A dos años de que llegara a la presidencia de México tras más de 18 años de una constante búsqueda, Andrés Manuel López Obrador ha sido contundente con sus proyectos, sobre todo con la nueva refinería en Dos Bocas y el Tren Maya, pese a los cuestionamientos en materia ambiental.
A pesar de que la refinería en Dos Bocas, Tabasco, ha generado más de 34,000 puestos de trabajo, continuar impulsando los proyectos y obras que tengan como base el combustible fósil, es decir, el petróleo crudo, es insostenible para la salud humana.
Las refinerías de petróleo tienen el objetivo de extraer gasolina, gas, diesel, asfalto, aceites lubricantes y otros a través de la destilación simple. Sin embargo, las emisiones provenientes de este proceso son peligrosas para la salud humana.
En países como Estados Unidos, la EPA (Environmental Protection Agency) es la encargada de monitorear a las refinerías refinerías de petróleo, sobre todo por sus emisiones de benceno, un hidrocarburo aromático que pueden producir cáncer.
La inhalación de partículas contaminantes cobra la vida de 800 personas cada hora y en el continente americano provoca la muerte de 300,000 personas al año, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas Para el Medio Ambiente (PNUMA).
Apostar por las energías verdes y técnicas alternativas para obtener combustibles reformularía el hecho de que los combustibles fósiles abarcan el 80% de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial y el sistema energético es la fuente de aproximadamente dos tercios de las emisiones globales de CO2.
Tren Maya, ¿paso al futuro o amenaza de especies?
El Tren Maya recorrerá una distancia de aproximadamente 1,500 km y pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con el fin de “impulsar la economía” en los estados del sur, sin embargo, el impacto ambiental será irreversible.
El Tren Maya reducirá los tiempos de traslado en la Península de Yucatán. | Foto: Pexels.
En esta Área Natural Protegida se amenazará a 350 tipos de aves y 100 mamíferos, entre los que destacan el jaguar, pecarí, mono araña, además de cocodrilos, tortugas marinas, colibríes, guacamayos y loros.
“La preocupación es que se pretenda abarcar más de lo que ya tiene previsto, hay muchos ejemplos de cómo las zonas turísticas después de un tiempo se convierten en centros de urbanización, y esto lo que provoca es que las especies queden de alguna manera acorraladas y tengan que buscar otros espacios para sobrevivir”, declaró Andrea Ugarde Vázquez, fundadora del proyecto de divulgación científica Siempre Animal.
A pesar de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha establecido reuniones con las Naciones Unidas para preservar la flora y la fauna de la región, el Tren Maya amenaza a cientos de especies endémicas que posicionan a México en el quinto lugar de naciones con mayor variedad de plantas y anfibios y en la tercera posición de mamíferos en todo el mundo.
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