La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ajustó a la baja sus perspectivas de crecimiento económico para México en 2024, de 2.5% estimado el pasado mes de febrero, a 2.2%; para 2025, las proyecciones se ubican en 2%.
El jefe de la sección de México en el Departamento de Economía de la OCDE, Alberto González, señaló que la razón de la revisión a la baja en las perspectivas para México radica en los datos que se han venido observando tanto del último trimestre de 2023, como en el primero de 2024, que han sido más bajos de lo esperado.
“Esto tiene un efecto arrastre negativo y también los datos del primer trimestre (de 2024) han sido más débiles. Si miramos dentro del primer trimestre, la actividad económica empezó relativamente débil, pero se ha venido fortaleciendo, el último mes ha sido mucho mejor que los dos anteriores”, señaló en videoconferencia con medios para comentar las perspectivas económicas de América Latina.
“Creemos que esta senda va a continuar y de ahí que la revisión sea sólo de 0.3 puntos porcentuales, creemos que el crecimiento estará en torno al 2%”, añadió.
De acuerdo con las últimas Perspectivas Económicas de la OCDE, en México el consumo privado será un motor clave del crecimiento, respaldado por el bajo desempleo y el aumento de los ingresos reales de los hogares, mientras que la inversión privada se beneficiará gradualmente de la reubicación de la actividad manufacturera.
Además, las exportaciones seguirán beneficiándose de una profunda integración en las cadenas de valor manufactureras y la inflación general y subyacente anual seguirá desacelerándose gradualmente, se prevé que regrese al objetivo de 3% para el tercer trimestre de 2025.
Sin embargo, las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas. La inflación puede ser más persistente de lo previsto, especialmente en los servicios. Los episodios de turbulencia financiera mundial pueden desencadenar una mayor aversión al riesgo y aumentar la volatilidad de los mercados cambiarios y los costos de financiamiento.
Por el lado positivo, el sector manufacturero podría recuperarse con más fuerza si la producción en los parques industriales en construcción comienza antes de lo previsto.
Prioridades
La OCDE señaló que en México, el aumento de la eficiencia en el gasto público, mediante un uso más sistemático del análisis coste-beneficio y la verificación de recursos, y el aumento de los ingresos fiscales, ampliando la base del impuesto sobre la renta de las personas físicas, fomentando la recaudación del impuesto sobre bienes inmuebles y continuando la lucha contra la evasión fiscal, ayudarían a financiar gasto adicional en áreas como la educación, las infraestructuras digitales o la lucha contra el cambio climático.
Además, la adopción de regulaciones que promuevan la inversión del sector privado en energías renovables ayudaría a convertir el gran potencial de energías renovables de México en una ventaja competitiva.
También, mejorar la gestión del agua, reduciendo los riesgos y costos operativos y promoviendo la sostenibilidad ambiental, haría de México un destino aún más atractivo para el nearshoring.
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