Después de una década, los glassholes han vuelto. El lanzamiento de las gafas de realidad mixta Meta Quest 3 —la llave con la que Mark Zuckerberg quiere desbloquear el metaverso— los trajo de vuelta a la escena pública de Estados Unidos.

Irrumpieron en la vida pública por primera vez en los primeros años de las hoy extintas Google Glass, que fueron lanzadas en 2013 y dieron pie al término que es una combinación de glass (gafas) y assholes (personas desagradables).

Glassholes es una expresión coloquial que se utilizó en Estados Unidos para describir a las personas que usaban las Google Glass de forma inapropiada, invasiva y molesta, por ejemplo, grabando a todo tipo de personas sin su consentimiento y violando su derecho a la privacidad. Incluso en febrero de 2014 la prensa de San Francisco (capital tecnológica de EU) abordó el caso de una mujer que fue agredida presuntamente por usar las Google Glass en un bar.

La víctima, Sarah Slocum, declaró a la prensa que fue atacada mientras mostraba las Google Glass a otra persona. Supuestamente un hombre le arrancó las gafas de la cara. “Fui agredida verbal y físicamente y robada debido a algunos imbéciles que odian las Google Glass”, escribió la mujer en su cuenta de Facebook. El periódico San Francisco Chronicle informó que uno de los amigos del agresor acusó a Slocum de “destruir la ciudad”.

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Ese es el nivel de influencia que tienen la tecnología de consumo en la vida cotidiana. Y los glassholes han vuelto a hacer su aparición en la escena pública, según relata el medio estadounidense especializado en tecnología The Verge. “Está sucediendo: la gente vuelve a entrar en lugares públicos con un ordenador que graba video en la cabeza. Solo que esta vez es Meta, no Google”, escribió Sean Hollister, editor sénior y miembro fundador del medio citado.

En septiembre pasado Mark Zuckerberg reveló las Meta Quest 3, unas gafas de realidad mixta más poderosas y de baja latencia que prometen, ahora sí, la adopción generalizada. El dispositivo, que nace de la adquisición de Oculus por parte de Meta. Estos dispositivos salieron a la venta el pasado 10 de octubre por 499 dólares (poco más de 9,100 pesos mexicanos) y Estados Unidos empieza a notar a sus primeros usuarios en las calles.

The Verge describió algunos casos en los que los usuarios del Meta Quest 3 exhibieron sus videos, con el pequeño detalle de que grabaron a otras personas sin su consentimiento y publicaron las imágenes sin siquiera ocultar su rostro para respetar su derecho a la privacidad.  “No pasó mucho tiempo para que la gente comenzara a superar los límites, tanto tecnológicos como sociales”, apuntó el artículo del medio estadounidense sobre los llamados ‘glassholes’.

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Glassholes: grabar a todo mundo sin su consentimiento

Los casos: una persona caminando por la Comic-Con de Nueva York grabando clips de extraños a lo largo del camino; otra filmando su ascenso por un elevador y quizá la más invasiva fue una persona que grabó al interior de una cafetería en San Francisco, hizo un pedido y no se molesto en ocultar el rostro de una mujer tras el mostrador o los aspectos del establecimiento. Uno de los propietarios del lugar dijo a The Verge que el momento duró unos 5 minutos y cree que fue un truco “para reír”.

“Hemos pasado por todo esto antes: hace una década, la opinión pública se volvió contra Google Glass, y los propietarios de empresas públicas en particular se manifestaron en contra de la tecnología. Los restaurantes, cines, casinos, bares y otros establecimientos públicos prohibieron por completo los auriculares: una mujer supuestamente fue agredida por usar Google Glass en San Francisco, y un pionero de XR fue agredido en París mientras usaba un dispositivo”.

Sean Hollister, editor sénior y miembro fundador de The Verge señaló que si bien Meta “ha pensado mucho en asegurarse de que sus gafas Ray-Ban no caigan en la misma trampa (publicando explicaciones de privacidad y pautas sobre el uso de esas gafas en público, incluido informar proactivamente a las personas que estás grabando), el Quest 3 no parece tener pautas publicadas similares”, de ahí que los llamados glassholes estén de vuelta.

“También es un poco más difícil para los espectadores saber cuándo está grabando el Quest 3. Simplemente emite una luz blanca, lentamente, y es una luz que ya está encendida de forma predeterminada. Cuando le pregunté a mi esposa si creía que yo estaba grabando, dijo que no tenía idea. Por otra parte, si viera a alguien entrando a un café con un objeto blanco bulboso encima de su cara con múltiples rendijas de cámara, automáticamente asumiría que estaba grabando absolutamente todo”, remató el periodista de The Verge.

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