Aunque en unos años la baja operación de vuelos desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) será una cuestión anecdótica y su afluencia de pasajeros y líneas aéreas incrementará, por el momento trasladar las operaciones de carga desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) implicaría un aumento en los costos que atentaría contra diversos modelos de negocios basados en la sustentabilidad y eficiencia presupuestal.

Así lo considera Frank Nozinsky, director de Ventas Comerciales para México, Colombia, Ecuador y América Central y el Caribe de Lufthansa Cargo y LCSLM México, en una charla con Forbes México ante el anuncio de las autoridades aeronáuticas del país para mudar, en al menos cuatro meses, los vuelos de carga internacionales a la nueva terminal aérea en el Estado de México.

Actualmente, desde el aeropuerto capitalino, Lufthansa cuenta con tres compañías que ofrecen servicios de transporte de pasajeros, carga y de almacén y logística.

Para lograr que la empresa tenga un modelo de negocios sustentable y eficiente, narra Nozinsky, en México las tres empresas operan bajo sinergias, es decir, aunque son divisiones separadas, a fin de acelerar procesos y reducir costos, los aviones pueden operar de manera híbrida: pueden trasladar mercancías o pasajeros.

“Nuestra posición como Lufthansa Group es que las tres empresas tienen que estar en el mismo aeropuerto”, sostiene el directivo.

¿Mudarse al AIFA que consecuencias traería para la compañía?, se le cuestionó.

“Con esta acción perderíamos totalmente la sinergia, es decir, nuestro modelo de negocios en Lufthansa Aviation Gruop es que se puedan utilizar los aviones de pasajeros como Lufthansa Cargo para tener un mejor servicio al cliente y una máxima ocupación del espacio y con ello lograr la sustentabilidad”, ataja.

“Quiere decir que para los mismos paquetes que manejamos hoy en día tendríamos que operar dos bodegas y en ocasiones poner camiones en la calle, que ya están saturados, y todo esto incrementa el costo y la complejidad”, abundó.

La semana pasada, a raíz de un incidente aéreo entre el control de tráfico aéreo del AICM y dos aviones de Volaris que estuvieron a punto de colisionar, la Secretaría de Gobernación (Segob) junto a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) determinaron que las operaciones de carga nacionales deberían mudarse hacia el AIFA, a fin de quitar saturación al aeropuerto capitalino.

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En el caso de la carga internacional, las autoridades federales estimaron que su mudanza tendría que darse en un lapso de 90 días, en lo que el AIFA completa la infraestructura fiscal y aduanera para albergar dichas operaciones.

Al respecto, Nozinsky comentó que hasta el momento no ha habido un acercamiento del gobierno federal con Lufthansa Cargo para notificar la disposición, por lo que considera aún hay tiempo para negociar con las autoridades la no salida del grupo del aeródromo capitalino.

“Yo entiendo que este tema es de fácil negociación; ahora, no es tomar la decisión al 100%, en teoría quiero pensar que el gobierno es razonable y va a ver que quizá no es tan fácil como han pensado, que es llevar la carga al AIFA y ya está.

“Los cargueros no creo que lleguen al 3% de los slots. El de Lufthansa opera de noche, la autoridad dice que el aeropuerto está saturado de día, entonces no se soluciona nada con que se mude nuestro carguero al AIFA”, enfatiza.

A inicios de marzo de este año, la SICT expuso con base en diversos estudios aplicados en el AICM que la Terminal 1 está saturada en un horario de las 05:00 a las 22:59 horas y la Terminal 2, de las 06:00 a las 19:59 horas; así como de las 21:00 a las 22:59 horas.

AICM saturado, pero no en niveles prepandemia

Para Frank Nozinsky, los recientes incidentes en el AICM y la súbita decisión por mudar operaciones al AIFA no atienden el problema de fondo de la terminal aérea capitalina.

A decir del directivo, el aerodrómo de la Ciudad de México aún está en un 20% debajo de las operaciones que tenía antes de la pandemia de Covid-19, por lo que invocar la saturación como un argumento para llevar aerolíneas al AIFA no es valido.

