Por: José Segarra Silva

Las lección de moral contra Silicon Valley Bank está saliendo cara. El Tesoro Americano, liderado por Janet Yellen, durante el fin de semana negó rescatar a Silicon Valley Bank, el número 15 de Estados Unidos. Se eligió rescatar a los depositantes, y que los inversionistas en el banco, tanto en deuda como en capital sufrieran sus pérdidas en un intento de desincentivar el efecto conocido como moral Hazard, la toma de riesgos excesiva entre algunos bancos ante la confianza de que el gobierno los rescate si se meten en problemas. 

Debiera ser una característica del sistema económico que aquellos quienes tomen malas decisiones vayan a la bancarrota. Pero en el sistema financiero no es tan simple. No estamos hablando de diferentes empresas que ofrecen diferentes productos y servicios en diferentes países alrededor del mundo. El sistema financiero está altísimamente interconectado, con muchos participantes ofreciendo los mismos servicios a sus clientes e incluso intercambiando financiamiento a diferentes plazos entre los mismos participantes del sistema.

Entra Credit Suisse. El segundo banco más importante de Suiza, con activos totales de más de 800 mil millones de dólares que lo colocarían como el séptimo banco más grande de los Estados Unidos si lo comparáramos con las instituciones de dicho país, que ahora es el que está contra las cuerdas. Desde 2020, este banco ha estado bajo escrutinio por una serie de escándalos y malas inversiones que lo han llevado a perder más de 120 mil millones de dólares de clientes que han retirado su dinero tan solo durante el cuarto trimestre de 2022, periodo durante el cual se vieron forzados a levantar 4 mil millones de francos suizos para estabilizar su base de capital.

Amanecimos el miércoles con las acciones de Credit Suisse cayendo 20%, acumulando una pérdida de 97% desde su máximo histórico alcanzado a mediados de 2007. Esto provocó un fuerte estrés de las condiciones financieras de todo el mundo, nuevamente impactando la confianza sobre las instituciones financieras globales y provocando fuertes caídas en los mercados. Durante la sesión, el regulador suizo FINMA, calmó durante un rato a los mercados tras anunciar que sacaría un comunicado sobre la situación de Credit Suisse. Se especuló que se iniciaría una de tres acciones para estabilizar al banco. Romperlo en partes, ser rescatado, o ser vendido a UBS, el banco más grande de Suiza.

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Lamentablemente lo único que resultó del comunicado fue un “voto de confianza” por parte del regulador asegurando que mantenía la liquidez y el capital requerido por la regulación y que le inyectaría capital en caso de ser necesario. Esto último era lo que hubiera aliviado al mercado, pero no como promesa, sino como un hecho. Al no hacerlo, sigue la incertidumbre, el sistema financiero continúa estresándose y la incertidumbre, por lo tanto, seguirá multiplicándose, debilitando no solamente a Credit Suisse, sino también posiblemente a otros bancos.

Mientras los gobiernos no actúen de forma decisiva para subsanar la confianza en los mercados rescatando a los bancos bajo ataque, la incertidumbre seguirá aumentando, y la crisis se hará más grande.

Es necesario un voto de confianza, pero con hechos, no con palabras.

Contacto:

José Segarra Silva, CFA, FRM

Twitter, Tiktok, Instagram @soyjosesegarra

José Segarra es un especialista en finanzas que ha gestionado portafolios de inversión de hasta 16 mil millones de dólares. Hoy en día se enfoca en brindar asesoría financiera para maximizar el valor de empresas de industrias diversas.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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