Una de las iniciativas de reforma que presentó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador propone no otorgar concesiones a particulares en zonas con baja disponibilidad de agua en cantidad y calidad como el norte y centro de México, una región que está recibiendo el mayor número de empresas atraídas por el nearshoring.

“La presente iniciativa tiene por objeto garantizar el derecho de acceso al agua para consumo personal y uso doméstico, y no otorgar concesiones a particulares en zonas con baja disponibilidad de agua en cantidad y calidad, y solo autorizar asignaciones a entes públicos para el consumo personal y uso doméstico del agua”, señaló el mandatario. 

Según el jefe del Ejecutivo, el estrés hídrico tiene su relación con el aprovechamiento de los recursos hídricos disponibles en un país por sus diversos sectores económicos y sociales.

“Este fenómeno en México es una problemática que se ha vuelto cada vez más preocupante en los últimos años. El país enfrenta desafíos significativos en cuanto a la disponibilidad y el acceso al agua, especialmente en ciertas regiones donde la demanda supera con creces la oferta”, de acuerdo con la propuesta.

El jefe del Ejecutivo presentó  18 reformas constitucionales y dos legales, las cuales fueron entregadas por Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación (Segob), a la presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo.

El 6 de enero de 1992, se publicó la reforma del artículo 27 constitucional que fue el preámbulo de varias reformas a leyes reglamentarias, entre ellas, la Ley de Aguas Nacionales publicada el 1 de diciembre de ese mismo año, en la que se abrió la posibilidad de que la iniciativa privada y empresas mineras transnacionales incursionaron en el aprovechamiento y distribución de los recursos hídricos de la Nación y transformó su carácter de bien hídrico en un recurso con valor económico que se incorporó al mercado.

“A partir de dicha reforma y de la expedición de la ley reglamentaria en la materia, se distorsionó la naturaleza del agua como bien común, no renovable e indispensable para la vida. Las concesiones y asignaciones del agua, otorgadas a particulares, se han realizado con una lógica mercantilista”, comentó AMLO.

El gobierno de México presentó ante el Congreso de la Unión una iniciativa para modificar la Ley de Aguas Nacionales en materia de concesiones para Minería y Agua, aprobada por ambas cámaras y publicada el 8 de mayo de 2023. 

“En dicha reforma, se estableció que todas las personas concesionarias de aguas nacionales para uso industrial en la minería tienen la obligación de medir el volumen de agua explotada, usada o aprovechada que se extraiga de las cuencas y acuíferos, así como las aguas provenientes de laboreo de las minas para uso industrial o de servicios”, recordó. 

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) explicó que México tiene en promedio una disponibilidad natural media de agua de aproximadamente 4,471.5 km³ al año. 

“Esta cifra ubica al país en una situación de estrés hídrico alto, lo que significa que existe una presión considerable en los recursos hídricos, producto del incremento de la demanda por el crecimiento de la población, la urbanización y el desarrollo industrial y agrícola”, expresó.

La escasez de agua es particularmente crítica en las regiones norte y centro del país, donde se concentra la mayoría de la población y las actividades económicas.

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Estas zonas son altamente dependientes del agua para la agricultura, la industria y el consumo humano. Sin embargo, la sobreexplotación de los acuíferos y los efectos del cambio climático, como las sequías prolongadas y las lluvias erráticas, han llevado a una disminución en la disponibilidad y calidad del agua.

Comparado con otros países de la región, México se encuentra en una situación similar o incluso peor en términos de estrés hídrico. Por ejemplo, según el Banco Mundial, México tiene una disponibilidad de agua per cápita menor que países como Brasil y Argentina. 

Además, la calidad del agua en México también ha sido afectada negativamente por la contaminación, con alrededor del 59.1 por ciento de las fuentes de agua superficial del país consideradas como contaminadas, de acuerdo con la Conagua.

El estrés hídrico en México es una problemática preocupante que requiere de medidas urgentes y efectivas, añadió.

“La escasez de agua, la sobreexplotación de los recursos hídricos, la deficiente administración de los servicios públicos concesionados a particulares -como es el caso del saneamiento-, la contaminación y el cambio climático son factores que agravan esta situación”, precisó el presidente de la República. 

“México tiene la oportunidad de adoptar políticas y prácticas sostenibles que permitan una gestión eficiente y equitativa de sus recursos hídricos. Solo de esta manera se podrá garantizar un acceso adecuado al agua para las necesidades presentes y futuras de la población y del desarrollo del país”, concluyó López Obrador.

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