Seguros bajo demanda y a la medida
Estamos en una etapa en la que nuevas ideas y tecnologías respecto a las herramientas financieras pueden voltear una industria de cabeza, por ejemplo, los seguros y su temporalidad.
Estoy en una reunión y sale ese problema extraño al que le vas a dedicar más del tiempo pensado y más recursos de los que quieres, entre llamadas y educación, para resolver. El tema era que se requería asegurar un vehículo por un tiempo definido cercano a los tres días, sin grandes riesgos ya que se iba a utilizar para “decorar” una producción audiovisual. ¿Quién asegura un vehículo por unas horas o un par de días?
La pregunta para mi era sólo eso: ¿quién?, al parecer, nadie. Más esfuerzo y entré en contacto con dos personas muy profesionales y atentas que operan en la industria de corredores de seguros. Nos llamamos y me mandaron los cuestionarios que hay que llenar y cuyas preguntas se adecúan a las aseguradoras, no a las necesidades del cliente. Llenar formularios de entrada es una gran quita tiempo, genera preguntas (a veces filosóficas) y muchas veces la tediosidad de hacerlos nos lleva a dejarlos sin terminar.
Sin embargo, la necesidad sigue existiendo: tengo que asegurar el objeto (vehículo; casa, viaje, computadora, etc.) porque entiendo que hay riesgos y es mejor cubrirse que lamentarse. Aunque el “que podría pasar” lo escuchamos más seguido como justificación que como verdadera pregunta, en varias situaciones relacionadas a la familia o el trabajo, es altamente recomendable estar asegurado. Tal vez no todos tenemos ese actuario en nuestra cabeza para analizar el riesgo, pero sabemos que hay consideraciones clave como el auto, la salud, la educación, el desempleo, etc. que, de ser posible, tendríamos que cubrirnos la espalda.
Vivimos en un país en el que se ahorra poco, en el que más del 60% de la población económicamente activa no está bancarizada y la mayoría de la gente le teme a lo desconocido, eso que no tenemos ni idea de cómo aprovechar: las herramientas financieras. Los banqueros y otras empresas afines nos han hecho sentir que las herramientas financieras más bien se aprovechan de nosotros que nosotros de ellas. Y, en varias ocasiones es por desinformación que resulta siendo cierto.
En esta oportunidad entran las nuevas tendencias, la tecnología y las ideas disruptivas. Hace dos años le hablaba con mi agente de seguros, una persona educada, fina e interesada a quien llegué por recomendación de una amiga que trabajaba en una compañía muy reconocida de seguros. Él tiene cierta cercanía a Silicon Valley porque su hijo le hablaba mucho de Silicon Valley y ahora hasta me parece que ya trabaja en una compañía de ahí. Con su interés de persona educada me comentaba que veía ese mundo y se preguntaba sobre la evolución del negocio de los seguros.
“Los seguros de los autos ya son como un commodity”, recuerdo haber escuchado, “el día que se vence te metes a internet y corres a ver quién te lo deja más barato, ya todos te ofrecen lo mismo”. A menos de que seas muy clavado haces el análisis de talleres y atención al cliente, pero en su mayoría es lo mismo. Si esto es así, ¿por qué no me pueden asegurar un vehículo por un par de horas o días? Si esto es así, ¿por qué no me pueden dar los documentos sin letras chiquitas? Si esto es así, ¿por qué no puede haber un sistema automatizado que llene el formulario por mi, de manera más amena?
Yo estoy seguro que hay gente que piensa en soluciones a los problemas que se afronta uno. He resuelto decenas de problemitas yendo a foros y analizando las recomendaciones de diferentes personas. ¿Dónde está la solución a mi necesidad? Pues no la encontré, pero al menos me enteré de que si hay gente trabajando en atajar ese problema. Es lo bueno también de ir a foros como los que organiza @ba_anderson en Milenio y ver que las opciones las traen los innovadores, en la ocasión pasada fue sobre el mundo fintech (tecnologías financieras, o herramientas tecnológicas financieras).