La pandemia de COVID-19 ha marcado el ritmo de prácticamente todo el 2020, en el que la industria automotriz preveía una caída continuada tras más de 2 años y medio a la baja pero también anhelaba recuperarse.

Para su mala fortuna, el panorama con la pandemia retrasará esa meta. Durante prácticamente dos meses, las armadoras y su cadena de suministro suspendieron operaciones, lo que contuvo grandemente la producción y las exportaciones. Ello se tradujo en caídas en producción y exportaciones durante abril y mayo por arriba del 90%, las mayores en la historia desde que se tiene registro.

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Desde el inicio de la pandemia en marzo, el diálogo con las autoridades fue intenso para permitir la reapertura de las actividades, misma que se concedió para mediados de mayo al clasificar a la industria como esencial y permitir su operación con medidas de protección sanitaria para los trabajadores.

Sin embargo, para julio la industria reportó un alza 0.65% en relación con el séptimo mes de 2019. En el acumulado de los primeros 7 meses del año, las exportaciones automotrices cayeron 30% en relación con el mismo periodo de 2019, de acuerdo con datos de Banxico. El impacto mayor se resintió a raíz del cierre de las armadoras en abril y mayo, pues durante el primer trimestre, antes de las restricciones por la enfermedad, las exportaciones automotrices subieron 1.6%.

El mercado exterior es prioritario para la industria en el país y aunque depende de la demanda global, en principio todo indica que podrá ajustarse pronto. En constaste, el mercado local sumaba más de tres años de caídas en ventas, y por ahora, los pronósticos para el cierre de 2020 apuntan a que en el mejor de los casos, se aproximarán al millón de unidades nuevas, una baja de entre 17 y 35%.

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Para afrontar este nuevo desafío, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) renovó su presidencia este mes, misma que quedó en manos de José Zozaya, quien aseguró que buscará aumentar el peso de la representación al frente de los productores automotores, así como acercar al sector con el gobierno.

Entre las medidas que buscarán promover se contempla un programa de renovación del parque vehicular, así como aumentar la seguridad y la certidumbre para captar más inversiones.

T-MEC, el gran triunfo

La posibilidad de anular el TLCAN había sacudido fuertemente a la industria automotriz en el país. No obstante, su ratificación por los tres países a finales de 2019 y principios de 2020 representaron un impulso para el sector.

Por ahora, la aprobación y entrada en vigor del T-MEC resulta un triunfo y un desafío para la industria. Al regreso de su visita a Estados Unidos con el presidente de ese país, Donald Trump, AMLO resaltó que las inversiones en la industria automotriz aumentarían con promesas, por ahora, para las armadoras de Guanajuato.

De acuerdo con Fausto Cuevas, expresidente de la AMIA, la mayoría de las armadoras iniciaron el trámite para solicitar el Régimen de Transición Alternativa a los nuevos criterios del acuerdo, que aumentarán paulatinamente los valores de contenido regional y laboral, así como el contenido de acero originario de la zona.

No obstante, las armadoras han considerado que podrán adaptarse satisfactoriamente a estas nuevas condiciones.

 

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