Por Karina González Fauerman*

Desde la alerta sanitaria por coronavirus, las casas alrededor del mundo se han convertido en escuelas y en oficinas. Como mamá y profesionista, resolver y organizar simultáneamente las tareas necesarias a veces resulta agotador y estresante. Para cumplir con eficacia las labores de cada día sin descuidar a los pequeños, la pedagoga Marcela Cavazos ofrece los siguientes consejos:

Sigue una rutina. Los niños al asistir a la escuela conocen su rol y entienden lo que deben hacer antes, durante y después; de igual manera hay que darles tareas e instrucciones claras en casa. Al implementarles una rutina ellos sabrán qué actividades realizar.

Organiza actividades personalizadas. Es importante “dejarlos ser”, motivarlos a que aporten ideas nuevas y que se sientan tomados en cuenta. De esta forma generarán habilidades no solo cognitivas o físicas sino también emocionales. Podemos darles a realizar el rol del día, es decir, una tarea específicamente para ellos en la que fomentemos el sentido de pertenencia y responsabilidad. Algunos ejemplos pueden ser: regar las plantas, darle de comer a sus mascotas, poner la mesa, lavar ciertos platos, revisar que no falten hielos en el congelador…

Cuida sus emociones.  Hay que entender que somos los responsables de que los niños se sientan amados, respetados y en un ambiente de confianza. Es necesario ser empáticos y esperar comportamientos acordes a su edad. No debemos descargar nuestras frustraciones en ellos.

-Conserva la paciencia. Date tu espacio: si estás estresada, respira, ve alguna habitación donde puedas tranquilizarte y, ya que estés nuevamente en paz, retoma las actividades con tus hijos.

Préstales atención. Lo primordial es la comunicación, platicar mucho con ellos y preguntarles cómo se han sentido. Hablemos abiertamente sobre lo que está sucediendo acerca de la pandemia y mencionarles que, una vez que sea posible, retomarán sus actividades de rutina con las medidas de seguridad necesarias.

Usa menos a la tecnología y más a la imaginación: limita el uso de aparatos electrónicos; mejor organiza actividades que fomenten su imaginación con plastilinas, moldes o pintura. También pueden hacer un álbum de fotos, cocinar, limpiar los juguetes que ya no usa, donar ropa, realizar escenarios como una sala de cine, un karaoke o un teatro con juguetes. No se necesita gastar dinero sino despertar la creatividad.

Evita hacer comentarios negativos. Decir frases como “Me urge que se vayan a la escuela” o “ya no puedo lidiar con ellos”, puede afectarlos emocionalmente.

De acuerdo con la UNICEF, es importante:

Contenerlo: abrazarlo, ponerte a su altura física y decirle que entiendes cómo se siente le darán apoyo. En caso de estar manteniendo distancia social por alguna recomendación preventiva, entonces tus palabras, tono y gestos también tienen un efecto de contención y calma.

Manejar amorosamente los llantos o rabietas: lo mejor es acogerlo entendiendo su emoción. Tu estado de calma lo irá tranquilizando y poco a poco vas a poder hablar con él para ayudarlo a entender lo que le pasa.

Ayudar a los niños a “traducir” lo que sienten: eso significa ayudarlos a entender qué es eso que sienten, nombrar la emoción y relacionarlo con algo que le puede estar pasando. Usa frases tranquilizadoras como “Siento que estás enojado porque quieres estar con tus amigos, y lo entiendo, ¿te gustaría que llamáramos al amigo que extrañas?”.

Contacto:

Karina González Fauerman, mamá y escritora.*

IG: Karichu_soy

Twitter: @karichula

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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