Mauricio Servitje Labarrere no olvida una de las tardes en la que su padre lo llevó a visitar las huertas de naranja, cerca del municipio de Martínez de la Torre, en Veracruz. Un grupo de pequeños agricultores se acercó al patriarca de la familia y le pidieron más dinero por su producto.

Su padre respondió que no podía pagarles más en ese momento, ya que la empresa estaba abriéndose paso para crecer en el extranjero, pero sí les ofreció ayudarles a contar con mejores prácticas y financiamiento para que sus tierras pudieran dar el triple de rendimiento y beneficiarse con la multiplicación de sus ingresos. Ese día, el joven universitario fue tocado por una idea que lo acompaña hasta hoy.

“Esa parte a mí me resonó mucho […] Desde que viví esto, me dije que iba a ser muy importante no solamente ver por el bien de la empresa, sino ver cómo impulsar al campo, porque dependemos de éste en una gran medida”, recuerda Mauricio Servitje, quien, hoy, junto con su hermano Roberto, dirige la empresa Altex, una firma que nació en las entrañas de Bimbo y, ahora, se abre paso de forma independiente por el mundo.

Este empresario mexicano es nieto de don Roberto Servitje Sendra, cofundador de Bimbo, e hijo de Roberto Servitje Achutegui, y vive la emoción de ser protagonista en la historia de la empresa de alimentos, que está experimentando momentos cruciales de cara a al futuro.

“Estamos pasando por un periodo bastante interesante en la empresa desde hace dos años. Estamos en la transición del liderazgo en la compañía. Mi papá sigue involucrado, pero dejó el rol operativo del día a día y nos lo está pasando a mi hermano y a mí”, dice el ejecutivo.

Grupo Altex cuenta con productos en las divisiones de frutas en conserva, purés, frescos, mermelada, atún, cítricos y congelados. Los dos jóvenes han definido que las próximas inversiones serán destinadas a impulsar el lanzamiento de nuevos productos en México y Estados Unidos, así como en otros destinos internacionales.

“La mayor oportunidad que vemos es fuera de México, en el mercado de Estados Unidos. El canal de retail y food service de congelado en ese país es inmenso y vemos que es una población que es muy demandante de productos innovadores”, explica.

Para Altex, el 60% de sus ventas provienen de Estados Unidos y un 30% corresponde a México; mientras que el porcentaje restante tiene su destino en Japón y algunas otras regiones de Asia, así como Europa.

“Veníamos de ser harineros. De la harina panificable era casi el 70% de los ingresos del grupo, si contabas el molino que tenemos en La Habana, Cuba […] Ahora hemos podido destinar más recursos y más tiempo a lo demás. Hoy, nuestro producto estrella es el brócoli congelado, y somos bastante fuertes en todo tipo de productos de vegetales congelados”, dice Mauricio.

Una tercera parte del total del brócoli congelado que se consume en Estados Unidos viene de Altex, compañía que busca consolidarse como el jugador más importante de este segmento a nivel global.

Además, Altex busca dar un valor añadido a su línea de congelados para dejar de ser un commodity y ofrecer productos terminados, con mezclas de proteína, pasta, sumando procesos de empanizado y carnes a la parrilla.

En la actualidad, la firma tiene ventas que suman entre 600 y 650 millones de dólares (mdd), tomando en cuenta la operación nacional e internacional del negocio.

Mauricio y su hermano Roberto han replanteado la filosofía de la empresa y se preparan para crecer, como lo han hecho a lo largo de su historia: con innovación y más adquisiciones.

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POSICIÓN PRIVILEGIADA

Altex nació, en 1986, como un abastecedor de materias primas, equipos, maquinaria, moldes y exhibidores para las empresas de Grupo Bimbo, la firma panificadora más grande del mundo.

Sin embargo, a finales de 1999, la empresa se independiza y se consolida como Grupo Altex.

Mauricio tenía 13 años, cuando fue testigo de los pasos de su padre al independizarse de Bimbo. Altex pasó de facturar 170 mdd a casi 1,000 mdd, por la diversificación del negocio, previo a la venta del negocio de molinería hace algunos años, que representaban casi el 50% de los ingresos.

“Siempre tuve mucho interés en ser parte de la empresa [Altex]; y, al ser familiar y ser yo muy cercano a mi padre, desde muy chico estuve involucrado en muchas pláticas, fui a juntas, hice visitas a plantas”, dice Mauricio, quien recuerda que, en su adolescencia, aprovechaba las vacaciones de verano para ir a trabajar en las instalaciones de la compañía que estaba bajo la dirección de su padre.