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Por el contrario, sostuvo, el AICM vive una mala administración que con menos vuelos está provocando un caos mayor.

“El plan ante el saturamiento (sic) del AICM, estoy de acuerdo, lo está; pero si vemos las cifras reales, está un 20% menos que antes de la pandemia, entonces ahora porque han tenido un par de incidentes que son graves y que me preocupan, están acelerando la mudanza al AIFA”, señaló.

“Pero yo digo, con menos estamos creando más caos; para mí, el aeropuerto simplemente está mal administrado. Entonces el gobierno no ha visto todavía o no sabe de estas sinergias”.

En febrero de este año, el tráfico de pasajeros en el AICM fue 14.4% menos que en el mismo periodo de 2019, es decir, la terminal capitalina recibió 3,008,316 pasajeros, una diferencia de al menos 507 mil a los registrados en el año antes del coronavirus.

De acuerdo con cifras de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), en marzo alrededor del 35%, alrededor de 8,926,954 pasajeros, utilizaron el AICM cuando en 2019, antes de la pandemia, la utilización fue de 46.4%.

‘Estaremos en el AICM’: factores que limitan mudanza al AIFA

Aunque la razón principal para Lufthansa Cargo y LCSLM México son las pocas condiciones de sustentabilidad y sinergia con su esquema de negocios, la degradación de categoría 2 al espacio aéreo mexicano y un acuerdo comercial bilateral con el gobierno alemán serían argumentos a considerarse antes de pretender una mudanza de operaciones al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

El año pasado, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) determinó degradar a categoría 2 la supervisión que las autoridades mexicanas hacen a la aviación en el territorio.

La FAA determinó que el gobierno de México ha incumplido con los protocolos de seguridad que se han establecido por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), es decir, señaló que las normas que se aplican en el país carecen de los requisitos necesarios para supervisar a las compañías aéreas con los estándares mínimos de seguridad internacional.

Si bien la nueva calificación permite a las compañías aéreas mexicanas continuar sus servicios existentes a Estados Unidos, prohíbe cualquier nuevo servicio y rutas.

Al respecto, Nozinsky señala que dicha degradación en la calificación mexicana hace inviable que los cargueros de Lufthansa operen una nueva ruta hacia el AIFA pues sus vuelos proceden de Estados Unidos.

“Nosotros no podemos volar desde el AIFA porque nuestro carguero va vía Estados Unidos y como estamos en categoría 2 desde hace un año estamos así, pues tampoco funciona de momento para nosotros”, apuntó.

De igual forma, explicó que existe un acuerdo comercial entre Alemania y México en la que se determinó que la base de operaciones de Lufthansa sería el AICM por lo que una modificación, sin negociarla antes, implicaría el desechamiento del acuerdo.

“Por otro lado hay un acuerdo bilateral entre el gobierno mexicano y el alemán que el gobierno le ha asignado a Lufthansa Cargo slots en el AICM es decir, también pueden, pero tendrían romper ese contrato con el gobierno alemán o renegociarlo, entonces hay varios temas que están sobre la mesa que hay que ver”, apuntó.

Cuestionado sobre la confianza en el gobierno mexicano y su capacidad de negociar la ocupación del AIFA, Nozinsky manifestó su plena disposición a entablar diálogo con las autoridades mexicanas y llegar a un acuerdo que convenga a las dos partes.

“Hay que sentarse a negociar. En dado caso buscaríamos todos los medios legales para no ir (al AIFA), de momento no hay certificaciones para que podamos volar desde el AIFA ante la degradación de categoría en Estados Unidos para abrir una nueva ruta del carguero y por último tenemos nuestro acuerdo bilateral.

“Pero no estamos en confrontación, yo creo que no es una decisión tomada, firme, creo que estamos a tiempo de negociar y creo que se puede llegar a un acuerdo, porque no estamos en contra del nuevo aeropuerto, hay cosas que pueden funcionar, sólo hay que ver el cómo”, señaló el directivo.

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