El país puede consolidar un nuevo modelo de periodismo de negocios ante el buen panorama que se aprecia al exterior, sin embargo, la tarea parece apenas iniciar.   La euforia es la sensación de bienestar, resultado de que todo puede ser aún mejor. Es un estado de ánimo propenso al optimismo en el cual se ha envuelto el periodismo económico en México. La publicación de nuevos diarios, revistas y sitios de internet con enfoques económicos está lejos de ser una casualidad. De acuerdo con Elvira Calvo Gutiérrez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, en Estados Unidos, el tirón de la información económica se dio en paralelo al desarrollo de la década de los sesenta. La profesora indica que el boom financiero de las décadas de los 80 y los 90 está relacionado también con el desarrollo económico y del mercado bursátil. En períodos de crisis, las inversiones se hacen mediante asesorías o se especula en Bolsa. Esto aumenta la publicidad financiera, que a su vez redunda en el auge de los medios especializados en economía. En México, la historia podría repetirse. Por ejemplo, en enero de este año la BMV logró 13 máximos históricos y hace unos días Standard and Poor’s cambió la perspectiva de la calificación soberana, a la espera de una buena racha de reformas estructurales. A todo esto habría que sumar los halagos internacionales que el país ha recibido y los cuales describen a México como la próxima estrella de la economía mundial. La tarea de consolidar una prensa económica creíble le ha costado años de esfuerzo a Estados Unidos e Inglaterra, países  en donde los grupos informativos han logrado independencia de los poderes empresariales y políticos. Calvo Gutiérrez indica que el desarrollo de la información económica varía según el avance de cada país y va acorde con las tendencias políticas. “Los países con una prensa financiera más desarrollada son aquéllos que han logrado una tradición de periodismo financiero independiente, como Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón y Suiza”, agrega. El resto de países occidentales arrastra enormes influencias, pero  realiza un periodismo financiero que podríamos llamar “dependiente”, afirma. Una parte fundamental para la prensa económica de calidad es aterrizar los conceptos en ocasiones inexplicables.  Richard Parker, profesor de la escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, afirma que la crítica sobre el trabajo de los periodistas económicos es altamente criticada por los expertos. “A veces se acusa a la prensa de la ignorancia, de la distorsión y de su énfasis equivocado sobre los números. Los periodistas encuentra gran parte de lo que hacen los economistas tanto incomprensible e irrelevante. Muchos de los problemas con que los economistas están preocupados parecen alejados de los ciudadanos comunes”, destaca. El académico indica que una de las razones es que el lenguaje de los economistas es completamente “ininteligible para los profanos” y además los periodistas están mal equipados para realizar la traducción necesaria. “¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación?”, pregunta.  “Que los periodistas se vuelvan más económicamente alfabetizados y mejor recompensados por ello”, responde. En ocasiones, el actor clave, el público,  a menudo está ausente.  Joaquín Estefanía, director de la Escuela de Periodismo UAM-El País, expone que muchas veces las demandas de los ciudadanos no son las mismas que tienen los mercados y los inversores. “A los periodistas nos toca hacer más caso a lo primero que a lo segundo”. Indica que los medios de comunicación deben ser autocríticos y pone como ejemplo la recesión pasada, en donde la labor de los medios quedó rebasada. “No acompañamos a todos aquellos científicos sociales que decían que iban a llegar malos tiempos y que iba a llegar una crisis, en general no hicimos caso de eso y hemos acompañado a todos aquellos que decían que la bonanza era infinita”. La bonanza de México ha iniciado y está escoltada por el optimismo del periodismo económico. Contacto @OscarGraBar

 

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