Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México, iniciará en diciembre próximo una nueva administración , en la que enfrentará pendientes del Ejecutivo local, pero también nuevos desafíos para la urbe más importante del país. Para su fortuna la científica de la UNAM tendrá condiciones distintas a las que tuvo su antecesor, Miguel Ángel Mancera. Cuando llegue a la Jefatura de Gobierno se encontrará bajo condiciones distintas a las de Mancera, quien dejó el cargo en marzo pasado para buscar un lugar en el Senado como candidato plurinominal, y con algunos temas heredados que la pasada administración ya no pudo empujar. En las elecciones de 2012, Miguel Ángel Mancera llegó a la jefatura respaldado por 63.6% de los votos, mientras que Claudia Sheinbaum abarcó 47% de las preferencias en los comicios del 2018 con una tendencia popular hacia el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Tras recibir la constancia que la avala como vencedora de las pasadas elecciones, Claudia Sheinbaum será la primera mujer en dirigir la capital del país.

  El nuevo Congreso, la clave La conformación del Legislativo capitalino es decisiva. En las elecciones del 1 de julio, la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y Encuentro Social) arrasó con los escaños del primer Congreso de la Ciudad de México (a raíz de la reforma a la constitución de la capital) al quedarse con 42 diputados en silla: 31 por elección en urnas y 11 plurinominales, lo que otorga a esta fuerza de izquierda la mayoría necesaria para avanzar buena parte de su agenda legislativa. En 2012, el PRD se consolidó como la primera fuerza en la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal al conseguir una mayoría con 34 legisladores, a los que se sumaron los conseguidos por sus aliados: 5 el Partido del Trabajo y 2 el Movimiento Ciudadano, para un total de 41 diputados locales. No obstante, en los comicios intermedios del 2015, y ya con Morena en el mapa y sus roces con el Sol Azteca, la antes ALDF quedó conformada por 22 morenistas, 19 perredistas, 10 panistas, siete priistas, dos del PVEM y dos de Encuentro Social, así como uno de Nueva Alianza y otro del PT. La mayoría en el Congreso resulta decisiva para quienes llegan a la Jefatura de Gobierno y quieren ver avanzar buena parte de los proyectos que prometieron en campaña, y que requieren luz verde de los legisladores. En marzo pasado, por ejemplo, el Congreso capitalino devolvió a Mancera -que ya no contaba con el respaldo de antes debido al distanciamiento entre Morena y PRD- el Programa General de Desarrollo Urbano, con la finalidad de que este proyecto garantizara una mejor calidad de vida para quienes habitan en la ciudad, bajo principios de equidad e inclusión social. Ahora, Sheinbaum tiene a su favor los números en el primer Congreso de la CDMX, y ante ello la probalidad de que sus propuestas sean avaladas también es amplia. La eliminación de las polémicas fotomultas; el aumento de 15% al presupuesto de la UNAM; y la construcción de cuatro líneas de cablebús que conecten las partes más altas y alejadas del centro de la ciudad, son algunas de las propuestas que la exdelegada de Tlalpan tiene en su escritorio a la espera de que asuma el cargo de la capital.

 

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