El camino de las mujeres en el sector energético de México ha sido doblemente difícil: primero por la complejidad técnica que exige, pero también por los obstáculos del machismo y discriminación industrial que han enfrentado.

Tania Ortiz Mena, directora general de Infraestructura Energética Nova (IEnova), recuerda que cuando trabajaba en Petróleos Mexicanos (Pemex), quiso visitar un barco petrolero. Antes de subir, el capitán del navío le dijo que no podía porque las mujeres eran de mala suerte y además se rompería las uñas.

“No solo no soy de mala suerte ni se me rompieron las uñas, sino que ahora soy directora de la única empresa de energía que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores”, declara la maestra en relaciones internacionales por la Universidad de Boston a Forbes México.

La titular de la Secretaría de Energía (Sener), Rocío Nahle García, cuenta que, incluso como encargada de la política energética del país, diario recibe comentarios discriminatorios y misóginos sobre su desempeño en sus redes sociales.

“Hay una ingeniera especializada en petroquímica en una secretaria de Estado y le hacen comentarios que no le hubieran hecho a economistas, abogados o personas con otra especialidad”, comenta la funcionaria en entrevista.

ENTREVISTA | Soy feminista, pero yo no me paro: Rocío Nahle

La representante del regulador energético Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), Alma América Porres Luna, menciona que durante su paso laboral por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), donde estudiaba los yacimientos petroleros más importantes para el país, hombres le negaban el acceso a congresos energéticos cuando viajaba para realizar presentaciones técnicas.

“No me dejaban entrar porque decían que yo era acompañante, y agregaban: ‘váyase al otro salón, al desfile de modas'”, relata la doctora en geofísica aplicada por la Universidad de Burdeos.

También existen las preconcepciones que afectan el crecimiento profesional de las mujeres en la industria. La directora general en México de la petrolera BP, Angélica Ruiz, menciona que cuando tuvo a su primera hija, pensó que sus jefes le negarían el ascenso que buscaba.

“Me citó el consejo de administración, y para mi sorpresa, me ofrecieron la dirección de la empresa”, relata la economista por el ITAM y maestra por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).

Cambio de rumbo

Aunque las mujeres representan solo 10% de la fuerza laboral de la industria energética a nivel mundial, en México, el cambio se gesta internamente con políticas de género.

Ortiz Mena destaca que más de 30% de la fuerza laboral de IEnova son mujeres y analiza fijar una meta más alta a futuro. Bajo su dirección, ha implementado programas de apoyo a mujeres como mayores periodos de incapacidad por maternidad, trabajo en casa y medio tiempo, además de salas de lactancia no solo en sus oficinas corporativas, sino en las instalaciones de la compañía como gasoductos, terminales y plantas eléctricas.

“La medida permite extender esos primeros meses críticos entre mamá y el bebé”, agrega.

El machismo cotidiano no le quita el sueño a Nahle. “Si yo me quedara sentada todos los días escuchando quejas o críticas en sentidos discriminatorios”.

Recuerda que hoy se gradúan más mujeres que hombres de las universidades. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que  50% de las mujeres de 25 a 34 años tenían estudios universitarios en 2017, frente al 38% diez años antes, mientras que entre los hombres los porcentajes pasaron del 30% al 38%.

Porres Luna, quien fue la única mujer de su generación en graduarse como ingeniera geofísica en la UNAM, considera que los hombres se sienten intimidados por la presencia de mujeres en la industria porque se atreven a decir lo que piensan mientras que los hombres tienden a no hacerlo.

“Hace falta mayor visibilidad de las mujeres. Nos quedamos con una idea que no es vigente: las mujeres no están en los puestos relevantes porque no hay  (…) yo les puedo dar una lista 150 mujeres muy bien preparadas que puede ocupar cualquiera de esos puestos”, declara la comisionada.

Con una fuerza laboral femenina de 37%, la cabeza de BP México propuso redes de apoyo a mujeres ,iniciativas para empoderarlas y recordó que algunas iniciativas, como Voz Expera, persigue una mayor participación de mujeres en el ámbito profesional en áreas que son vistas como dominadas por hombres.

También lee: ENTREVISTA | Soy feminista, pero yo no me paro: Rocío Nahle

Este texto fue publicado originalmente el 9 de marzo de 2020
 

 

Siguientes artículos

Acoso-k-pop-ciberacoso
Selección Forbes 2020 | Ciberacoso a mujeres: extensión de la violencia sistematizada
Por

En 2019 el 24% de las mujeres consultadas fue víctima de ciberacoso, lo cual es una extensión de la violencia que vivien...