Por Santiago González-Regueiro* El gran ensayo escrito por el economista Leonard E. Read se ha vuelto tremendamente popular hoy en día. Recontando, “I Pencil, My Family Tree as told to Leonard E. Read”, una singular narrativa en la que un lápiz charla con el economista tratando de averiguar sus orígenes. La clave del ensayo es simple, “ni una sola persona en la faz de esta tierra sabe cómo hacer uno”, es decir, un lápiz. El ensayo se adentra en la fabricación de un lápiz. Comienza por el corte de la madera en el estado de Washington con personas y herramientas altamente especializadas. A continuación, se conduce a otro lugar, -similar a una fábrica- con camiones y rieles donde se le inserta al interior un plomo. Resulta que no es plomo sino algún material más especial que se encuentra en una mina en algún sito lejano. Evidentemente, necesita una goma en la parte superior, nuevamente no es caucho, sino algo muy sofisticado que viene del lejano Este; y así sucesivamente. Se detiene, y señala que el instrumento de escritura más común que recae en cualquier escritorio, la mayoría de la gente nunca ha pensado sobre sus costos. De hecho, esta herramienta incorpora en ella el trabajo de miles sino de decenas de miles de personas en todo el mundo. Estas personas, de alguna manera se han coordinado sin conocerse entre sí, sin tratar de organizarse. De hecho, cuando uno(a) compra un lápiz, en realidad está comprando una cantidad mínima del tiempo de cada una de estas personas y pagando por ello lo justo. ¡Es impresionante cómo puede suceder esto! Cómo se puede producir esta coordinación a tan grande escala entre todos estos puntos y que cueste solo uno o dos centavos de dólar. ¡Y es solo un lápiz! Ahora piensa en algo un poco más complicado. Es evidente que en nuestro mundo económico hay tantas cosas que damos por sentado, pero definitivamente es bastante sorprendente. Yo diría que es mágico. ¿Pero quién es responsable de la magia? En consecuencia, es el sistema de precios. Por lo tanto, es razonablemente fácil de comprender este concepto para un único producto básico; si la demanda aumenta, el precio aumenta. En contraste, si la demanda baja el equilibrio entre los cambios de oferta y demanda se afectan y los precios actúan en consecuencia. Además de centrarse en un solo producto, la magia se vuelve mucho más significativa cuando piensas, no solo en un producto, bien o servicio. Ahora piensa en miles si no de decenas de miles o millones de ellos, y cómo los precios interactúan entre sí. Por ejemplo; alguien inventó el proceso de fracking. Esta innovación impactó directamente el precio del petróleo. Personas en otros lugares del mundo, que aún no saben nada y no les importa el fracking, se percatan que el precio del petróleo está bajando. En paralelo, y en un mundo contrario, supongamos que hay una terrible escasez de agua. La compañía “X” solo puede desalinizar un cierto nivel o capacidad de agua. Ahora, como los precios del petróleo están bajando, construirán otra fábrica de desalinización. Esta nueva fábrica no tenía sentido en el pasado, pero ahora hace mucho sentido. Dicho esto, crecerán y expandirán la agricultura de una manera que antes no era posible. Tal vez, el costo de las verduras también baje porque las plantas suministradas habrán aumentado. Es evidente, que las implicaciones directas existentes o las relaciones con la demanda-oferta-precio de muchos otros bienes, productos o servicios están relacionados entre sí. Los efectos directos son infinitos. Entonces, ¿cómo funciona todo eso? Es clarísimo, que cada vez que la estructura de costos subyacente de un bien o demanda cambia, miles -si no decenas de miles- de precios son impactados directamente por otros miles de precios. Los cambios en el costo y la demanda producen una onda a través del sistema de precios de una manera que causa un efecto, otro efecto, otro efecto. Algo similar al efecto espiral. Para comprender este dilema, cada efecto podría visualizarse rebotando uno contra el otro. Entonces, de nuevo, ¿cómo puede funcionar el mundo y el sistema de precios a esta velocidad? Basado en la reflexión del sistema de precios y tratando de pensar en algo remotamente tan complejo; quizás podría ser comparado con un organismo vivo o tal vez con el sistema meteorológico. Definitivamente algo de ese orden de magnitud o complejidad, y aun así se mantiene funcionando armónicamente. ¿Eh? ¡Realmente impresionante! *Miembro del Consejo de Administración Grupo Baysa S.A. de C.V.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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