Fue hasta 2006 cuando Mauricio se integró formalmente a la operación de Grupo Altex. Los dos hermanos han pasado por todas las áreas de la compañía, desde las divisiones de Contabilidad, Logística, Compras y Comercial hasta la operación en las plantas de producción.

“Esta empresa es una parte muy grande de mí desde que soy pequeño”, dice el ejecutivo mexicano. Durante los 24 meses que han transcurrido desde el cambio de la dirección general de Altex, Mauricio asegura que su hermano y él han conformado una “excelente” mancuerna al tomar las riendas del negocio que dirigió su padre.

A pesar de la pandemia de Covid-19, la firma se encontraba en una posición “privilegiada” para adaptarse a los cambios que trajo la emergencia sanitaria en la forma de gestionar y operar la empresa.

Al inicio de la pandemia, en 2020, el incremento en el consumo de alimentos en casa y productos de supermercado representó un impulso en las ventas de la compañía; mientras que la crisis en la cadena de suministro que ha enfrentado el mundo sí ha dado dolores de cabeza a los hermanos Servitje, ya que se ha dificultado la obtención de ciertos insumos o su costo se ha incrementado.

Los productos de Altex se encuentran presentes en un 90% dentro del canal de venta a supermercados.

Sin embargo, el panorama adverso en el negocio por la nueva variante Ómicron y las complicaciones que pueda sumar a la cadena de suministro tampoco le quitan el sueño al grupo, ya que Mauricio considera que la empresa cuenta con la estructura para soportar el mal tiempo, aunque las condiciones en el mercado aún son inciertas.

“Es muy importante que nosotros, como empresas preparemos alternativas en caso de que estos problemas nos sigan afectando”, dice Mauricio, al hablar de las afectaciones logísticas en los transportes, adquisición de plástico, con incrementos de hasta un 30%; aceite de soya, con aumentos de hasta 60%, por mencionar algunos.

La receta de Altex es pensar en las líneas de negocio actuales, sin ser ajenos al panorama actual, con el objetivo de crecer en México y otras regiones.

ALIMENTAR AL MUNDO

La compañía se encuentra abierta a la posibilidad de realizar nuevas adquisiciones de empresas no consolidadas, sino firmas que enfrentan problemas para crecer, las cuales se puedan integrar a la estructura de la organización. “Por ahí tenemos ahorita un par [de negocios en el país] que estamos evaluando”, dice el joven empresario, sin ofrecer más detalles, por acuerdos de confidencialidad.

Altex no es ajena a los negocios innovadores y realiza inversiones fuera de la estructura de la firma para no perder terreno en las nuevas tendencias dentro de su mercado. Por ejemplo, el grupo ha dirigido recursos para apoyar un proyecto de pesticidas basados en hongos y en otros emprendimientos que participan en el negocio del delivery.

“Te puedo decir que, aunque no estamos presentes como Altex, estamos relacionados con bastantes de estas empresas que están en búsqueda de ser disruptivas para la industria”, asegura Mauricio.

Por otro lado, la compañía también trabaja en sus propios planes de responsabilidad social, para seguir construyendo los cimientos del crecimiento hacia otras latitudes con mejores condiciones para los agricultores y el resto de los colaboradores.

El ejecutivo mexicano tiene claro que esta estrategia social ha generado beneficios económicos para la empresa y, por ello, sabe que no representa sólo un gasto, sino también recursos que, asimismo, fructifican y destacan en los informes financieros.

Altex buscará lanzar nuevos productos, como snacks y categorías enfocadas a niños, tanto en México, como en el exterior. “Estamos muy bien parados para ser un player importante en Estados Unidos y, obviamente en menor medida, en Japón y Europa”, dice Mauricio.

Las inversiones del grupo seguirán encaminándose hacia el mercado de la hidroponía, en donde participa con la marca Eva, con el objetivo de exportar el producto a otras latitudes, ya que el mercado nacional muestra señales de que comienza a saturarse.

“Es una industria que está creciendo mucho en Estados Unidos, pero, dados los beneficios de operar en México, podemos ser más competitivos que los mismos jugadores que están creciendo en Estados Unidos”, dice.

Hace dos años, Mauricio y Roberto Servitje Labarrere modificaron la definición de su filosofía como empresa, a “transforma el campo, alimentar al mundo” como una bandera para mejorar las condiciones de los agricultores y regresar a las raíces del negocio.

“Mi padre siempre nos dijo, de muchas diferentes formas: ‘Si yo pude ver el mundo desde la altura, es porque iba en hombros de gigantes’. Con eso se refiere a la importancia que debe tener un equipo de gente infinitamente mejor preparada”, dice Mauricio.

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