Un estudio entregó dinero en efectivo a pobladores de localidades de extrema pobreza en Kenia. Lo que hicieron con el dinero resultó sorprendente a los ojos de los investigadores.   Por Kerry A. Dolan   Hay una ONG llamada GiveDirectly que estaba entrega dinero a los pobres de Kenia y ha provocado un montón de comentarios negativos. Aunque muchos apoyaron el concepto, los pesimistas lo llaman una “idea estúpida”, “equivocada” y “no viable”. GiveDirectly, sin embargo, tiene algunos patrocinadores importantes, habiendo ganado el apoyo financiero del brazo filantrópico de Google y del cofundador de Facebook y propietario de The New Republic, Chris Hughes. Ahora, con la publicación de un nuevo estudio académico el 25 de octubre, la obra de GiveDirectly recibe apoyo adicional. El estudio, dirigido por Johannes Haushofer, un doctor afiliado al Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab del MIT y a Jeremy Shapiro, ex miembro del consejo de GiveDirectly, y llevado a cabo en colaboración con la ONG Innovations for Poverty Action, fue un ensayo aleatorio controlado que dio seguimiento a donaciones en efectivo a hogares pobres en el oeste de Kenia de 2011 hasta 2012. La investigación fue financiada por una subvención del fondo común del Instituto Nacional de la Salud. Una cosa interesante a tener en cuenta: Los beneficiarios del efectivo —que fueron generalmente elegidos porque tenían una choza con techo de paja (en comparación con un techo de lámina más resistente)— tenían libertad para gastar el dinero a su antojo. No había condiciones. El dinero fue transferido a los teléfonos móviles que utilizan un servicio llamado M-Pesa. Los resultados fueron positivos. Los hogares que recibieron dinero en efectivo incrementaron los activos que poseían en casi un 40% más de la cantidad recibida, por lo general mediante la mejora de sus viviendas y la compra de ganado. Gastaron más en alimentos, salud y educación. El dinero redujo el número de días que los niños pasaron sin alimentos en un 42% y ayudó a aumentar el consumo de alimentos 20%. Los ingresos de la ganadería aumentaron, así como los ingresos de las pequeñas empresas. El dinero ayudó a aumentar el bienestar psicológico de las personas y las familias que los recibieron. Los investigadores también concluyeron que el dinero no aumentó el gasto en alcohol, tabaco o juego. “Estos resultados sugieren que las transferencias en efectivo condicionadas hacen muchísimas cosas buenas” me dijo Shapiro. Lo que todavía no está claro, detalló, son los impactos a largo plazo. El estudio midió los resultados en el plazo de un año. En cinco o 10 años, ¿aquellos que recibieron el efectivo seguirían comiendo mejor y tendrían más ganado? Ésas son preguntas para otro estudio.

 

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