanto, pensar que la IAG viene a reemplazar las capacidades y productividad de los colaboradores sería un error, porque se trata de un potenciador, no de un sustituto. El verdadero reto es capacitar al talento para hacer uso de ella, algo que se conoce como reskilling, lo que le permitirá enfocarse en actividades de mayor valor; sin embargo, las organizaciones también deben considerar que probablemente el desarrollo interno de esta tecnología es algo que no puedan hacer solas, por lo que tendrían que analizar si una alianza con algún tercero sería de provecho.

En este contexto, 57% (68% en México) cita los retos éticos como la principal preocupación al momento de incorporar IAG, seguida de cerca por el costo de hacerlo (56%, 62% en México) y por la capacidad y conocimientos necesarios para manejarla (51%, 54% en México).

Aunado a lo anterior, a las empresas les preocupa que, aunque esta herramienta puede ayudar a detectar ciberataques, también podría traer nuevos peligros al proporcionar estrategias novedosas a los cibercriminales (83%, 82% en México). Ante esto, las organizaciones tendrán que desarrollar estrategias que les ayuden a determinar qué fuentes son confiables y cuáles no, invirtiendo en protección de la información, confidencialidad y privacidad.

En resumen, aunque los desafíos son múltiples, las oportunidades que esta herramienta representa no deben desestimarse. El momento de la IAG es ahora y aquellas empresas que logren incorporarla cuanto antes en sus procesos se convertirán en pioneras que supieron aprovechar la oportunidad.

Las ideas y opiniones expresadas en este escrito son del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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