El 2 de septiembre de 2020 la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, presentó ante un panel de alto nivel de empresarios y cámara empresariales, parte del plan para la reactivación económica de la Ciudad de México. En él incluyó la construcción de un segundo piso vehicular sobre la calzada Ignacio Zaragoza, al oriente de la capital, como una de las vías de conexión al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y una obra para echar a andar el sector de la construcción.

Más de un año después la viabilidad del proyecto es un misterio y no se le ha vuelto a mencionar en los programas de reactivación económica.

El segundo piso se pensó como una vía de peaje. Para ello se otorgaría una concesión para la creación, aprovechamiento y explotación del viaducto elevado, que también el diseño, construcción, conservación y mantenimiento de la obra por parte de la empresa ganadora.

La inversión rondaría los ocho mil millones de pesos, pero el proyecto no termina de arrancar. De hecho, el 21 de septiembre pasado, más de un año después de su anuncio, se canceló la licitación pública que la Secretaría de Administración y Finanzas lanzó el 27 de enero pasado y que tuvo que prorrogarse para que las empresas pudieran elaborar su propuesta técnica.

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La única propuesta presentada y evaluada fue la del consorcio liderado por Impulsora de Desarrollo Integral (IDINSA) y completado por Gami Ingeniería e Instalaciones, Mota-Engil México, Promotora y Desarrolladora Mexicana (Proinfra) y Desarrollo de Terracerías (Deterra). Empresas como Gami, IDINSA y Mota Engil México ya han obtenido contratos por parte del gobierno de la ciudad y del gobierno federal.

Mota Engil, por ejemplo, es la empresa que está detrás de la construcción del nuevo parque urbano Aztlán, que sustituirá a La Feria de Chapultepec; Gami construyó la Línea 1 del Cablebús y el segundo piso de Xochimilco y a IDINSA se le dio la construcción del Trolebús Elevado de Iztapalapa.

Sin embargo, en la evaluación de su propuesta alcanzó apenas 30 de 70 puntos posibles, por lo que fue considerada como no aceptada y la licitación pública nacional número SAF/DGPI/DGAyF/LPN-001-2021 fue declara desierta. Ni siquiera se abrió la propuesta económica, contenida en dos cajas. En la sesión en la que se comunicó el resultado, los representantes de las empresas no hicieron comentarios.

La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) del gobierno de la ciudad, que fungió como entidad coadyuvante en la licitación, observó que la propuesta de IDINSA y el resto de las empresas del consorcio proponían 4.40 kilómetros de vialidad a nivel de superficie y 8.38 kilómetros en un segundo piso, cuando el requerimiento era un viaducto elevado de 12.7 kilómetros, desde Viaducto Río Piedad hasta La Concordia, en el aledaño a la salida hacia la carretera México-Puebla.

La propuesta carece de criterios para la integración de esta estructura vial con su entorno urbano y natural”, apuntó la dependencia en su opinión técnica.

Incluso el trazo y el diseño propuesto por el consorcio afectaba dos estaciones de la Línea 2 del Metrobús que corren por calzada Ignacio Zaragoza, así como áreas verdes, sin plantear medidas para mitigar estos impactos. Las empresas plantearon plumas para el control del acceso y gestión del telepeaje, no obstante, la Sobse consideró que eso generaría filas para el acceso al viaducto.

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“A su vez la configuración de dos carriles de entrada en los accesos resulta insuficiente para alcanzar la demanda proyectada de 95,595 vehículos diarios. Esta situación puede repercutir en un alto riesgo financiero para la operación del viaducto o en un alza en las tarifas para compensar las demandas inferiores a las originalmente proyectadas”, advirtió la Sobse.

El 23 de septiembre pasado, dos días después de declarada desierta la licitación, la propia jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoció que el proyecto estaba enfrentando problemas técnicos, sobre todo por la problemática de hundimientos diferenciales que sufre la calzada Ignacio Zaragoza ─que incluso demanda inversiones millonarias del Metro para conservar el perfil del cajón y las vías de la Línea A─.

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Incluso apuntó que sobre la mesa está la valoración de no realizar la obra, que serviría para conectar el AIFA e incluso tendría un entronque con otro viaducto elevado que construirá el Estado de México para conectar Ignacio Zaragoza con la autopista Peñón Texcoco, y que fue concesionado a la empresa Gami Ingeniería e Instalaciones.

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