El acuerdo comercial al cual llegaron México y Estados Unidos esta semana, y al que Canadá aún podría unirse, para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) será perjudicial para la región, consideró la revista The Economist. “Las concesiones que México le ha otorgado a Trump son, en su mayoría, económicamente dañinas. El acuerdo se ve bien para Estados Unidos sólo a través del prisma distorsionador del mercantilismo del presidente. Y Trump está siguiendo su agenda comercial con una belicosidad imprudente que hace que sea más probable un resultado caótico”, indicó la publicación en un artículo editorial. The Economist destacó los cambios para el sector automotriz, los cuales elevan de 62.5 a 75% el mínimo de contenido regional que debe tener un auto para poder evitar tarifas, además se impuso que casi la mitad de los componentes necesitarán haber sido fabricados por trabajadores que ganan al menos 16 dólares por hora. “Debido a que el salario promedio de los trabajadores manufactureros mexicanos es de 2.30 dólares, el beneficio para algunas empresas (estadounidenses) de mudarse al sur de la frontera disminuirá enormemente”, señaló. Asimismo, calificó de preocupante la posibilidad de que Estados Unidos pueda imponer aranceles a las importaciones de automóviles desde México, si exceden una cuota determinada. “Eso pondría a la fabricación de automóviles mexicana en una camisa de fuerza”, advirtió la revista inglesa. Lee también: México logra ‘carta paralela’ con EU, para proteger sector automotriz “Al elevar las reglas arbitrarias por encima del mercado libre, estos cambios burlan la supuesta oposición de la Casa Blanca a la regulación intrusiva. El resultado será una menor productividad, precios más altos para los consumidores y una industria de fabricación de automóviles menos competitiva en América del Norte, que compite como un todo integrado con los productores en Europa y Asia”, agregó. Aunado a esto, para The Economist, la incertidumbre comercial no desaparecerá debido a que el acuerdo podría ser revisado en seis años con un proceso aún no especificado. Esto, como resultado de la “cláusula sunset” que exigía Estados Unidos, aunque al final no quedó en sus términos originales. “Nada de esto molesta a Trump. En su opinión, el objetivo del comercio es maximizar las exportaciones y minimizar las importaciones. La intención de su acuerdo es clara: empujar a las empresas a abandonar las cadenas de suministro transfronterizas a favor de la opción segura pero costosa de producir en Estados Unidos. El poder económico es un arma que se utilizará al servicio de ese objetivo”, apuntó. Con respecto a México, la revista señaló que el país cedió por razones políticas, ya que tanto al presidente saliente, Enrique Peña Nieto, como a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, les conviene firmar cualquier acuerdo antes de la transición el 1 de diciembre. No obstante, reconoce que el principal factor por el que México aceptó el trato fue la amenaza de Trump de imponer aranceles a todas las importaciones de automóviles, amenaza que aún se cierne sobre Canadá. No te pierdas: Trump muestra su mano dura a Canadá: ‘acuerdo será en nuestros términos’ “El presidente aún puede extender sus tácticas duras a sus tratos con el Congreso, cancelando el TLCAN original para obligar a los legisladores a elegir entre el nuevo acuerdo y el caos”, indicó el semanario. The Economist advirtió que la actitud de Trump hacia el comercio ha sido excepcionalmente imprudente, ha intimidado a sus socios comerciales en la región y utiliza el “absurdo pretexto” de la seguridad nacional para justificar sus amenazas de aranceles de importación de automóviles, con el fin de eludir las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). “Las economías de América del Norte pueden soportar esta locura. Pero el sistema de comercio global basado en reglas, que depende de la buena voluntad entre países, puede resultar más frágil”, mencionó la editorial.

 

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