La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reportó en su informe anual 2023 que se registraron las mayores temperaturas en el aire y el océano de las que se tenga memoria; desafortunadamente también se rompieron otros récords tales como el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares y el hielo antártico, la potencia de las tormentas y tornados, su velocidad de formación; el número y extensión de incendios forestales y la desertificación de selvas y zonas boscosas.

La OMM señala que el impacto de las olas de calor, las inundaciones, las sequías, los incendios forestales y los ciclones tropicales, exacerbados por el cambio climático que se vivieron en el 2023 es apenas una primera muestra de lo que le espera a la humanidad para los próximos 50 años.

El costo en términos económicos es incalculable, el daño hecho a la biodiversidad parece ya irreversible y la calidad de vida (la propia supervivencia) de las generaciones futuras está en grave riesgo debido a los efectos del calor extremo, escasez de alimentos, sequías, epidemias, migraciones masivas, conflictos, inundaciones y pobreza globalizada.

Investigadores, activistas y científicos de todo el mundo, advierten que entramos en una espiral crítica. Las decisiones, acciones y programas acordados no se han cumplido, muchos esfuerzos han sido en vano debido a postergaciones, excusas, politiquería e indolencia. Cada día son más evidentes y extendidos los efectos negativos:

  • Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin disminuir, existe una alta posibilidad de que podamos experimentar un aumento del nivel del mar de hasta dos metros para 2100.
  • Casi el 30% de la población del mundo enfrenta diversos problemas derivados de la falta de agua.
  • El 56% de la población está expuesta al consumo de alimentos y agua contaminada o en condiciones muy por debajo de las normas de calidad establecidas.
  • Se detectaron aumentos en las muertes y enfermedades por cáncer, diabetes, obesidad, cardiacas, pulmonares e infecciones relacionadas con los efectos del calor, la contaminación y el cambio climático.
  • Está previsto que el 2024 será un año con temperaturas récord de calor, mayores inundaciones, sequias, tormentas, tornados e incendios forestales; con todo lo que implica en costos económicos, demográficos y ambientales.
  • Como nunca más de la mitad de los hábitats naturales, lagunas, mares, bosques, zonas de reserva, selvas y valles que persisten están al borde de quedar convertidos en tierras estériles, condenando a la extinción a la fauna y flora.
  • El 10% de la población mundial está bajo presión para emigrar debido a la escasez de agua y el alto costo de la vida como consecuencias del cambio climático.
  • En el 2024, las masas de hielo polar, glaciares y permafrost se extinguirán más rápidamente y de forma irreversible.
  • Al menos el 10% de la superficie de los océanos están en peligro de convertirse en zonas muertas, sobreexplotados y contaminados dejarán de ser una fuente de alimentación y contribuirán a extender grandes volúmenes de basura y desechos.  

A los escépticos todavía les parece exagerado, millones de dólares se invierten en publicidad falsa para esconder la gravedad de la situación, muchos gobiernos siguen en la negación y la corrupción continúa imperando como mecanismo para facilitar la acción depredadora de grandes corporativos.

Limitar el calentamiento global a 1.5° C comparado con la era preindustrial exige cambios rápidos, radicales y de gran alcance en la generación y consumo de energía, la industria, el transporte, comercio, vivienda, basura y protección ambiental. Ya se agotó el tiempo de debates, excusas, discursos y complicidades.

Es el momento de actuar. Desde la organización política, la información, los comentarios y el fortalecimiento de redes de influencia en el tema, como para informar, presionar y participar en los cambios requeridos en los sistemas social y económico.

Cambio de hábitos, incluso desde el hogar, el cuidado personal y las tareas cotidianas podemos tener un impacto positivo y fomentar una cultura de cambio. Exige, consume y apoya el reciclaje, inocuidad y biodegradación de los materiales.

La mayoría de la gente no percibe el grave impacto del uso generalizado de fertilizantes, la emisión de metano y estiércol a la atmosfera; el envío de miles de litros y toneladas de desechos a ríos y mares como efecto de las matanzas y la defaunación y deforestación para crear zonas agrícolas y ganaderas. Tu puedes ayudar informando, comentando y creando conciencia social al respecto.

El cambio climático debe obligarnos a un ajuste severo y profundo de actitud, mentalidad y cultura para hacerle frente. Nuevamente, seamos ambiciosos y creativos, para aportar algo se puede partir de generar nuevos hábitos de transporte, manejo de la basura, consumo, menos plásticos, concientización, el cuidado de las zonas verdes, el turismo sustentable, sociedad ecológica, reciclaje de agua; lucha contra el maltrato animal, un estilo de vida y una dieta ambientalmente responsables.  

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