En 2012, el mexicano Sergio Villalón presenció como los focos incandescentes comenzaron a apagarse en el país, mientras una nueva luz se encendió en aquel momento. Ese año, la firma Philips inició la transición hacia la tecnología ahorradora de energía en las luminarias, para impactar positivamente en más de 50 millones de personas en México.

“Lo mejor y lo que nos llena de entusiasmo es no tan sólo ver el cambio que ya sucedió, sino el que estamos por ver en el futuro con toda la innovación y tecnología del internet de las cosas”, dice, en entrevista, Sergio Villalón, vicepresidente senior y director general de Signify Latinoamérica, que antes fuera la firma Philips Lighting.

La era del internet de las cosas ha visto la luz en su desarrollo en México. Y la empresa Signify cree que sus productos, servicios y sistemas de iluminación pueden seguir creciendo en la adopción tecnológica de industrias y hogares en México.

“La iluminación ya no sólo sirve para iluminar un espacio, sino para enviar datos e información […] con internet de alta velocidad a través de Li-Fi, que es mucho más seguro y protegido que el Wi-Fi que utilizamos todos los días “, dice el directivo, quien fuera en el pasado el CEO de Philips Mexicana.

El país permite llevar a los clientes y consumidores productos de alta tecnología a Latinoamérica. Y es que la presencia de la firma en México data de hace más de 8 décadas.

“México es el segundo país con mayor planta productiva que tenemos en el mundo: contamos con 6 plantas de manufactura y más de 5,000 empleados trabajando de forma directa, además de los colaboradores que trabajan de forma indirecta con las plantas de producción”, dice Sergio Villalón.

En la actualidad, las ventas mundiales son encabezadas por la región de las Américas, que representan un 38% del total; Europa, con 31%; Resto del mundo, con 23%, y Negocios globales, con 8%, de acuerdo con el reporte anual 2021, de Signify.

México ha sido receptor de las inversiones de la compañía en los últimos años, ya que varias líneas de producción se han trasladado de otros lugares del mundo a la República Mexicana.

“El nivel de inversión no ha sido de un shot de volumen alto, sino muy frecuente y constante, independiente de la época. Entonces sí se han mantenido las inversiones en adquisiciones, así como orgánicas e inorgánicas y nuestras 6 plantas de manufactura en México han crecido”, dice el directivo.

La empresa ha realizado la adquisición de empresas en el sector agroalimentario para incrementar la productividad de los cultivos a través de las tecnologías de iluminación y las aplicaciones de este tipo de productos pueden aprovecharse en el campo de la floricultura, acuacultura y granjas verticales.

El segmento de iluminación para la agricultura tiene un “gran potencial” en México, ya que no es una tecnología muy utilizada por el desconocimiento de sus aplicaciones y resultados, lo que sí han comprendido Europa o Sudamérica. “Es uno de los campos de oportunidad para los siguientes años”, dice Sergio Villalón.

Hoy, la aplicación de las tecnologías para el campo ya cuenta con varias pruebas piloto en Argentina, Brasil, Colombia, México y Costa Rica; mientras que la firma opera centros de innovación y desarrollo en Holanda, Singapur y Norteamérica, pero en un futuro no se descarta que Latinoamérica busque implementar estos espacios para mostrar la bondad de productos y servicios.

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“Ayuda muchísimo el tener nuestras plantas de producción al 100% de su capacidad para suministrar, no sólo en México, sino en el resto de la región, ha sido sumamente positivo y nos ha permitido continuar con este éxito y el mejor servicio a nuestros clientes”, dice Sergio Villalón.

Una luz al final del túnel

Para Philips, todo comenzó con la fabricación de un foco hace más de 127 años. Los hermanos Gerard y Anton Philips, junto con su padre, Benjamin Frederik, este último primo hermano del filósofo Carlos Marx, fueron los encargados de encender el negocio de la empresa holandesa Royal Philips.

El invento, perfeccionado por el estadounidense Thomas Alva Edison, se convirtió en la primera tarjeta de presentación de la firma, fundada en la provincia de Eindhoven a finales del siglo XIX. Sin embargo, el desarrollo de la compañía también se dirigió a la fabricación de electrodomésticos. Así comenzó todo para la empresa que dio paso a Signify en 2018, tras ser la división Philips Lighting.

El ingeniero electrónico Sergio Villalón Antuñano llegó a Philips en 2010, y, en mayo de 2018, fue protagonista del cambio de piel en la compañía para ser el encargado del negocio de Signify en Latinoamérica y enfrentar los retos del negocio y de la economía.

Durante 2020, la empresa presenció los efectos adversos para la economía que trajo la etapa más álgida de la pandemia de Covid-19, mientras que el siguiente año fue retador frente a los retos logísticos y la escasez de microcomponentes.

La inflación es un tema que sí afecta el negocio, pero que se compensa con un tipo de cambio mucho más estable del lado de las importaciones, pero el costo de los insumos sigue siendo un reto para la empresa, explica el ejecutivo.

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La firma ha tenido ingresos positivos durante 8 años consecutivos, ya que la demanda de productos se ha mantenido constante. “Vienen cosas sumamente interesantes, ya que cada punto de luz es una oportunidad para ser conectado”, dice el ejecutivo, quien ve oportunidades en los productos diseñados para el hogar y el segmento comercial o industrial.

Y es que las nuevas tecnologías de iluminación permiten encender y apagar las luces de una casa, pero también llevar a un consumidor por una tienda hasta el producto que busca comprar gracias a un dispositivo y el software adecuado.

Otra oportunidad para Signify se encuentra en las vialidades, ya que las luminarias de la vía pública ya se encuentran interconectadas y pueden servir como puntos de referencia e informar a las autoridades sobre el mantenimiento de un equipo o la necesidad de una mayor iluminación en alguna zona. En el caso de México, ya se encuentran operando en algunas ciudades.

La adopción las luminarias LED se encuentra en niveles de un 83% entre sus clientes, mientras que la iluminación convencional aún tiene nichos de aplicación; en 2019, el porcentaje de las ventas de esta tecnología era de 78%, de acuerdo con datos del último reporte anual de la compañía.

Para Sergio Villalón los retos aún no terminan y es que la pandemia no ha terminado, así como tampoco las afectaciones logísticas y productivas, pero cree que están mejor preparados como compañía para mirar una luz al final del túnel.

“Estamos confiados y tenemos plena certeza de que estamos mejor preparados para esta incertidumbre y poder tener un mejor resultado. Así que estamos muy animados e incentivados con lo que los meses de este año y con gran potencial para tener un año de éxito y crecimiento rentable para la compañía”, dice el mexicano que ve una luz en la tecnología y sus nuevas aplicaciones.

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